So, Anyway…, de John Cleese (Reseña)

john-cleese-so-anywayI had one other survival technique: I sometimes said things that made the other boys laugh. When this happened I inmediately experienced a moment of warmth, of acceptance, of feeling ‘Maybe I am all right, after all.’ Peter Cook always said that he quite deliberately staved off bullying by being funny. I think in my case it was less a conscious activity – more ‘Oh, that felt nice.’ And, as I relaxed, I became funnier, of course, because the spark was always there. So the bullying faded away, and I started, for the first time, to make friends.
[Tenía una técnica de supervivencia: a veces decía cosas que hacían reír a los otros niños. Cuando esto ocurría inmediatamente experimentaba un momento de calidez, de aceptación, de sentir ‘Puede que yo esté bien, después de todo’. Peter Cook siempre ha dicho que mantuvo a raya el acoso siendo divertido. Creo que en mi caso fue una actividad menos consciente – más ‘Oh, eso ha estado bien’. Y, cuando me relajé, me convertí en más divertido, porque la chispa siempre había estado ahí. Así que el acoso desapareció, y comencé, por primera vez, a hacer amigos.]

Hoy me toca explicar mi opinión sobre la autobiografía de uno de los miembros más conocidos de Monty Phyton: John Cleese. Y uno puede pensar que, dado que sobre todo lo conocemos por formar parte de ese grupo de cómicos, estas memorias van a centrarse sobre todo en esa etapa de su vida. Error.

Después de terminar el libro, y con una sensación muy agradable por haberlo leído, seguí mi costumbre de leer reseñas de otras personas sobre él. Cuál fue mi sorpresa al encontrarme lectores descontentos, ¡incluso enfadados e indignados!, que afirmaban que la lectura no les había satisfecho. En este caso lo que me sorprende no es tanto el hecho de encontrarme personas descontentas, cualquiera puede decepcionarse y todo va en función de las expectativas con que uno comience la lectura. No, lo que realmente me sorprendió fueron los motivos para ese descontento.

En mi opinión un poco simplistas, las diversas quejas que he leído sobre la autobiografía de Cleese se pueden resumir en dos motivos principales:

  1. John Cleese nos habla de su infancia, de sus años en el colegio y la universidad, de sus primeros pasos en el mundo laboral, sus años como profesor, sus primeros trabajos como guionista, sus no-tan-primeros trabajos, cómo continuó su carrera, sus muchos años de colaboración con Graham Chapman… pero cuenta más bien poco de sus años formando parte de Monty Phyton, y tampoco sobre la serie Fawlty Towers (también quejas por no mencionar apenas sobre Un pez llamado Wanda, donde fue guionista).
  2. «¡Oh, no me he reído a carcajadas leyendo las memorias de John Cleese! Yo pensaba que era más divertido»…

Si bien es cierto a rasgos generales – el libro no se centra en Monty Phyton ni nos hace retorcernos de la risa -, he disfrutado enormemente su lectura. ¿Por qué? Lo explicaré.

Ahora que ya puedo decir que he leído unas cuantas autobiografías, afirmo que me parece un ejercicio interesantísimo leer sobre la vida de otros. Porque permite conocer al ser humano detrás del personaje, permite conocer la intimidad de otras vidas, cómo diferentes personas afrontan las situaciones que les han resultado difíciles, cómo eligen narrar sus vidas, los diferentes enfoques sobre asuntos más o menos universales. Y en concreto, me encanta ver cómo el entorno en el que crecen las personas (las propias características de sus familias, las formas de relacionarse) influye en ellas en su edad adulta. A ese respecto, he quedado totalmente satisfecha.

To make matters worse, I had felt all my life that my opinions were pretty worthless as I lacked the information, the life experience and therefore the authority to pronounce on anything, whether a play or a glass of wine or an idea or even a footbal team’s performance…
[Para empeorar las cosas, había sentido toda mi vida que mis opiniones eran inútiles dado que carecía de la información, la experiencia de vida y por tanto de la autoridad para pronunciarme sobre cualquier cosa, ya fuera una obra o una copa de vio o una idea, o incluso el desempeño de un equipo de fútbol]

De John Cleese sabía muy poca cosa cuando comencé a leer sus memorias. Por tanto, tenía en la cabeza más sus personajes en Monty Phyton (autoritario, formal, serio) que una personalidad o biografía real. Me ha sorprendido descubrir que John Cleese es en realidad una persona insegura, que ha pasado mucho tiempo en terapia durante su vida, o con problemas en la relación con su madre. Uno de los detalles que me llaman siempre la atención en biografías como esta, es cuando personas de éxito describen sus sentimientos de inferioridad, inseguridad y traumas varios.

I could see (though not as cleary as I do now) that one of my biggest problems was me. Because I wanted everyone to like me and approve me, I tried to be nice to everyone all the time and this proved a remarkably efficient way of losing control over my life.
[Podía ver (aunque no tan claramente como ahora) que uno de mis problemas más grandes era yo. Porque quería gustar a todo el mundo y que todos me aprobaran, intentaba ser agradable con todo el mundo todo el tiempo y esto probó ser un modo remarcablemente eficiente de perder control sobre mi vida.]

La relación con su madre la describe como distante, con problemas de comunicación; una relación marcada por el cuidado extremo que debían tener él y su padre para no despertar la ira de ella. Las cosas no funcionaban como debería. Se dio cuenta, más pronto que tarde, que las relaciones que otras personas tenían con sus madres no tenían nada que ver con la suya. Como él mismo dice, crecer con su madre provocó que durante muchos años tuviera problemas con las mujeres; también afirma que seguramente tuvo que ver con su necesidad de acudir a terapia durante largas etapas de su vida.

The problem was that I carried around with me a tendency to feel that other people’s respect for me would vanish if what I did was second rate. And while I accept that this ‘perfectionism’ is likely to stimulate the production of better work, it doesn’t, unfortunately, go hand in hand with a relaxed and happy attitude to life.
[El problema era que yo acarreaba una tendencia a sentir que el respeto de otras personas por mí desaparecería si lo que hacía era de segundo orden. Y aunque acepto que este ‘perfeccionismo’ es probable que estimule la producción de trabajo mejor, desafortunadamente no va de la mano con una actitud relajada y feliz en la vida.]

Cleese se revela como un inseguro empedernido, un perfeccionista enfermizo. Eso llama la atención pues según él mismo nos cuenta, los temas académicos y profesionales nunca le han ido especialmente mal e incluso ha conseguido indiscutibles éxitos en su trabajo. Cierto que a veces la inseguridad y fobias no tienen necesariamente que ir ligadas a resultados anteriores sino a rasgos adquiridos en la infancia y educación; seguramente este es el caso. Pero desde luego es interesante ver cuáles son sus primeros pasos en el colegio, cómo toma las decisiones para decantarse por unas aficiones u otras cuando estudia en la universidad la carrera de Derecho, cómo cree que afectaron a su creatividad la relación (mala) entre sus padres, o los frecuentes cambios de residencia cuando era un crío…

Eysenck also said that introverts have a naturally high level of mental activity, so they are seldom bored and in need of stimulation, because they have enough going on their heads already. (…) I’m never bored, except when I’m trapped at a dinner party by people who are bent on impressing me; but I frequently feel overwhelmed. (…) But I’ve learned to function perfectly well in extroverted situations and to enjoy  them, although afterwards I seem to spend the day writing, then I really look forward to a social evening. It’s not black and white, it’s more a question of balance.
[Eysenck también dijo que los introvertidos tienen un nivel naturalmente alto de actividad mental, así que pocas veces se aburren o necesitan estimulación, porque ya tienen bastantes cosas ocurriendo en sus cabezas. (…) Nunca me aburro, excepto cuando estoy atrapado en una fiesta con gente que se afana en impresionarme; pero frecuentemente me siento abrumado. (…) Pero he aprendido a funcionar perfectamente bien en situaciones extrovertidas y a disfrutarlas, aunque después me paso el día escribiendo, después realmente estoy deseando ir a una noche social. No es blanco y negro, es más una cuestión de equilibrio.]

Y es que como Cleese explica, es más bien introvertido. Parece extraño para el espectador que alguien que se muestra tan seguro y tan firme en la pantalla fuera en realidad un inseguro con terror a fallar. Pero como afirma en varias ocasiones durante el libro, su verdadera profesión no es la de actuar, sino la de escribir guiones. Durante su carrera trabajó en varios programas de televisión, al inicio tan solo escribiendo guiones. Entre ellos: That Was the Week That Was, The Frost Report, The Goon Show, Beyond the Fringe y más. Explica cómo comenzó a trabajar con Graham Chapman, quien sienta curiosidad por saber cómo fueron los inicios de esa pareja creativa podrá satisfacerla en estas páginas. Quien en cambio quiera conocer el punto de vista de su distanciamiento, no tendrá tanta suerte. John Cleese explica de Chapman que era increíblemente gracioso, inteligente, ingenioso, pero también muy temperamental. Juntos trabajaron para David Frost, Peter Sellers, Marty Feldman… y juntos terminaron formando parte de Monty Python. También explica las diferentes dinámicas de trabajo a lo largo de su carrera.

I would start the morning with a blank sheet of paper, and I might well finish the day with a blank sheet of paper (and an overflowing waste-paper basket).There are not many jobs where you can produce absolutely nothing in the course of eight hours, and the uncertainty that produces is very scary. You never hear of accountant’s block or bricklayer’s block; but when you try to do something creative there can be no guarantee anything will happen.
[Empezaba la mañana con una hoja en blanco, y podía terminar el día con una hoja en blanco (y una papelera repleta). No hay muchos trabajos donde puedas producir absolutamente nada en el curso de ocho horas, y la incerteza que eso supone da mucho miedo. Nunca escucharéis sobre el bloqueo del contable o el bloqueo del albañil; pero cuando intentas hacer algo creativo no puede haber garantía de que algo ocurrirá.]

Sin embargo, los comentarios que hace sobre Fawlty Towers (mítica sitcom británica) son más bien pocos y bastante aislados. Sí recuerdo que comenta que escribir cada guión le costaba muchísimo tiempo de trabajo y seguramente ese fue uno de los motivos para no continuar. La serie la guionizaba con su entonces esposa, Connie Booth, de la que habla en el libro. Sin embargo no habla de otros matrimonios que ha tenido durante los años, y que no han terminado bien tampoco.

En lo que respecta a los años de los Python, sí que cuenta cosas pero no entra en un gran detalle. Aquí no encontraréis demasiados comentarios sobre sus compañeros (sí sobre su colaboración con Chapman), sino que Cleese se centra sobre todo en la forma que tenían de organizarse, cómo trabajaban en equipo, el origen de algunos sketchs… También habla con gran cariño de la reunión de los Python vivos el año pasado.

Quizá algunos de los enfadados/defraudados tenga razón y estas memorias tengan una continuación. En ese caso me alegraría enormemente y me la compraría también. Pero si he empezado esta reseña enumerando las razones por las cuales a algunas personas no les ha gustado el libro ha sido para terminarla así:

  1. Si uno quiere leer anécdotas sobre los Monty Phyton, detalles jugosos tras las cámaras, lo que sea… quizá las memorias de uno de sus integrantes no sean el lugar más adecuado para buscar. John Cleese cuenta lo que quiere contar, y claramente, tanto en su vida familiar, personal, como profesional, opta por detallar lo que le parece más agradable y positivo. Aparte de no centrarse en esos capítulos, estas memorias no son de las que «revuelven el barro», y Cleese no se ensaña con sus padres, con su ex mujer o con otras personas. Evita cualquier mención al alcoholismo de Graham Chapman, por ejemplo.
  2. Con respecto a que el libro no es lo bastante divertido, no estoy de acuerdo. Creo que el tono es ligero, que Cleese sabe contar su historia y lo hace con mucho sentido del humor. A menudo el buen humor no arranca carcajadas. También está claro que hay muchos detalles que no cuenta, quizá para no convertir la biografía en una recolección de dramas.

And I vowed to myself that I would never, NEVER be so ‘nice’ and agreeable and cooperative that bullies and slackers could walk all over me and force me to do things that I might be ashamed of. And I think I can claim that I’ve usually managed to curb my placatory tendencies, and go toe-to-toe when necessary. This, as it happens, is seldom required, and when it is I don’t exactly enjoy it. Nevertheless, as a therapist once said to me, ‘If people cannot hear you, you may need to raise your voice’.
[Y me juré a mí mismo que nunca, NUNCA, sería tan ‘agradable’ y dispuesto y cooperativo que los abusones y vagos pudieran pasarme por encima y obligarme a hacer cosas de las que me avergonzaría. Y creo que puedo afirmar que normalmente he conseguido controlar mis tendencias conciliatorias, y enfrentarme cuando ha sido necesario. Esto, a veces, es necesario, y cuando lo es no lo disfruto precisamente. Sin embargo, como un terapeuta me dijo una vez: ‘Si la gente no puede oírte, quizá tengas que levantar la voz’.]

Si os gusta John Cleese como actor y guionista, os pueden gustar sus memorias. Para mí se ha dado el hecho de que me cayó bien desde que lo vi en diferentes sketchs de los Python, y también me encanta leer autobiografías por los motivos que he explicado. Hay muchos hechos curiosos que no conocía, como por ejemplo que su apellido era Cheese, que trabajó como profesor o el carácter un poco torturado que reconoce tener. Como digo, da la impresión de que muchos hechos – negativos – se han quedado fuera del libro, pero obviamente en sus memorias cada uno puede (y tiene) que contar lo que le apetezca.

The show ended, people congratuled me, and I came to the half-stunned realisation that I had done all right, that I had not let everyone down. There was no hint of triumph on my part, just a profound liberating sense of relief, and a recognition that my life could now go forward. It was a little like a last-minute reprieve, except that I had done something that was definitely good enough. To put it bluntly: I had not been a failure.
[El programa terminó, la gente me felicitó, y llegué medio estupefacto a la conclusión de que lo había hecho todo bien, que no había dejado decepcionado a nadie. No hubo atisbo de triunfo por mi parte, solo una profunda sensación liberadora de alivio, y un reconocimiento de que mi vida podía seguir adelanta. Fue un poco como una prórroga de último minuto, excepto que había hecho algo que era lo bastante bueno. Para decirlo sin rodeos: no había fracasado.]

basil_fawlty1
John Cleese en una captura de la serie ‘Fawlty Towers’

Autor: John Cleese
Año publicación: 2014
País del autor: UK
ISBN: 978-1-8479-4696-6
Número de páginas: 404
Leído en… inglés (edición RHM)

 

¿Quieres dejar un comentario?