Hoy voy a comentar uno de los documentales que más me ha impactado últimamente. Trata sobre cómo un joven de 23 años suplantó a un niño que había desaparecido tres años antes.
La historia comienza así… En 1994, en San Antonio (Texas) desapareció un niño de 13 años, Nicholas. La familia se quedó hecha polvo, claro, y pasado cierto

tiempo se resignaron al hecho de que su Nicholas… estaría muerto. Aún así, querían saber qué había pasado. Tres años y cuatro meses después, apareció un adolescente en España. Afirmaba ser Nicholas y quería volver a casa. Cuando la familia se entera, se ilusionan sin saber que realmente el chico no es su hijo. Y que, de hecho, ni siquiera es un chico sino un hombre de 23 años.
Pronto pasamos a ver la historia desde un prisma muy diferente, el del adulto que se hizo pasar por adolescente para cambiar de identidad, y así poder, según dice él mismo, “nacer de nuevo”.
También sabremos más sobre cómo desapareció Nicholas. Cómo, después de que el niño llamara a su casa para que le fueran a buscar a unos kilómetros, le dijeron que fuera andando pues nadie podía ir en ese momento… y nunca más supieron de él. Alguien impidió que volviese a casa. Pero el documental no se centra en la desaparición del niño, sino en por qué motivo la familia de Nicholas aceptó como hijo suyo a alguien que ni siquiera se le aproximaba físicamente. Nicholas era un niño rubio, de ojos claros, que en el punto en que encuentran a este otro chaval tendría 16 años. Y quien aparece en su casa afirmando ser el desaparecido es moreno, ojos oscuros, claramente más mayor y con una fisonomía y acento que no encajan para nada con Nicholas. Este personaje es «El Camaleón», y en el documental se reconstruyen y cuentan todas las mentiras y triquiñuelas que en su día este hombre utilizó para engañar a una familia desesperada.

Es una historia que parece demasiado increíble para ser cierta. Aún así, pues qué se le va a hacer, es cierta. La realidad supera a la ficción y aquí tenemos una muestra de ello. Durante buena parte del documental tendremos al propio Camaleón, Frédéric Bourdin, contándonos cómo se las ingenió para engañar – aunque brevemente – a todo el mundo: familia de Nicholas, policía, trabajadores sociales… Verdaderamente, cuando empecé a ver el documental no sabía muy bien cuál iba a ser el enfoque de la historia o sobre quién iba a estar el foco. Y aunque después de verlo todavía no me quedan claras muchas cosas, sí es cierto que este personaje camaleónico, manipulador y ladino tiene una doble dimensión. No solo la de mentiroso sin escrúpulos, sino, quizá, algo más que lleva queriendo esconder toda su vida. El hecho de intentar demostrar su poder sobre los demás asumiendo tantas identidades diferentes ya habla bastante del patetismo del personaje.
Es un buen documental, está bien contado, y aunque a ratos dé dolor de estómago porque realmente no gusta lo que estamos viendo, no deja de ser tremendamente interesante. Un buen ejemplo de las muchas caras que puede tener una historia. Porque si interesante es saber (y eso nos lo cuentan con todo detalle) cómo llegó Frédéric a la casa de la familia de Nicholas, también lo es preguntarse por qué la familia aceptó como suyo a alguien que claramente no era el niño desaparecido. Aquí cada uno puede imaginarse cuál es la respuesta: o bien el dolor y las ganas de recuperar a su niño les cegaron sin remedio… o bien, bueno, querían ocultar alguna verdad más oscura.
Así que resumiendo. Es un documental muy potente, bien contado, con buen ritmo, una historia con muchas aristas… pero también uno que no es de fácil digestión ni tiene una lectura tan amable como, por ejemplo, Searching the Sugar Man. Muy interesante y muy duro. A mí me ha gustado mucho cómo está hecho. El contenido, no tanto.
Director: Bart Layton
Año: 2012
País: UK
Duración: 99 minutos
Web oficial
Ficha en IMDB
Información Bitacoras.com
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