Jane Quincy, una chica sin ningún éxito en el instituto, de repente lleva una doble vida. Por un lado, sigue siendo una don nadie y puteada en el instituto, y por otro, empieza una carrera en el mundo de la moda. En el instituto, es algo así como una marginada que suspira por el chico popular y no para de quejarse con su mejor amigo. En casa, vive con su hermano Ben, que se encarga de todo desde que su padre murió (su madre los abandonó hace muchos años, curiosamente igual que en Suburgatory, de la misma cadena), pero que actualmente no tiene trabajo. Así que por un lado, quiere perder de vista el instituto, y por otro necesita dinero desesperadamente. Además, el mundo de la moda le gusta, así que cuando un día ve un anuncio para el mundillo, no duda en presentarse para hacer unas prácticas. La entrevista para ser su asistente personal Gray (Andy McDowell), y por una confusión en los papeles, la entrevista para el puesto equivocado, y acabará siendo aceptada para eso, ser la asistente personal de Gray en una empresa dedicada a la moda y la alta costura.

A partir de ahí veremos cómo Jane lidia con su nueva situación, y con el hecho de tener que llevar una doble vida, alternar el instituto con un trabajo de verdad, intentar rendir al máximo para una jefa «ogro» como es Gray (personaje al que previsiblemente veremos más bien poco), esquivar las puñaladas en su nueva empresa y tratar de llevar lo mejor posible los nuevos intereses amorosos que le surgirán. Como véis, todo muy previsible y convencional, incluyendo el hecho de que le oculte su nuevo trabajo a su hermano, que como es evidente, se entera enseguida. Tendremos también alguna escena más azucarada de familia, y bueno, que tampoco os quiero destripar nada por si la veis.

Es una serie familiar, así que tampoco voy a meterme demasiado con ella. Supongo que está hecha para un público más o menos de la edad de la protagonista (¿17?), así que es normal que sea más o menos cándida y no demasiado madura, y bueno, esperaba que entrara un poco más en las inquietudes en cuestiones de moda de la tal Jane, o en la empresa en que trabaja. Aunque supongo que es algo normal para un piloto y en los próximos capítulos desarrollarán un poco más los temas centrales, aparte de lo muy mal de tiempo que anda siempre Jane y sus preocupaciones centrales. Aún así, ya digo, no es mi tipo de serie ni soy su público objetivo, así que ahí la dejo.

En cuanto a personajes, tenemos un poco los clásicos. La protagonista, una chica ambiciosa con problemas que previsiblemente será una crack en lo que hace, las chicas populares y animadoras del instituto, el amigo un poco friki, el hermano majo que ha visto tiempos mejores, la jefa dura (una Andy Mcdowell a la que vemos en momentos puntuales en escenas de videoconferencia, pues viaja mucho), la arpía del trabajo…  lo dicho, los clásicos. Erica Dasher demuestra buen hacer y bastante carisma en su papel de Jane (bastante en la línea de Tessa de Suburgatory, por cierto), y los demás tampoco lo hacen mal.

No es una mala serie, o al menos no parece que vaya a serlo. Es una serie familiar, curiosa, y no tiene mal ritmo, así que seguro que encontrará su público, sobre todo gracias a Jane. De todos modos, yo creo que no seguiré con esta tampoco. No es lo mío.