Bloodline ha sido una de esas series de las que no he visto nunca solo un capítulo, sino que la he ido viendo normalmente en tandas de 2-3 de golpe. Ayuda, claro, que los 13 capítulos de la temporada se estrenaran de golpe por ser de Netflix. También, claro está, ayuda que el argumento me parezca interesante y que el ritmo de los capítulos estuviese bien llevado. Al gustarme la serie, al interesarme lo que iba a pasar a continuación, normalmente los cliffhangers que aparecen al final de muchos de los capítulos me hacía ver «un poquito más».
La premisa de la serie es bastante fácil de explicar y resumir. Se trata de una mezcla de drama familiar, con una de esas familias en apariencia felices que luego no lo son tanto, con thriller. Voy a contarlo desde el principio.
Robert Rayburn (Sam Shepard) y Sally Rayburn (Sissy Spacek) poseen un hotel que les da bastante dinero en los Cayos de Florida. Al inicio del primer capítulo vemos cómo su extensa familia está a punto de celebrar una fiesta-homenaje en honor de los dos. Robert y Sally tienen varios hijos que los quieren mucho y viven cerca de ellos. Aparte, hay otro hijo, se podría decir que la «oveja negra» que siempre ha estado lejos, yendo y viniendo y al que en la familia la mayoría no ven con buenos ojos.
Como son tantos personajes, casi mejor estructurar un poco la información. Los personajes principales son:
- John Rayburn (Kyle Chandler) – Es el segundo hijo del matrimonio; de profesión detective de la policía, es el prototipo de buen hijo, buen marido, buen padre. Su mujer es Diana (Jacinda Barrett) y su matrimonio al parecer está siendo, además de duradero, feliz, y juntos tienen una hija, Jane (Taylor Rouviere) y un hijo.
- Danny Rayburn (Ben Mendelsohn) es el hermano mayor, el bala perdida que quiere volver a casa después de mucho tiempo deambulando por ahí. Sus hermanos no están demasiado de acuerdo, a excepción de John, que quiere darle una oportunidad. La relación con su madre es bastante buena, aunque con su padre hay una tensión insalvable. Danny tiene un pasado bastante turbio del que no le gusta mucho hablar. Pronto se hace bastante amigo de Eric O’Bannon (Jamie McShane), metido en asuntos más o menos ilegales, e inicia una relación intermitente con la hermana de este, Chelsea (Chloë Sevigny).
- Meg Rayburn (Linda Cardellini) es la hija menor, abogada en un bufete local y siempre pendiente de mantener la paz familiar. Tiene un novio desde hace mucho tiempo pero no parece decidida a seguir adelante con la relación y casarse, como él le ha pedido; él es Marco Diaz (Linda Cardellini), y lo que ella le oculta es que le es infiel con otro hombre, Alec Wolos (Steven Pasquale), cliente de ella.
- Kevin Rayburn (Norbert Leo Butz) trabaja en el puerto, es el hermano más pequeño y tiene un temperamento muy fuerte. Si Danny es la oveja negra que ha estado vagando por el mundo, Kevin se ha quedado cerca y de cara al exterior ha llevado mejor vida -incluyendo un matrimonio aparentemente feliz con Belle (Katie Finneran), aunque la realidad es otra: alcohol, drogas, problemas matrimoniales…
En esta primera temporada se nos explica cómo viven todos los hermanos, cómo se relacionan entre ellos. Aunque al inicio el foco está muy centrado en Danny y John, en el transcurso de la temporada conocemos mejor a los otros hermanos, sobre todo el lado oscuro de cada uno de ellos que no ha querido mostrar al exterior. También, la información se dosifica en los capítulos sobre algo que ocurrirá con posterioridad al momento que se narra en la serie (y de lo cual se nos da la primera pista al principio del primer capítulo). Esa forma de hacer breves flashforwards para aumentar la intriga me recordó en cierto modo el mismo recurso que emplean en How to get away with murder. Estos flashforwards van acompañadas de la voz en off de un narrador, John, que mediante frases breves, nos da pistas de lo que acabará ocurriendo. Aparte de eso, hay algunos flashbacks que también dan más relieve y explicación a los personajes, como por ejemplo lo ocurrido con la hermana que murió, Sarah, y que de hecho fue el principal foco de ruptura entre Danny y el resto de la familia.
La serie va construyendo tensión a medida que pasan los capítulos. La estupenda interpretación de Ben Mendelsohn como el turbio Danny es gran parte del enganche que la serie me ha producido, aunque el resto de los actores y actrices no se quedan para nada atrás. Danny es un gran ejemplo de antihéroe, al que le vemos quizá más su lado oscuro que el que no lo es, pero para el que podemos entender los motivos de por qué hace lo que hace. Los personajes están muy bien construidos y son complejos, las relaciones entre ellos son todavía más complejas si cabe (especialmente interesante la relación entre John y Danny). Las relaciones familiares están muy bien tratadas aquí, nada es de color rosa y no todo es amor y familias perfectas como los Rayburn querían hacer creer al inicio. Danny es un poco el detonador que activa la bomba de mierda, reproches, mentiras, peleas…
Técnicamente la serie también está muy bien hecha. Con una buena banda sonora y una canción a destacar en la intro (The Water Lets You In – Book of Fears), la cinematografía es espectacular y los escenarios también. Para los curiosos, el rodaje de la serie ha tenido lugar en Islamorada y Key Largo.
Así que, tiene historia, buenos personajes, buen ritmo, suficiente intriga como para enganchar, y potencial para ser una serie de esas para pegarse atracones de varios capítulos. La recomiendo mucho, y además solo unos días después de estrenarse ya estaba renovada para la segunda temporada, que se espera para el año que viene por estas fechas.
Ficha IMDB
Fecha estreno: 10 de marzo de 2015
Número de capítulos de la temporada: 13
Duración de los capítulos: 55-60 minutos