Esta película me ha esquivado por un tiempo, pero al final he podido verla. Había escuchado cosas buenas de ella, aunque no en demasiados lugares. Es de esas «pequeñas» películas que por el motivo que sea, me llaman la atención. En este caso diría que, aparte de las opiniones positivas, para mí ha pesado bastante el título. Fijaos qué tontería.
La protagonista es Geni, a la que en las primeras escenas vemos insegura, algo metepatas, despistada… Aunque inicialmente no se nos dice y no lo sabemos, pronto averiguaremos el motivo. Ha sufrido un grave accidente de coche y todavía se está recuperando. Aunque ella quiere hacer ver a su familia y amigos que todo está bien y puede volver a la vida normal, la realidad es bien distinta. Las secuelas físicas y psíquicas todavía le están pasando factura, y ni siquiera es capaz de hacer que lo entienda su marido, Dani. No es solo que le niegue la realidad a ellos, sino que Geni se niega lo obvio a sí misma. Y lo obvio es que esta situación traumática le está superando. Incapaz de volver al trabajo o afrontar situaciones cotidianas, se siente cada vez más frustrada y su comportamiento pasa de ser el normal para alguien en recuperación, a uno bastante errático. Así que mientras busca la manera de volver a encajar en su propia vida, empieza a tener conflictos con su entorno y con ella misma. Con lo que se espera de ella y la realidad. Con lo que ahora puede o no puede hacer, con los problemas que tiene para expresarse y para moverse.
Una de las cosas que me han gustado de la peli es cómo suministra información prácticamente con cuentagotas, las cosas no se explican claramente desde el principio sino que será a través de situaciones cotidianas (una cena, una fiesta, un taxi…) que tendremos la anatomía de Geni y su relación con todos los que la rodean. Es más, a veces un gesto o una mirada de cualquiera de los personajes parece insinuarnos relaciones ocultas, conflictos antiguos o cosas que no son lo que parecen. Y luego está lo del título, Geni no está sola en todo esto, sino que tiene familia, amigos, etc. Cada uno de ellos cree que la está empujando a hacer lo mejor para ella (recuperar trabajo, ingresos, la vida de antes del accidente), pero ¿quién lo sabe? A veces ni uno mismo sabe qué es lo bueno para él mismo. Y más cuando empiezan a sucederse dilemas y antiguos conflictos del pasado, que la acechan como si fueran heridas tan recientes como la que tiene en la rodilla y le hace ir cojeando por la vida. Es un personaje que de repente se da cuenta de que lo que ha hecho hasta ese momento no se ha sentido muy feliz. Es ahora cuando Geni quiere hacer las cosas que no hizo, perseguir los sueños que dejó escapar, y todas esas cosas que suelen pasársenos por la cabeza cuando la tragedia nos golpea.
Todos queremos lo mejor para ella es bastante lineal en su desarrollo. Sin muchas sorpresas, se basa en el buen hacer de Nora Navas para dar vida a Geni. Ella consigue despertar en nosotros la simpatía, la antipatía, el desconcierto y la impaciencia que inspira a su familia. Y aunque la película en su conjunto no sé si ha dejado una marca indeleble en mí, me ha gustado verla. Aunque de poder elegir, lo hubiera hecho en catalán y no doblada al castellano (aunque por lo que he leído fueron los mismos actores los que hicieron el doblaje).
Director: Mar Coll
Guión: Mar Coll, Valentina Viso
Año: 2013
Duración: 97 minutos
Ficha IMDB
Web oficial
Reparto: Nora Navas, Valeria Bertuccelli, Clara Segura, Pau Durà, Àgata Roca, Jordi Rico, Jordi Costa, Cristina Gàmiz, Mireia Piferrer, James Phillips, Anna Carné, Max Megías, Manuela Nieto
Información Bitacoras.com
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