Hace un tiempo leí algunas reseñas bastante entusiastas sobre esta película francesa. Con su premisa desde luego despierta el interés de un modo realmente morboso. En la película ocurre una violación, sí, pero la víctima no denuncia, ¿y por qué? Eso no es lo único curioso que pasa, en realidad la película se va a suceder sorpresa tras sorpresa, al estilo de los más entretenidos dramones de sobremesa de domingo.
Michele (Isabelle Huppert) es una alta ejecutiva, que tiene las riendas de una empresa desarrolladora de videojuegos y se comporta con bastante soberbia en todas las facetas de su vida: trabajo, familia, relaciones sentimentales. Ella impone las reglas a los demás, ella decide sobre su vida y la de otros, y muestra impresionante seguridad en todas las facetas. Sin embargo, al inicio de la película no sabemos nada de eso, al principio la conocemos como víctima de una brutal violación en su propia casa. Lo raro de todo es que ella se recupera con mucha entereza, casi se diría que lo sobrelleva sorprendentemente bien, y eso a nosotros nos extraña mucho, ¿quién podría reponerse de esa manera de un asalto así? Poco a poco todo se va aclarando, vamos sabiendo más de la vida de Michele y llegamos a sospechar prácticamente de todos los hombres que la rodean, más cuando comienza a recibir mensajes anónimos e incluso un clip pornográfico con ella como protagonista de un videojuego. Michele tiene una amiga y socia, Anna (Anne Consigny), con cuyo marido Robert (Christian Berkel) tiene una relación bastante estrecha también. Con su ex marido, Richard (Charles Berling), mantiene una relación cordial y cariñosa, y su hijo Vincent (Jonas Bloquet) parece darle más disgustos que alegrías, sobre todo desde que le ha anunciado que va a ser padre. Y luego están sus empleados, y los vecinos… todos forman un entramado del cual ella es el centro. Y desde luego la historia no es precisamente sencilla, a medida que pasan los minutos vamos a descubrir algunos hechos de su pasado que harán que tengamos un nuevo prisma desde el cual entender a su personaje. ¿Os gustan los dramas terribles de sobremesa? Pues aquí se dan algunos de los lugares comunes, solo que la película está bien hecha, bien contada y tiene buenos actores; y esa es una diferencia destacable.
No voy a contar mucho más, porque explicar más detalles de los personajes sería incurrir en spoilers y a mí no me hubiera gustado saber demasiado antes de ponerme a ver la película. Isabelle Huppert está inmensa en su papel, con su expresión indescifrable que no sabemos si esconde un infinito dolor o una infinita crueldad. A su alrededor todos parecen esconder debilidades o secretos enormes, nadie es completamente inocente o culpable, la ambigüedad moral es total y al final incluso podemos acabar dudando de lo que creíamos absolutamente cierto. Sin llegar a ser la obra maestra que algunos describían, es una película entretenida, que apetece ver y se pasa de manera fácil a pesar de superar las dos horas de duración. Lo mejor, la interpretación de Isabelle Huppert, la tensión, la realización y el querer saber siempre qué va a ocurrir a continuación. Lo peor, los flecos que quedan en la historia, las lagunas disfrazadas de elementos sugeridos y el aire a sobremesa que tienen ciertos aspectos del guión.
Director: Paul Verhoeven
Guión: David Birke (Novela: Philippe Djian)
Año: 2016
País: Francia
Duración: 130 minutos
Ficha IMDB
Reparto: Isabelle Huppert, Laurent Lafitte, Anne Consigny, Charles Berling, Virginie Efira,Judith Magre, Christian Berkel, Jonas Bloquet, Alice Isaaz, Vimala Pons, Raphaël Lenglet, Arthur Mazet, Lucas Prisor, Hugo Conzelmann, Stéphane Bak
Información Bitacoras.com
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