Tenía pendiente poner algo sobre este espectáculo que fuimos a ver el 20 de julio de 2014, con los Monty Python. 

El día 20 de julio (domingo) los Monty Python organizaron un espectáculo especial en directo desde el O2 Arena de Londres. Lo bueno es que no solo se hizo allí, sino que se retransmitió a cines de todo el mundo. Entre ellos, varios de Barcelona, y a uno de ellos fuimos nosotros.

Tengo que decir la verdad y confesar que nunca he sido una fan acérrima de los Monty Python. Sí, bueno, me gustaban como a cualquiera, había visto algún gag, pero en realidad no he visto películas ni los conocía muy a fondo. Así que no tenía mucha idea de lo que iba a ver cuando compramos las entradas (que conste que Carlos sí y me sirvió de guía con tooooodas mis dudas 🙂 ).

Voy a explicar un poco de qué ha ido todo esto. Los Monty Python estuvieron en julio durante dos semanas ofreciendo varios shows que formaban parte de este espectáculo llamado Monty Python (Mostly). Así, miles de británicos han podido volver a ver a estos ídolos del humor.  Pero el show final, el último de ellos (el último de veras ya 🙁 ) fue el día 20 de julio, como digo, y se ofreció en stream en directo a cines de todo el mundo.

El show comenzaba a las ocho de la tarde. Antes de entrar nos facilitaron una hoja donde se hacía una presentación del evento. Buena cosa para pasar el rato hasta que comenzó.

La verdad es que para alguien como yo, ver esto fue una oportunidad única para darme cuenta de por qué los Monty Python están en el Olimpo del humor, ahora también para mí.

Después de verlos, antes y ahora, con el «antes» representado por DVDs y vídeos de YouTube, y el «ahora» con este espectáculo, se puede decir que siguen en muy buena forma (los que siguen vivos, claro). Todos son geniales, y le tomé cariño especialmente rápido a John Cleese y Eric Idle. Acostumbrada a verlos en su versión más joven, al principio fue bastante sorprendente verlos cómo están ahora, aunque la verdad es que están en una forma bastante buena (para tener una media de edad de 71).

No deja de ser algo triste que este haya sido su adiós a los escenarios como colectivo, pero como experiencia fue muy divertida. Los gags míticos casi todos estuvieron ahí (el loro muerto, codazo-codazo-guiño-guiño, el de «eso no es nada», y muchos otros, claro).

Fue todo un viaje de risas y algo de emoción, coronado por la mítica canción «Always walk the side bright of life», que utilizaron como despedida, ese día y para siempre.

Una gran experiencia.