Doctor Sleep, de Stephen King (Fragmento traducido)

Como muchos sabéis, Dr. Sleep será una secuela para una de las primeras obras de Stephen King, El Resplandor. En ella veremos a Danny Torrance, que en la otra novela tenía 5 años, tres años después de los hechos ocurridos en la primera novela.

La novela se publicará en algún momento de 2013, y por lo tanto será el que vaya después (en principio) de The Wind Through the Keyhole, y este será el único que se publique de King en 2012.

La cuestión es que el día 19 de febrero, Stephen King realizó una lectura de un fragmento del libro en el Festival del libro de Savannah. Allí, leyó las primeras páginas del borrador de la novela.

En la web SavannahHnow han colgado una transcripción de la lectura de King, que he traducido para que podáis leerla. Al final de esta entrada está el vídeo del acto.

– Sobra decir que para quien no haya leído El Resplandor, hay spoilers gordos –

Ante la petición del público, King se sentó y leyó las primeras páginas de «Doctor Sleep».

– Entonces así es como empieza – dijo King, y empezó a leer:

El dos de diciembre de 1977, uno de los grandes hoteles de lujo de Colorado ardió hasta los cimientos.

El Overlook fue declarado una pérdida total después de que la investigación del inspector del departamento de bomberos ratificase que la causa había sido una caldera defectuosa. El hotel estaba cerrado el invierno en que ocurrió el accidente, y solo había cuatro personas allí. Tres sobrevivieron.

El conserje del hotel fuera de temporada murió en un heroico esfuerzo sin éxito de bajar la presión de la caldera, que había ascendido a un nivel alto desastroso debido a una válvula de escape inoperativa. Dos de los supervivientes eran la mujer del vigilante y su hijo de corta edad. El tercero era el chef del hotel, Richard Halloran, que había abandonado su trabajo de temporada en Florida y se había acercado a ver si los Torrance estaban bien a causa de lo que llamó ‘un fuerte presentimiento’ de que la familia estaba en problemas.

– Los dos adultos supervivientes resultaron gravemente heridos en la explosión. Solo el niño quedó ileso… al menos, físicamente.

Wendy Torrance y su hijo recibieron un pago de la corporación propietaria del Overlook. No fue muy grande, pero sí suficiente para que pudieran salir adelante durante los tres años en que ella no pudo trabajar por los daños en su espalda. Un abogado al que consultó le dijo que si quería aguantar y jugar duro, conseguiría más – quizás muchísimo más – porque la corporación estaba ansiosa por evitar un caso en los juzgados.

Pero ella, como la corporación, solo quería dejar atrás ese desastroso verano en Colorado. Se recuperaría, dijo, y lo hizo, aunque sus dolores de espalda la atormentaron hasta el fin de su vida. Las vértebras destrozadas se pueden curar – y las costillas rotas – pero nunca dejarían de gritar.

Winnifred y Daniel Torrance vivieron en Maryland durante un tiempo, luego se desplazaron a Tampa. A veces Dick Halloran, el de los presentimientos fuertes, se acercaba desde Key West para hablar y visitarlos – para visitar al joven Danny, especialmente. Compartían un vínculo.

Una mañana temprano en marzo de 1981, Wendy llamó a Dick y le preguntó si podía ir. Danny, decía, se había despertado de noche y le había dicho que no entrara al baño. Después de eso, se había negado a hablar del todo.

Se despertó con ganas de hacer pis. Fuera, soplaba un viento fuerte – era caliente, en Florida casi siempre era caliente – pero a él no le gustaba ese sonido y suponía que nunca le gustaría. Le recordaba al Overlook, donde la caldera estropeada había sido el menor de los peligros.

Él y su madre vivían en un pequeño apartamento en un segundo piso de una casa de inquilinato. Danny salió de la pequeña habitación que estaba al lado de la de su madre y cruzó el pasillo. El viento soplaba, y una palmera agonizante hacía ruido con sus hojas al lado del edificio. El sonido era como de esqueleto.

Siempre dejaban la puerta del baño abierta cuando no había nadie utilizándolo porque la cerradura estaba rota. Ahora estaba cerrada – sin embargo su madre no estaba dentro. A causa de los daños en la cara que había sufrido en el Overlook, ahora roncaba, un sonido suave, como de ‘quip, quip’ – y podía escucharlo salir de su habitación.

«Bueno», pensó, «la ha cerrado por accidente, eso es todo».

Incluso entonces, sabía que algo pasaba. Era un niño de presentimientos fuertes e intuiciones también, pero a veces tenías que saberlo. A veces, tenías que verlo. Era algo que había descubierto en el Overlook, en una habitación del segundo piso.

Alargando un brazo que parecía demasiado largo, demasiado elástico, demasiado deshuesado, giró el pomo y abrió la puerta.

La mujer de la habitación 217 estaba allí, como había sabido que estaría. Estaba sentada desnuda en el inodoro con las piernas abiertas y los muslos protuberantes. Sus pechos fláccidos colgaban como globos deshinchados. El parche de pelo  bajo su estómago era gris. Sus ojos también eran grises, como espejos de acero.

Lo miró, y sus labios podridos se retrajeron en una sonrisa.

«Cierra los ojos», le había dicho Dick Halloran una vez. «Si ves algo malo, cierra los ojos y dite a ti mismo que no está ahí, y cuando los abras de nuevo desaparecerá». Pero no había funcionado en la habitación 217 cuando tenía 5 años, y no funcionaría ahora, que tenía 8. Lo sabía. Podía olerla. Se estaba descomponiendo.

La mujer – sabía su nombre, era la Sra. Massey – se puso en pie sobre sus pies violetas, alargando las manos hacia él. La carne de sus brazos colgaba, casi chorreando. Estaba sonriendo, del modo en que lo haces cuando ves a un viejo amigo. O quizás, algo bueno para comer.

Con una expresión que podría confundirse con tranquilidad, Danny cerró la puerta con suavidad y dio un paso atrás. Ahora tenía 8 años y era capaz de al menos algún pensamiento racional, incluso en este horror – en parte porque, en alguna profunda parte de su mente, había estado esperando esto, aunque siempre había pensado que sería Horace Derwent quien aparecería alguna vez, o quizás el barman, aquel al que su padre había llamado Lloyd. Suponía que debería haber sabido la Sra. Massey, incluso antes de que ocurriera.

Porque de todas las cosas no muertas en el Overlook, ella había sido la peor…

12 comments

  1. Me gusta el hecho de que retoma un personaje infantil al de unos pocos años de la historia original, con lo que sigue siendo un niño. Algo diferente a, por ejemplo, El Talismán y Casa Negra, donde se repite protagonista pero ya en edad adulta.

    Habrá que leerlo, sin duda…

    • A ver, a ver qué hace al final. Yo no le tengo mucha fe al libro porque no me apasionó El resplandor, pero creo que puede ser muy interesante. ^^

    • Pues al principio decían que se publicaría el 15 de enero próximo en inglés, pero después dijeron que anunciarían otra fecha posterior. A ver si es en los primeros meses del año.

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