Si la mirada es el espejo del alma, una habitación de hotel es el rincón más oscuro del corazón.
Nadie sabe de qué está hecho hasta que entra en una de ellas.
Hace más meses de los que me gustaría reconocer, Pablo Póveda me envió un mail preguntándome si reseñaría este libro. La verdad es que, aunque tarde en hacerlo una vez acepto, nunca digo que no a estas proposiciones porque se acaban descubriendo cosas muy interesantes. Así que, claro está, le dije que sí.
Este escritor y periodista tiene a día de hoy tres novelas publicadas. La primera, Sangre de Peperoni (que se puede encontrar tanto en castellano como en inglés), la más nueva, Héroes modernos, y esta que he leído, su segunda novela: Motel Malibu. De momento no he leído las otras dos, así que voy al grano y comentaré qué me ha parecido el libro.
Motel Malibu es cortito, lo he leído en el Kindle y no me hago idea de las páginas, pero he visto por ahí que serían unas 140. Pues sí, es breve. Está narrado en primera persona, de una manera ágil, rápida, bastante descarnada. El protagonista se llama Martín, el motel se llama Malibu pero está en España. La acción no está situada toda en España, pues el protagonista recuerda su pasado en Riga (Letonia) una vez hemos avanzado en el libro.
Por un instante, me enorgullece formar parte de un reducido grupo de villanos que descubre tesoros que pasan desapercibidos por las noticias.
“Guarda el secreto” me digo con una palmada imaginaria en la espalda.
Después compruebo que la carretera no está tan lejos del motel para pasar inadvertido y busco desesperadamente sentirme bien por algo.
Martín huye de algo, el motel que parece perdido en medio de ninguna parte parece buena opción para olvidar y ser olvidado. Aunque quizá el motel no es tan secreto como le hubiera gustado. Aunque todavía conserva muchos recuerdos de Lluvia, su novia, frescos y dolorosos, no deja de sentirse atraído por una camarera aniñada y descarada que trabaja en el hotel. Se llama Penélope. Pero no todo el personal del hotel es tan atractivo. Rufus, el recepcionista, da miedo al estilo de un retardado con visos de psicopatía de una peli americana. Martín quería tranquilidad, quizá poder volver a escribir algo – es escritor y está pasando una de esas crisis de inspiración que los escritores tienen – pero no lo va a tener fácil en el Motel Malibu.
En la novela hay mucho desencanto, mucha ironía y mucha bilis, pero también belleza y sexo. Sobre todo, sexo triste o desesperado entre personas que no tienen mucho más a lo que aferrarse. En el Motel Malibu no hay muchos personajes, ya lo habéis visto, así que jugaremos básicamente con esos tres (y básicamente con Lluvia y Martín) y con los que viven en los recuerdos de Martín.
Ya que he contado más o menos de qué va, voy a comentar lo que me ha parecido. Ya he dicho que es una novela muy cortita, se lee rápido, y la lectura es amena. Me gustó bastante el estilo del autor, es directo y suele ir bastante al grano. Hay gente a la que recuerda a la forma de escribir de Bukowski, y bueno, ya hace bastante que no lo leo, pero puede ser. También me recordó a Palahniuk. Quizá en algunos momentos me pareció que la novela caía en algunos tópicos, pero aún así, quizá en el futuro lea más novelas de Pablo, ya que me gusta su estilo y creo que puede escribir cosas muy buenas.
Resumiendo, que con Motel Malibu pasé un buen rato, me lo leí rápido y algunas frases y fragmentos me gustaron mucho, llegando a interesarme casi más la forma en que estaba escrito que la historia en sí. Historia que por cierto, tiene un giro hacia el final bastante interesante.
-La vida es una baraja de naipes. Ocultamos bajo el mantel lo que no se puede mostrar. Aparentamos barajar aquello que consideramos valioso y pretendemos que somos lo que destapa esa verdad absoluta. Y mientras lo hacemos, la angustia nos consume atentos al mantel con temor a que una brisa de viento lo descubra. Todo es una ilusión, una tensa y constante ilusión ¿no crees?
Autor: Pablo Poveda Sánchez
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Ni se me ocurre resistirme a una propuesta tuya.
Un beso