Lo que es más extraordinario aún es que un vidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado, [Julio César] llamó al vidente y riendo le dijo: «Los idus de marzo ya han llegado»; a lo que el vidente contestó compasivamente: «Sí, pero aún no han acabado».
(Plutarco)
Llevaba desde la primera vez que supe de ella deseando ver esta peli. Parte de culpa fue del póster, otra parte (más importante de lo que me gustaría reconocer) fue porque me gusta mucho su título, y la tercera… bueno, pues que un thriller político nunca me sobra y más si tiene buenos actores implicados. Resumiendo, que estaba muy motivada por haber visto la serie Boss (en su día la reseñé en el blog) y quería algo un poco en la misma línea. Algo que no me llamaba mucho era ver a Ryan Gosling, últimamente parece ser el actor de moda y tiene una presencia bastante importante en la cartelera, a menudo lo podemos ver en varias películas de estreno. Pero bueno, no quiero dispersarme. Solo quería ver una película con ritmo, intriga, drama y crudeza, y entonces me encontré con lo que es la película en realidad.
Empezaré hablando del reparto. Es muy prometedor, y en el cartel vemos nombres tan pesados como el de George Clooney, Paul Giamatti, Philip Seymour Hoffman, o el mismo Ryan Gosling. Pero las ilusiones que tenía, de una película coral realmente rica en actuaciones (del tipo de Margin Call, por ejemplo), se vinieron abajo cuando me di cuenta de que no podría disfrutar de esa experiencia. Por contra, tenemos a un protagonista absoluto que es Ryan Gosling, y ojo, que no digo que Ryan Gosling lo haga mal (ni espectacularmente bien, la verdad es que no me acaba de caer en gracia este muchacho), pero creo que no tiene la suficiente entidad como actor para sostener la película. Lo pensaba cuando vi Drive y lo pienso ahora. Por otra parte, tenemos en papeles secundarios y con apariciones puntuales – que nos dejan con ganas de mucho más, la verdad – a los demás actores. Me ha sabido especialmente mal no ver más a Philip Seymour Hoffman y Paul Giamatti, y que sus apariciones se reduzcan a algo casi anecdótico y sin demasiada entidad. Que sí, sus personasjes tienen importancia, pero a mí me hubiera gustado verlos más. Sobre el personaje de George Clooney no digo nada, porque es otro al que últimamente veo en todas partes y en esta película no se luce especialmente.
Otro problema para mí ha sido el argumento, el ritmo de la historia que se nos cuenta y el qué se nos cuenta. Leyendo la sinopsis (Un idealista miembro de la campaña para un nuevo candidato presidencial hace un curso intensivo en política sucia durante su periodo en la caravana electoral), pensé que la película sería algo así como una versión fílmica de la serie Boss, un thriller político donde todos son unos cabrones y no dudan en joderse mutuamente si hace falta. Y de verdad, perdonad que haga constante referencia a la serie, pero es lo que tenía en mente y quizás me condicionó para ver la película. Pero bueno, tampoco esperéis grandes cosas ni muy graves aquí, se podría decir que la campaña es como de Disney comparada con lo que debe ser una de verdad. Me ha faltado más complejidad en la historia, más profundidad, me ha faltado algo que la película no me ha podido dar. Me ha parecido una historia que podría haber dado mucho más de sí, que podría tener muchas «capas» por así decirlo, y que se queda en un planteamiento bastante simple, y por qué no decirlo, bastante poco arriesgado. Y que conste que – y ya lo he dicho – a la película le tenía muchas ganas, y ese quizás ha sido mi problema. Quizás me he entusiasmado sin saber lo que me esperaba al verla, y al pasar los minutos mis expectativas han jugado en contra de mi disfrute. Y es que si la premisa es muy interesante, y ver cómo un joven idealista deja de serlo y se inicia en el juego sucio me llamaba la atención sobremanera, al terminar la película me quedé bastante fría. No digo que la película sea mala ni mucho menos, porque tiene buenos medios para alcanzar su propósito y contarnos la historia, y esos buenos medios se refieren tanto a técnica, como a elenco actoral, a recursos de dirección… lo que me ha fallado es el guión y el retrato de personajes. Pero sí me gustaba el punto de partida, y la referencia que se hace en el título al argumento y la historia (César-Clooney, Bruto-Gosling)… pero incluso esa referencia me parece demasiado pretenciosa para la película que han desarrollado, la historia no tiene nada de nuevo ni sorprendente, y no compensa esas carencias con un contenido complejo y trabajado. Eso sí, tiene una buena banda sonora a cargo de Alexandre Desplat, solvente como siempre.
En resumen, una película que está bien hecha, con unos secundarios que en mi opinión brillan mucho más que el protagonista (Giamatti y Hoffman están geniales), un guión flojillo pero buenos medios técnicos a su disposición. Buena película en general, quizá un poco pretenciosa para lo que realmente ofrece, pero bastante olvidable (por desgracia). Y me quedo con el mensaje central de la película, que aunque no llega a convencer demasiado, no deja de ser una de las grandes verdades del universo: que en la política (y en la vida en general), muchas veces se nos obliga a dejar el idealismo a un lado, no siempre de forma amable. O que a veces la integridad se vende muy rápido.
¿Pues bueno, a esperar lo Idus de Julius?
Si es que no hay nada nuevo bajo el sol.
Jeje, tú lo has dicho.
Creo que se ha notado mi decepción. 😛
A mi me gustó, pero si que esperaba una megaconspiración del recopón de la baraja, puñaladas traperas en senado y poco menos que a Marlon Brando dando su genial discurso Shakespiriano… culpa del titulo, al que finalmente no le encuentro mucho sentido.
Me parece una historia tirando a simple, pero aun así pasé buen rato. Aunque se podían haber sacado chispas.. mas que simple, diría que es tibia.
Ya, es que es eso, Unai. El problema no es tanto que la película sea mala en sí, como que promete grandes traiciones e intrigas políticas, y luego es una historia lineal, simple y casi sin emoción. Me ha parecido un esfuerzo muy grande de marketing y de todo para lo que es el resultado final.