Hierba, de Keum Suk Gendry-Kim

Hablé de manera muy breve de esta novela gráfica, en mi post con mis lecturas destacadas del 2022. Allí comenté de forma bastante resumida por qué me había impactado (me cuesta decir «gustado» en referencia a este cómic), cuando lo leí. Y es que el tema es muy duro y a pesar de lo bien escrita y dibujada que está la historia, cuesta leerla.

El cómic se basa en una historia real, la vida de Lee Ok-sun, a quien la escritora de la historia estuvo visitando para que le contara su vida. Lee Ok-sun es una anciana que está pasando sus últimos días en una «casa del compartir». Esas casas son lugares a donde iban a parar muchas veces las antiguas empleadas de las «casas de consuelo», cuando envejecen y necesitan más cuidados. Son términos que hasta pueden sonar bonitos y poéticos, pero que no lo son. En las casas de consuelo pasaban cosas terribles, pero para ello hay que conocer el contexto.

En los años 30, Japón ocupaba territorios en Corea, y como en todas las guerras, se cometieron muchas atrocidades. Que siempre pase no lo convierte en más tolerable, sabemos que es así, y que además en las guerras casi siempre las mujeres acaban siendo tratadas con especial crueldad. En esta historia vamos a conocer una vertiente en particular, que se trata de la violencia sexual cometida por las fuerzas de ocupación japonesas. Allá donde ocupaban, los japoneses creaban las «casas de consuelo», que eran prostíbulos montados a menudo en barracones y con horribles condiciones higiénicas, y donde las prostitutas eran mujeres que no se habían ofrecido a ello (las llamaban «mujeres de consuelo»). Os podéis imaginar… violaciones, palizas, y escenas horribles donde en muchas ocasiones las víctimas eran niñas. No solo eso, sino que a veces esas niñas iban allí con el permiso de sus padres. Es el caso de nuestra protagonista, quien acaba allí siendo poco más que una niña, y a quien destrozan su vida para siempre. Parece mentira que una historia así pueda tener un lado positivo, y sin embargo esta superviviente nos ofrece momentos de humor y un optimismo inexplicable al final de su vida.

Lee Ok-Sun con la autora

No conocía esas prácticas ni estas casas del consuelo, y es una historia que horroriza, muy oscura, tanto como solo pueden serlo las historias reales. La realidad siempre supera la ficción en lo que se refiere a crueldad. En el caso de Lee Ok-Sun se nos cuenta su historia desde que solo es una niña, y vive en la pobreza extrema. Eran momentos difíciles para ser pobre y coreana, ella soñaba con ir al colegio, pero eso era un sueño imposible para alguien como ella, en primer lugar por ser pobre, pero sobre todo por ser niña. Es más, su familia la da en adopción para tener una boca menos que alimentar y para darle una vida mejor (no se sabe si tenían idea de cómo acabaría realmente), y en lo sucesivo es vendida y pasa de casa en casa como si fuera un objeto. Aunque en el libro se trata con delicadeza, la historia muy, muy cruda. Ya lo he dicho, en aquellos barracones se cometían los actos más atroces contra las mujeres, las violaciones y palizas eran diarias, con consecuencias todavía más terribles. Intentos de suicidio, graves secuelas en la salud de las mujeres que allí estaban, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados…

El dibujo es muy bonito, y como he dicho, el estilo consigue no caer en la crudeza explícita, a pesar de que el tema no es nada fácil. Y toda la crueldad nos llega y nos golpea en la cara, a pesar de estar vestida de una forma tan bonita. La historia no solo se centra en la infancia y juventud de la protagonista, sino que está la línea temporal presente, donde una Lee Ok-Sun anciana, termina su vida de una forma tranquila, y conoce a la autora, a la que cuenta su historia. Es una gran historia, nada fácil de leer, pero necesaria. Muy recomendable.

Título original Grass
Año primera publicación 2018
Número páginas 488
ISBN 978-8418052071
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2 comments

  1. Pues ya me lo he leído. Efectivamente, muy duro, pero quizás no tanto como esperaba, supongo que por la intención deliberada de la autora de no narrar de forma demasiado explícita todas las barbaridades que se cometían con aquellas mujeres. Pensé que me emocionaría más con la historia, pero la autora huye también de sensiblerías y la sensación que me deja el cómic es más de extrañeza, de bloqueo emocional, de impotencia ante el comportamiento humano en determinadas situaciones. Como dices, muy recomendable y necesario.

    Saluditos

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