Reseñas de libros leídos en 2010 (2): Sueño del Fevre, de George R.R. Martin

FICHA TÉCNICA
Título original: Fevre Dream
Autor: George R.R. Martin
Editorial: Gigamesh
Páginas: 354
ISBN: 978-84-96208-75-9
Año publicación en inglés: 1982

Sueño del Fevre es un libro sobre vampiros y sobre barcos de vapor. Quizás a partes iguales.

El protagonista del libro, además de los vampiros y los vapores, es Abner Marsh. Un hombre ya mayor, que siempre ha estado enamorado de los barcos y del río. Feo, gordo y con verrugas, y sin embargo noble y buena persona. Embrutecido por su trabajo y hosco, pero sin embargo no está cerrado a aprender cosas nuevas. Uno de esos personajes al que le coges cariño, y por el, con el paso de las páginas, se puede sentir alegría, pena o compasión.

El libro comienza en 1857, en una época de esplendor para los vapores del río, pero también anterior a la Guerra de Secesión, que terminó con la esclavitud en Norteamérica. Así pues, durante el libro hay esclavos, y también se respira el ambiente típico del siglo XIX. Suciedad, muerte, epidemias. Martin no intenta dibujar un retrato idílico de la época ni de la zona. Como en otros libros suyos que he leído, a pesar de que quiere mostrar belleza, no quiere obviar lo que también está ahí. Por ejemplo, muestra el esplendor de Nueva Orleans, en contraste con la sordidez de alguno de sus barrios, y el peligro y amenaza latente que se respira por ejemplo en el barrio de Natchez-under-the-hill (ilustración de la derecha).

El libro comienza cuando Marsh se encuentra derrotado, arruinado. Su compañía de vapores está en bancarrota después de que por una sucesión de malas jugadas del destino casi todos ellos hayan terminado destrozados. Es entonces cuando un hombre extraño le propone un trato difícil de rechazar en sus circunstancias. Básicamente, le ofrece construir el vapor con el que siempre ha soñado, un barco capaz de ganar una carrera al más grande del río, el Eclipse, y todo a cambio de ser socio suyo y disponer de camarotes en el barco y de la posibilidad de moverse río arriba, río abajo. Lo que al principio le parece sospechoso a Marsh, acaba desembocando en una situación insostenible, y finalmente Joshua York (que así se llama su nuevo socio) se ve obligado a contarle la verdad.

Los vampiros en este libro comparten algunos elementos del clásico de Stoker, pero no así otros. Como odio a muerte los spoilers, no voy a desvelar características específicas de estos, pues eso no lo explican hasta bien entrado el libro. Aún sin explicar nada, tengo que decir que desde luego, no son vampiros como los de Stephanie Meyer. Para nada. En todo caso, sería al revés, porque aunque el libro se ha reeditado este año en español, Martin lo publicó a principios de los 80. Quizá sí recuerden en algunas cosas a los de Anne Rice, pero básicamente, la naturaleza del vampiro no tiene nada que ver tampoco con ella. Aquí el ser vampiro no significa nada bonito ni etéreo, sino que más bien son como animales dominados por lo que llaman la sed roja. Me gustaría extenderme más sobre las características concretas de los vampiros en este libro, pero la verdad es que es algo que viene con el argumento, y no quiero ser yo la que os adelante sorpresas. Sólo he de decir que el planteamiento y la forma de tratar a los vampiros me ha parecido muy original y novedosa (bueno, novedosa de hace 28 años, pero para mí, novedosa, pues nunca lo había leído en otro libro)

Y finalmente, a través del libro, se nos presenta una especie de lucha entre el bien y el mal, llevada al campo de la esclavitud, la elección y lo que está bien o está mal. Para los vampiros, los humanos son ganado. Para los humanos, los negros también son ganado. Y esa es la reflexión central del libro, para mí. Porque lo que se plantea es que hay otra solución, tanto para unos como para otros. La cuestión es que hay que elegir esa solución, elegir es la palabra clave porque si no decidimos que algo está mal, lo seguiremos haciendo, y sin remordimientos. Pero si decidimos que está mal, lucharemos con todas nuestras fuerzas contra ello. Y esas dos posturas las defienden los otros dos personajes centrales del libro, aparte de Marsh. Pero tampoco quiero contar spoilers.

Así que pondré un par de fragmentos para ilustrar el estilo y los razonamientos. Más vale eso que me enrede en una explicación de varios párrafos.

Mis caprichos significan la vida o la muerte para este ganado, y tienes que comprenderlo si quieres ser uno de los nuestros. Yo soy placer. Soy poder. Y la esencia de lo que soy, del placer y el poder, estriba en las posibilidades. Mis posibilidades son vastas, no conocen límites, cmo no los conoce nuestra edad. Pero yo soy el límite para este ganado: soy el final de sus esperanzas y sus posibilidades. 

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Tienes que comprender que no existen el bien y el mal; sólo la fuerza y la debilidad, los amos y los esclavos. 

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Te equivocas. Somos primos. Somos las dos caras de la misma moneda. No son la presa. ¡Mira todo lo que han logrado! Ellos aportan belleza al mundo. ¿Qué hemos creado nosotros? Nada.

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– Todos tenemos que elegir, Joshua.

En resumen, un buen libro de terror y de vampiros, en el que los sentimientos humanos son tan insondables como las aguas del Mississipi. Con unas páginas finales que emocionan y buenos personajes, creíbles. Y sin ninguna estúpida historia de amor.

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