Otra de las nuevas series estrenadas este verano, es esta sitcom que tiene como protagonistas a dos abogados a los que la mala suerte hace convertirse en socios y con el tiempo, en amigos también. Las grandes bazas de esta nueva serie son sus dos protagonistas principales, Kelsey Grammer (conocido por ser aparecer en Cheers, Fraisier y Boss) y Martin Lawrence (conocido por Bad Boys y su extenso trabajo en comedias).

El punto de partida de la historia ocurre en el peor día de las vidas de las protagonistas. A Allen Braddock (Kelsey Grammer), su propio padre le acaba de despedir de la firma que preside y en la cual Allen creía tener el futuro asegurado por ser su hijo. A Marcus Jackson (Martin Lawrende) su mujer le acaba de pedir el divorcio después de 22 años de casados, y está a punto de firmar un acuerdo según el cual se quedará casi en la ruina. Los dos se encuentran desesperados y es en esa situación donde se van a conocer. Debido a su comportamiento inadecuado en un juicio anterior, una jueza castiga a Allen con varios casos «pro bono». Casualmente escucha cómo la jueza despacha el caso de acuerdo de divorcio de Marcus, y se ofrece a darle sus servicios y conseguir un acuerdo de divorcio mejor.

Los personajes secundarios son el ayudante de Marcus, Michael (Rory O’Malley), un asistente eficiente y bastante polivalente que intenta sacarse el título de Derecho; Veronica (Edi Patterson), una investigadora que acaba trabajando para la firma de Allen y Marcus; Ruth (Telma Hopkins), la madre de Marcus que vive con él; Laura (Danièle Watts), la hija de Marcus, que también vive con él; y Lizzie (McKaley Miller), hijastra de Allen.

Alguna de las otras veces que he comentado comedias he manifestado mi desagrado por las risas enlatadas. Aquí también las tenemos, y la verdad es que por mucho que las sufra no se convierten en más tolerables para mí. Pero así son las clásicas sitcoms americanas: pocos escenarios, actuaciones exageradas y risas de lata. A Martin Lawrence creo que todos le conocemos los tics, todos hemos visto alguna de sus películas y sabemos lo que puede ofrecer. El contrapunto es Kelsey Grammer, que hace lo que puede pero no consigue salvar una serie cargada de clichés, lugares comunes y muchos secundarios estereotipados (los protagonistas también lo son). Cada uno dice su chiste, todo es bastante rápido para encajarlo en 20 minutos y poco, hay muchas risas de lata, poco guión… y poca gracia.

La primera temporada tiene encargados 10 capítulos, de los cuales se han emitido ya 2, y si esos 10 capítulos van bien, FX encargará 90 más. Es por tanto una potencial apuesta a largo plazo si las audiencias acompañan. Nunca se sabe, desde luego, porque por ejemplo yo tampoco le encuentro la gracia a Dos hombres y medio y llevan ya emitidos 246. De momento parece que las audiencias para Partners han sido aceptables en su estreno.