Pues este viernes tendremos toda la segunda temporada de House of Cards disponible. Así, del tirón, igual que ocurrió con la primera, será perfecto para darse grandes atracones de 2, 3 o 4 capítulos para superar la ansiedad de la espera. Pero me he dado cuenta de que tenía sin reseñar la primera temporada, que se estrenó en febrero de 2013, así que aquí estoy dispuesta a solucionarlo. 🙂

Como muchos sabéis, House of Cards es una serie de Netflix (de ahí que salieran todos los capítulos de golpe, pues el modelo de distribución de Netflix es diferente al normal en los USA). Como también sabréis, casi seguro, el protagonista es Kevin Spacey, en uno de los mejores papeles de su carrera. Y quizá también sabréis, y lo sabéis de sobra si la habéis visto, en la serie se da una visión bastante turbia de la política y sus tejemanejes (quizá no tan turbia como la que ofrecía Boss), pero sí más que suficiente. House of Cards transpira manipulación, ambición desmedida y cinismo. a Frank Underwood, el protagonista, le importa todo muy poco y lo único que busca es prosperar y ascender en la escala de poder a cualquier precio. Lo que yo no sabía – o había olvidado – es que la serie es un remake de una serie británica con el mismo título (algo que parece que viene siendo bastante frecuente últimamente en la tele norteamericana). Su antecesora británica data de 1990 y constaba de tan solo 4 capítulos de casi una hora de duración, se basaba en la novela House of Cards, de Michael Dobbs. En UK, además, House of Cards tuvo continuación con las miniseries To Play the King y The Final Cut, también con cuatro capítulos cada una.
He leído que David Fincher, director de los dos primeros capítulos y uno de los productores ejecutivos de la serie, tuvo a todos los intérpretes principales reunidos en la misma habitación, les dijo algo que llevaba tiempo queriendo decir: «Cada persona que hay aquí representa nuestra primera opción, así que no la jodáis. Si lo hacéis, nunca os perdonaré». Y es que parece que Fincher ya le había «echado el ojo» a Kevin Spacey, Robin Wright y Kate Mara con anterioridad, y esos actores y actrices eran justo lo que él quería para los papeles que acabaron interpretando. La verdad es que viendo el resultado final, ninguno de ellos decepciona en absoluto, y sobre todo Kevin Spacey está brutal. En mi opinión, además, no la han cagado ni mucho menos, sino todo lo contrario.

Pero voy a explicar un poco de qué trata la primera temporada. Todo gira en torno a Francis «Frank» Underwood (Kevin Spacey), un congresista demócrata que por la traición de Garrett Walker, decide llevar a cabo un complejo plan de venganza y así recuperar el poder que le habían prometido (y más). En este plan contará con la ayuda de su mujer Claire, que le apoya en todo y comparte su visión de las cosas. Ya en el primer capítulo tenemos una buena introducción al personaje, apoyada con algunas disertaciones en las que se dirige directamente a cámara (es decir, a nosotros). Durante la temporada vamos a ver cómo pasa de congresista traicionado a… bueno, no lo digo por spoilers. Pero digamos que el Sr. Underwood sabe bien cómo utilizar los medios a su alcance para conseguir sus propósitos. Y si no los tiene a su alcance, consigue que lo estén. A lo largo de los trece capítulos, vemos desfilar a toda una colección de personajes secundarios que serán más o menos relevantes en su estrategia para amasar poder. Así, entre los más destacados, tenemos a Zoe Barnes (Kate Mara), una periodista con la que mantiene un affair y ciertas relaciones de ámbito más profesional; Peter Russo (Corey Stoll), un congresista de Pennsylvania con un montón de problemas con las drogas, el alcohol y todo lo demás; Doug Stamper (Michael Kelly), el hombre de confianza y ayudante en cualquier situación de Frank; y claro, debería considerarse a Claire (Robin Wright) también como personaje secundario, ya que aquí el que parte el bacalao es totalmente y de forma apabullante Kevin Spacey. Pero hay más, muchos más, cada uno de los secundarios principales tiene su propio círculo, y de hecho da gusto (o no) ver cómo se desenvuelve en su ámbito laboral Claire.

Es una serie excesiva, cargada de cinismo y mordacidad, en ocasiones con un macabro sentido del humor, que es el del personaje de Underwood. Y del mismo modo que es excesiva y por eso mismo es genial, también hay algunos defectos – que los tiene – pero se le perdonan, porque lo malo que pueda tener se compensa por otro lado con creces, en grado de enganche, en carisma de los personajes y en interés de las situaciones. Hay quien dice que esta House of Cards vendría a ser el gemelo malvado de El Ala Oeste de la Casa Blanca. Si eso es así, y dado que no he visto la otra serie todavía, creo que me quedo con esta. Prefiero cinismo y mala leche a humor y buenrollismo (que conste que no lo digo concretamente por El ala… que ya he dicho que no he visto). Me creo más una política sucia y despiadada con la de Frank Underwood, que cualquier retrato amable y divertido que se pueda encontrar en la televisión.
Y fijaos si la serie es sólida a día de hoy, que se ha renovado para una tercera temporada incluso antes de que se estrene la segunda.
FRASES Y DIÁLOGOS DESTACABLES DE LA PRIMERA TEMPORADA
Zoe: Espera. Estamos en un área muy gris. Éticamente. Legalmente. No tengo problema con eso…
Frank: Me encanta este cuadro, ¿a ti no? Estamos en el mismo barco ahora, Zoe. Ten cuidado de que no vuelque. Solo puedo salvar a uno de los dos de ahogarse.
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Frank: Hay dos tipos de dolor. El tipo de dolor que te hace fuerte. O el dolor inútil. El tipo de dolor que es solo sufrimiento. No tengo paciencia para las cosas inútiles. Momentos como este necesitan a alguien que actúe. Que haga la parte desagradable. La parte necesaria… Ves, no más dolor.
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Claire [sobre Zoe]: ¿Funciona eso para alguien?
Frank: ¿El qué?
Claire: El sujetador push-up y el escote en V.
Frank: Bueno, si funciona, no sé con quién.
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Frank: Qué desperdicio de talento. Eligió el dinero sobre el poder, un error que casi todo el mundo comete en esta ciudad. La ciudad es la McMansion en Sarasota que empieza a derrumbarse después de diez años, el poder es la vieja piedra que perdura siglos. No puedo respetar a alguien que no vea la diferencia.
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Frank: Un gran hombre dijo una vez que todo trata sobre sexo. Excepto el sexo. El sexo trata de poder.
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Frank: Amo a esa mujer. La amo incluso más que los tiburones aman la sangre.
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Así es como devoras una ballena. Bocado a bocado.
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Frank: El poder es como una propiedad inmobiliaria. Todo trata de localización, localización, localización. Cuando más cerca estás a la fuente más alto es el valor de la propiedad.
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¿Sabes lo que me gusta de la gente? Se amontonan tan bien.
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A veces la única manera de ganarte el respeto de tus superiores es desafiándolos.
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No hay mejor manera de superar un atisbo de duda que un torrente de verdad desnuda.
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No voy a mentir. Desprecio a los niños. Ya lo he dicho.
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De todas las cosas que tengo en alta estima, las reglas no son una de ellas.
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Raymond: Las decisiones basadas en emociones no son decisiones en absoluto. Son instintos. Lo cual puede ser valioso. Lo racional y lo irracional se complementan. Individualmente son mucho menos poderosos.
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Frank [rezando]: En todas las veces que he hablado contigo, nunca has contestado, aunque dado nuestro desdén mutuo, no puedo culparte por el tratamiento de silencio. Quizás estoy hablando al público equivocado. ¿Puedes oírme? ¿Eres capaz siquiera de entender, o solo entiendes la depravación? Peter, ¿eres tú? Deja de esconderte en mis pensamientos y sal. Ten en la muerte el coraje que nunca tuviste en vida. Sal, mírame a los ojos y di lo que tengas que decir. No hay consuelo arriba o abajo. Solo nosotros – pequeños, solitarios, esforzándonos, luchando unos contra otros. Me rezo a mí mismo, por mí mismo.
Ficha IMDB
Estreno: 1 de febrero de 2013
Número de capítulos de la temporada: 13
Duración de los capítulos: 46-56 minutos