Antes de empezar a comentar la serie más en detalle, dejadme que os diga que es una primera temporada que la cancelación ha convertido en miniserie. Es decir, no habrá segunda temporada de la serie, pero eso no quita que me haya gustado bastante la primera. De ahí que la venga a comentar hoy.

La serie está protagonizada por Nathan Appleby (Colin Morgan), un terrateniente que vuelve a tomar posesión de la granja familiar tras la muerte de su madre. Nathan había estado casado anteriormente, e incluso tuvo un hijo, que murió, pero ahora está casado con Charlotte (Charlotte Spencer), su segunda mujer con la cual intenta tener un hijo. Charlotte es fotógrafa y una vez en la granja, toma las riendas de los temas operativos de la granja. Mientras ella conoce su nuevo trabajo, él revisita fantasmas del pasado, y conoce algunos hechos misteriosos que se dan en esta pequeña aldea de Somerset; Nathan es psicólogo y utiliza métodos pioneros. También le gusta curiosear en los misterios del más allá, utilizar la ouija, y revivir algunos capítulos de su pasado que parecen despertar fantasmas hace tiempo enterrados en la comarca.

A la vez que viven esta nueva aventura personal, los dos tendrán que enfrentarse a numerosos misterios, fantasmas y maldiciones que afligen a la gente del pueblo. Algunos dicen que las desgracias las han traído ellos, otros comienzan a tomarles cariño. Otros sospechan que Nathan hace revivir a los muertos. Entre los personajes importantes de la serie tenemos al Reverendo Matthew Denning (Nicholas Woodeson), un hombre comprensivo, pero que no acaba de entender la afición de Appleby por lo oculto; también Gwen Pearce (Kerrie Hayes), que enseguida se convierte en la mano derecha de Charlotte. Como he dicho, ocurren cosas extrañas relacionadas con el más allá o maldiciones varias. Un niño al que atormentan fantasmas, una muchacha poseída, maldiciones que echan a perder la cosecha, y otros sucesos bastante sorprendentes que vamos a conocer a lo largo de la temporada… todo eso encontramos en esta serie con ambientación victoriana, y con algunos giros inesperados (vamos, al menos yo no los esperaba).

El protagonista, Nathan, está (de forma razonable o quizá no tanto) obsesionado con el tema del espiritismo, el más allá, los fantasmas y las maldiciones. Al parecer, eso no era del todo extraño en la época (estamos hablando de inicios del siglo XX, más o menos). La serie se desarrolla, además de con el misterio de si realmente ocurre algo o no, o si es puramente obsesión de Nathan, con un misterio diferente en cada capítulo. Teniendo tan solo 6 capítulos, la verdad es que se me ha pasado rápido y me lo he pasado bien viéndola. Me ha gustado la atmósfera, bien recreada en un entorno rural de esos en los que todo parece demasiado idílico y de postal como para que ocurran según qué cosas.

Me han gustado las actuaciones, especialmente las de los protagonistas, sobre todo Colin Morgan aunque juntos forman un equipo bastante potente que me ha agradado. Es de esos casos en que se puede decir que hay química entre los protagonistas, que me han resultado creíbles en sus papeles. No es una serie trepidante, no es una serie «de sustos», pero sí que tiene la suficiente tensión e interés como para verla con agrado y cierta inquietud por el futuro de sus protagonistas. Quizá no es la serie del año, pero sí me ha parecido muy entretenida, bien ambientada y bien actuada. Como ya sabemos que no habrá segunda temporada, digo que me ha gustado bastante lo que he visto aunque el final haya sido… cómo decirlo, ¡frustrante! ¿Cómo pueden dejar la historia así?

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Ficha IMDB
Fechas emisión UK: Junio – Agosto 2016
Número de capítulos/duración: 6 / 55 minutos