Y es que estos días están siendo calentitos en tema de pilotos de series, así que intentaré seguir el ritmo e ir haciendo comentarios de algunas. En este caso, y con esta serie británica (no confundir con The Gates, la otra serie con título parecido pero cuya temática sobrenatural no tiene nada que ver con esta), el tema es la escuela primaria y cómo el hecho de que los hijos vayan al colegio acaba condicionando la vida social de sus padres.
Mark (Tom Ellis) y Helen (Joanna Page) son padres que recientemente se han mudado al vecindario del South East. Su hija de nueve años tiene que empezar en un nuevo colegio, y para ellos esto supone mucho más que un trámite. El colegio al que va su hija va a tener implicaciones también para ellos, pues se encontrarán con unos temibles nuevos conocidos: los padres de los compañeros de su hija. Helen lo sabe y ya empieza con mal pie al ir con una paranoia total al primer día de su hija en el cole, pero se ve que no iba demasiado desencaminada con sus miedos. A partir de ahí el protagonismo se desplaza casi por completo a Mark, el padre de la niña, que se encarga de dejarla en el colegio e irla a buscar (además de socializar con otros padres, involuntariamente).
En las puertas del colegio (las mismas a las que se refiere el título) veremos a todo tipo de padres: los “profesionales”, que tratan a sus hijos como un pequeño ejército; los demasiado cariñosos, a los que les cuesta dejar a sus retoños en el cole; los excesivamente amistosos; los despistados; el loco por el deporte y la vida sana… hay de todo y para todos los gustos, y curiosamente, muchos se disputarán el favor de los padres nuevos, en este caso sobre todo el de Mark, que acaparará la atención de dos madres y las instará a competir entre ellas por su favor como nuevo amigo.
Hay algunas escenas graciosas, al menos para mí. No soy madre y no sé cómo es vivir la llegada de un niño al colegio, pero las que se muestra en la serie, aunque exagerado, parecen situaciones factibles en la realidad en su mayoría. Además, el personaje del padre, Mark, cae bastante simpático a pesar de ser bastante papanatas casi todo el tiempo. El director del colegio y sus profesores (la profe borracha que pide comprensión a los alumnos para su resaca, por ejemplo) caen razonablemente bien, y el resto de padres hacen bien su papel. En su empeño por no establecer nuevas relaciones sociales en el colegio de su hija, Mark y Helen fracasan estrepitosamente e incluso acaban teniendo una especie de hora del café multitudinaria en su casa, y Mark acaba comprometiéndose casi sin querer para dar una charla sobre su trabajo en la construcción, lo que acaba llevando a situaciones bizarras e inverosímiles. Pero así es, esto es Gates, una serie bastante familiar y de humor moderado.
Y ya digo, todo es razonable, hace gracia hasta cierto punto y los actores no lo hacen mal, pero el tema a mí, personalmente, me pilla muy lejos como para que la serie me divierta. Me parece curioso (en plan positivo) que sea el padre el que asume un papel preponderante en lo de llevar a la niña al cole, aunque sea por su tipo de trabajo, y otro punto en común con otra serie sobre profesores que he visto estos días, Bad Education, ¿qué pasa, que en Reino Unido es muy normal que los profesores beban en exceso? Pero a pesar de que no le veo defectos importantes a la serie, tampoco le veo un atractivo excesivo, así que no creo que siga viéndola. Es una serie encantadora, graciosa de un modo bastante inocente, y familiar aunque no en el mal sentido… pero no es para mí.
Fecha de primera emisión:
Cadena de emisión en UK: Skyliving
Ficha en IMDB
Web oficial de la serie
Duración aproximada: 25 min.
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