Happy Valley es una serie británica que se estrenó el año pasado. La verdad es que comencé a verla ya hace bastantes meses y no me había decidido a continuar (¡hay tantas cosas que ver, y tan poco tiempo!). Pero como solo son  6 capítulos, en cuanto me he propuesto verla me la he liquidado en tan solo unos días.

La historia está centrada en dos hilos argumentales paralelos. Uno es la historia familiar de la sargento Catherine Cawood (Sarah Lancashire), una policía con mucho temperamento que trabaja en los valles de Yorkshire, que intenta reponerse del suicidio de su hija. Su hija fue violada y tuvo un hijo de esa violación, su nieto Ryan, que vive con ella y con su hermana Clare (Siobhan Finneran). Su ex marido, Richard (Derek Riddell), nunca llegó a aceptar al niño por tener su origen en un hecho tan trágico, y por estar relacionado con el suicidio de su hija. Aparte de a su hermana, su nieto y su ex marido, Catherine tiene un hijo, Daniel (Karl Davies), casado, al que ve de vez en cuando. Como ya ha pasado tiempo desde la brutal violación y suicidio de su hija, Catherine parece que lo lleva mejor, pero todo se viene abajo cuando vuelve a ver por la zona al que sospecha que fue el violador, Tommy Lee Royce (James Norton). Ella esta convencida de que fue él, pero no fue imputado y acaba de salir de la cárcel por otro delito relacionado con drogas. 

De lo que no es consciente Catherine es de que Tommy Lee está implicado en un delito no denunciado y que está teniendo lugar más o menos delante de sus narices. El delito es el secuestro de Ann Gallagher (Charlie Murphy), hija de un importante empresario, Nevison Gallagher (George Costigan). El secuestro ha sido instigado por Kevin Weatherill (Steve Pemberton), que trabaja en la empresa de Nevison y además es amigo suyo. Kevin no tenía ni idea de todas las consecuencias que tendría su idea al pedirle a Ashley Cowgill (Joe Armstrong) que orquestara el secuestro. Lo que en principio tendría que ser un simple trámite (dinero a cambio de liberar a Ann), se complica cuando los secuestradores deciden ir un poco por libre y no obedecer a Kevin.

La excusa del secuestro y el trabajo policial sirven como marco ideal para profundizar en los sentimientos y las relaciones personales que existen entre los personajes. Por ejemplo, es clara la envidia enfermiza que siente Kevin hacia su jefe, que le impulsa a tomar una decisión de la que luego se arrepiente. O la relación ambivalente de Catherine con su nieto Ryan. Los personajes son creíbles, los que están a uno y otro lado de la legalidad. Los diálogos son creíbles, y las reacciones de los protagonistas suenan verdaderas. Destaca en un buen reparto la inmensa Sarah Lancashire, construyendo un personaje que lucha contra sus propios demonios a la vez que intenta hacer su trabajo lo mejor posible. Destacaría en el resto al escalofriante psicópata que representa James Norton, y al turbio y a la vez muy ordinario personaje de Steve Pemberton.

La serie tiene momentos de violencia inesperada, repentina, y bastante gráfica para tratarse de una serie de televisión. Es muy oscura, e incluso deprimente. En algunos capítulos nos deja auténtico mal cuerpo, y el final de otros nos deja con auténtica ansiedad por saber qué pasará a continuación. Si os gusta el género de investigación policial, con el toque oscuro que los británicos saben darle mejor, no os la perdáis.

La serie tendrá segunda temporada este año 2015, estoy deseando verla.

Web oficial
Ficha IMDB
Fechas emisión UK: Abril-Junio 2014
Número de capítulos: 6
Duración de los capítulos: 60 minutos aprox.