I was pretending… pretending as I am not lost everything.
I’m beyond repair. We all are beyond repair. I can’t go on the way I’m living. [Nora]
Quizá para algunos, uno de los estrenos más decepcionantes de este año, The Leftovers se perfiló al principio como una potencial serie de intriga, traída de la mano de Damon Lindelof (y mucha gente, claro está, esperaba algo parecido a Lost… ¡error!). Pero no era una promesa cierta, ya que el género y el tono de la historia resultaron ser otros. Disfrutable – en el sentido estricto de la palabra – no ha sido la palabra que ha definido esta primera temporada.
La historia arranca tres años después de un desastre global. Tres años antes del comienzo de la historia, desapareció el 2% de la población mundial (unos 140 millones de personas), de forma repentina y sin ningún vínculo común o motivo aparente. Hay quienes atribuyen esa desaparición en grupo a una intervención divina, otros creen que fue aleatorio. Sea como sea, eso no importa pues el foco no está en ese suceso, sino en las consecuencias que eso ha tenido para la gente que ha permanecido.
La acción transcurre en la ciudad ficticia de Mapleton (NY). Kevin Garvey (Justin Theroux) es el jefe de policía en la ciudad, desde hace relativamente poco tiempo. Las cosas no han sido fáciles después de la Partida, un evento para el cual no se explican los motivos. En la Partida muchos ciudadanos de Mapleton desaparecieron, dejando sin respuestas a sus familiares y amigos. La mujer de Kevin, Laurie (Amie Brenneman), ha abandonado a su familia para unirse a una secta, los Guilty Remnant (que se traduciría algo así como el Resto Culpable). La secta se compone de personas que visten de blanco, no hablan y se comunican con notas, y solo miran a la gente fumando sin parar. Kevin y Laurie tienen dos hijos, Jill (Margaret Qualley) y Tommy (Chris Zylka), que tienen sus propios problemas a consecuencia de lo que ha ocurrido. Jill es incapaz de comunicarse con su padre, y Tommy trabaja para un gurú misterioso llamado «Holy Wayne» (Paterson Joseph).
En cuanto a otros personajes relevantes que viven en Mapleton, tenemos a la alcaldesa Lucy Warburton (Amanda Warren), una mujer dura que a menudo entra con conflicto con Kevin. Por otro lado, Megan Abbott (Liv Tyler), es una joven con una vida perfecta, o quizá no tan perfecta; tiene un prometido al que quiere, una casa bonita, pero aún así, algo no acaba de encajar en su vida y siente curiosidad por la secta. El Reverendo Matt Jamison (Christopher Eccleston) tiene una fe inquebrantable y está convencido de conocer los motivos de la gran desaparición; aunque nadie le cree, él no pierde la fe. Nora Durst (Carrie Coon) es la única habitante de Mapleton que perdió a toda su familia (marido y dos hijos) en el evento, e intenta sobrellevar las consecuencias. Y en cuanto a la secta, tenemos a su líder, Patti Levin (Ann Dowd), que con mano de hierro gobierna los actos del culto, pero ¿qué buscan con sus actos? ¿provocar alguna reacción en la gente? ¿hacer que más se unan a ellos?
Ciertamente no es una serie de lo más recomendable. Tiene un ritmo pausado no, lo siguiente, y cuesta hacerse con los personajes. Sí, cuesta mucho, porque no resultan simpáticos a la primera y hasta pasados unos capítulos no se entiende por qué son como son y actúan de la manera en que lo hacen (al margen de los motivos obvios). Tomemos como ejemplo al protagonista, Kevin, al que veremos atormentado y actuando de formas más bien cuestionables. Es un rasgo de la serie… es difícil tomar simpatía a los protagonistas, eso es así. Y es uno de los puntos buenos de la serie también. Lo fácil sería mostrar a personas indiscutiblemente buenas que no hacen daño a nadie y encima sufren. Lo difícil, tener que cuestionarlos y entenderlos a pesar de todo. Porque al final, cuando conocemos sus historias, los entendemos. Y porque entendemos que se nos muestra de ellos esa parte horrible que todos quieren esconder del mundo, todos tenemos esa parte e intentamos esconderla a toda costa.
No es una serie fácil de ver. No hay respuestas, sino cada vez más preguntas. Se habla de la fe, se habla de la maldad, de las creencias o la falta de ellas, del olvido, del autoengaño. ¿Estamos ante personas desquiciadas? ¿El mundo ha enloquecido? Incluso… ¿existe un dios y ha sido el artífice de las desapariciones? No hay respuestas evidentes, no hay conclusiones brillantes al final de cada capítulo. Sí hay flashes, aquí y allá, de escenas pasadas, hechos que nos explican el presente y quizá eso es todo lo que podemos conseguir. Hay que prestar atención, mucha atención a los detalles.
Y no es una serie que hable precisamente de la esperanza, no nos transmite positividad en ningún sentido. Los personajes son gente triste con historias aún más tristes. Hay capítulos donde se nos muestra lo que algunos de ellos han pasado y son sobrecogedores. Por otra parte, la secta que consigue sacar a todo el mundo de sus casillas tampoco es de lo que se dice, agradable de ver. Fuman sin parar y están omnipresentes para recordar a todo el mundo lo futil de la vida y que la existencia en la tierra no tiene propósito.
Es difícil llegar a engancharse a la serie, todo hay que decirlo. La historia se cuece a fuego lento, y pasan capítulos hasta que el puzle empieza a encajar. Hay que tener paciencia, no tener ideas preconcebidas. Esta serie no se parece a ninguna que haya visto. Es oscura, deprimente y a ratos, desesperante en más de un sentido. Pero me ha gustado mucho.
La banda sonora… magnífica. A cargo de Max Richter, consigue tocarme la fibra por las resonancias emocionales de ciertas escenas.
No la recomendaría así en general, pero a mí me ha gustado, así que, ¿por qué no decirlo?
Tendrá segunda temporada. No sé qué piensan contar, no sé si es necesaria dado el final redondo de la primera, pero la veré.
Web oficial
Ficha IMDB
Fechas emisión USA: Junio-Septiembre 2014
Duración de los capítulos: 50 minutos aprox.
Número de capítulos de la temporada: 10
Información Bitacoras.com
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Me apunto: la música, me ha encantado. Me pasó lo mismo con la de «Las Horas». Y la serie, también. No se por qué.
Y sí he simpatizado. Con el poli, con el cura…aunque los de blanco y el personaje negro de los abrazos…me han puesto nerviosa. Quizá lo buscaban.
Espero la siguiente.
Al final y también he simpatizado, sobre todo con el poli y con Nora… los de blanco y el de los abrazos, ¡no! Yo también creo que lo buscaban.
A ver qué nos cuentan en la segunda. 😉
Excelente primer temporada.