Pues bueno, ya hemos llegado al final de temporada de esta serie. Y para mí, lo peor de que acabe la temporada, es que ¡no tendremos más hasta dentro de dos años!! Me ha gustado la serie mucho más de lo que había pensado, me he implicado con algunos de los personajes, he llegado a sufrir con cosas que íbamos viendo… en general pues, un balance muy satisfactorio y mucho mejor de lo esperado para mí.
Importante: todo lo que escribo a partir de aquí, es un recuento de lo que pasa en el capítulo. Así que sobra decir que tiene SPOILERS sobre el capítulo… y muchos.
Si en el capítulo anterior, todo el protagonismo se lo llevó el bando de los «verdes» y estuvo centrado 100% en Desembarco del Rey, este es algo más diverso (no mucho) en cuanto a localizaciones, y cambia el foco hacia el bando negro, con los hechos que ocurren inmediatamente a continuación del capítulo anterior. En la temporada hay varios momentos tristes e impactantes, pero en este capítulo quizá hay uno que es de los más tristes, y más impactantes. Quienes conocíamos el libro ya sabíamos que esto iba a pasar, que de hecho tiene que pasar para dar inicio a la Danza de Dragones, pero no por inevitable duele menos, ¿no?
Al inicio del capítulo, se nos muestra la impresionante mesa del mapa en Rocadragón. Luke Velaryon, el segundo hijo de Rhaenyra, está mirando el mapa y enseguida llega su madre. Al parecer, al niño le preocupa ser el sucesor a la Serpiente Marina como gobernante de Marcaderiva. Recordemos que Corlys Velaryon estaba al borde de la muerte, y por ello en el capítulo 8 hubo disputas sobre quién le iba a suceder, resultando Lucerys nombrado como legítimo sucesor. Pues bien, él no se siente muy cómodo con eso, pues considera que no tiene méritos suficientes para gobernar. Rhaenyra le cuenta que cuando ella supo que era la heredera, también estaba aterrorizada, pero con el tiempo ha ido asumiéndolo. En un momento muy tierno, Luke le dice a su madre que él no es como ella, que no es perfecto. En la escena Rhaenyra es muy cariñosa con Luke, lo cual nos va preparando para lo que pasará después…
Les interrumpe un guardia, pues Rhaenys ha llegado a lomos de su dragón Meleys… y con noticias de Desembarco del Rey que quiere transmitir a Daemon y Rhaenyra. Sin paños calientes, les cuenta que Viserys ha muerto. Pero claro, esa no es la única noticia, sino que les cuenta que Aegon II ha sido coronado como su sucesor. Rhaenyra reacciona mal, claro, no solo por lo de su padre sino por la coronación, mientras que Daemon se interesa por cómo murió (¿quizá con ayuda? ¿asesinado?). Rhaenys les explica que Alicent le pidió lealtad pero ella se negó, y a pesar de eso consiguió salir con vida, que Aegon fue coronado en Pozodragón, para legitimarlo delante del pueblo. Daemon le reprocha a Rhaenys no haberlos quemado a todos, a lo que ella responde que no le corresponde a ella iniciar una guerra. Y que de todos modos quería avisarles, porque los verdes vendrán a por ellos.
En ese momento Rhaenyra se pone de parto, al parecer todavía le faltaba mucho para salir de cuentas. Aunque ya es su sexto parto, este parece que está siendo mucho más complicado que todos los anteriores, además de que aún no tocaba. Mientras está haciendo esfuerzos ella sola, pues no acepta ayuda de nadie, hace llamar a sus hijos mayores, Jace y Luke, para contarles las noticias. Cuando el mayor, Jacaerys, le pregunta qué van a hacer al respecto, ella le contesta que de momento nada. Y que seguramente Daemon ya estará planeando su guerra, pero que su hijo no debe hacer nada a no ser que ella lo ordene.
Mientras ella hace esfuerzos, en la sala del Consejo Daemon habla con sus señores de cómo proceder, a dónde enviar mensajes, qué casas le pueden ser leales, de paso se comenta que Corlys se va a recuperar y no morirá por sus heridas… de fondo se escuchan los gritos de dolor de Rhaenyra, pero ellos siguen. Es entonces cuando Jacaerys les interrumpe con lo que ha dicho su madre, no deben iniciar la guerra mientras ella esté enferma. Daemon no hace caso, se reafirma en sus órdenes y pide a Jace que le acompañe «para enseñarle lo que es la lealtad».
Fuera del castillo, Daemon habla con dos guardias con Jace como testigo. Les pide que juren que reconocen a Rhaenyra como reina, y a Jacaerys como sucesor. En paralelo, vemos el final de la escena del parto de Rhaenyra, que resulta ser un aborto. Da a luz a un bebé muerto, del que solo mencionarán que es una niña, aunque por los libros sabemos que se llamaba Visenya. Es curioso ver cómo en los momentos de máximo dolor de Rhaenyra, Syrax siente ese mismo dolor debido al vínculo que los une. Daemon va a verla cuando todo ha pasado, y justo después vemos cómo la propia Rhaenyra prepara el cadáver para su entierro, mientras las Hermanas Silenciosas le miran. Queda en evidencia que están empezando el duelo por separado, y con las escenas de la preparación del cuerpo por parte de la madre, vemos a Daemon yéndose a la orilla del mar, también apenado.
Lo siguiente es el funeral. Mientras arde el cadáver, llega un guardia que no conocen. Es Ser Erryk Garwyn, que llega desde Desembarco del Rey y lleva la corona que perteneció a Viserys, a la vez que jura fidelidad a Rhaenyra. Ya sabemos que en la coronación de Aegon II usaron (para darle más legitimidad) la corona de Aegon el Conquistador, y eso ha permitido a Erryk robar la corona de Viserys para dársela a Rhaenyra. De este modo tiene lugar la coronación un poco improvisada de Rhaenyra, cuando Daemon se la coloca en la cabeza y se arrodilla ante ella. Todos los demás hacen lo mismo.
En la siguiente escena, muy chula, vemos la mesa del mapa como no la habíamos visto aún: iluminada. Le colocan debajo unas brasas que le dan un aspecto espectacular. Y ahí tiene lugar un consejo, donde con Rhaenyra ya recuperada, empiezan a tomar decisiones. En el consejo tienen también cabida los hijos de Rhaenyra y Daemon. De hecho Rhaenyra pide a Rhaena y Baela que se pongan a su lado para comenzar la reunión. Pregunta cuál es la situación, y Daemon le pone al día. Rhaenyra descubre que ya han ido haciendo cosas sin su permiso, y hacen un repaso de las principales casas y sus lealtades. También hacen un repaso a los dragones que tiene cada bando, para ver quién lleva ventaja en ese sentido. Daemon lleva la cuenta, no solo de los dragones que tienen jinete en el bando de los verdes y los negros, sino de los dragones que están todavía sin reclamar o sin dueño. Esos dragones son Vermithor (el dragón que perteneció a Jacaerys I), Bruma (el dragón de Laenor Velaryon), y Ala de Plata (que perteneció a Alyssane, la mujer de Jacaerys). Bruma está en Marcaderiva y los otros dos en Rocadragón. Además, hay dragones salvajes también por ahí. Daemon además tiene una nidada de Syrax incubándose, por lo que espera tener más dragones… lo que parece que falta son jinetes. También propone establecer una base en Harrenhal, un lugar más grande donde pueden tener espacio tanto para el ejército de hombres como para el ejército de dragones. Entonces llega el aviso de que tienen visita. En la bandera tienen un dragón verde con tres cabezas, al parecer el escudo de armas de Aegon II el Usurpador.
Es una comitiva que encabeza Otto Hightower. Viene a ofrecer a Rhaenyra y Daemon un «trato justo», pidiéndoles que rindan lealtad a Aegon a cambio de dejarles vivir en paz en Rocadragón. Evidentemente y como todo el mundo sabe, van a decir que no… aunque aún no lo dicen. Rhaenyra entra en escena a lomos de su dragón, recordándonos cuando vimos una escena muy parecida cuando era jovencita, en este mismo puente. El mensaje que Otto trae a Rhaenyra es una hoja de un libro, que nos lleva a la juventud de Alicent y Rhaenyra, por lo cual se supone que Alicent está apelando a los sentimientos de Rhaenyra para detener la guerra. Rhaenyra evita que maten a Otto, y le promete una respuesta al día siguiente a la oferta que le han hecho.
En la siguiente escena, de nuevo Consejo alrededor de la mesa. Rhaenyra y Daemon no están de acuerdo, pues mientras ella quiere evitar la guerra y aún cree que puede hacerlo, él tiene muy claro que guerra es la única opción que tienen. Piden que les dejen solos, para discutirlo. Siguen sin estar de acuerdo, pues ella tiene presente el juramento de la Canción de Hielo y Fuego, el secreto que le transmitió Viserys cuando la nombró heredera. Daemon es más pragmático y no cree en «fábulas». Intenta dejárselo claro a Rhaenyra, haciendo uso de la violencia y medio estrangulándola (¡esto me pilló muy de sorpresa! nunca había parecido que entre ellos tuvieran actitudes violentas). Ella se da cuenta de que Viserys no le contó el secreto a Daemon, lo que quiere decir que nunca lo consideró un heredero legítimo.
Daemon: «Soñar no nos convirtió en reyes, los dragones sí».
Vemos a Corlys, que se despierta junto a Rhaenys. Tienen también una breve discusión, donde ella le recrimina el haber huido cuando ella lo necesitaba más. Todavía están pasando el duelo por la muerte de sus dos hijos. Rhaenys le pone al día, y le cuenta que Vaemond ha muerto, a manos de Daemon. Corlys le propone retirarse y no tomar partido por ninguno de los bandos, también se ve que sigue guardándole rencor a Rhaenyra por la muerte de Laenor.
Después, Corlys va a ver a Rhaenyra, acompañado por sus nietas y por su mujer. Son cordiales el uno con el otro, y Corlys pregunta por Daemon. Corlys observa que tienen pocos aliados, insuficientes para ganar una guerra. Tras una breve conversación, Corlys ofrece el apoyo de la casa y la flota Velaryon a la causa de Rhaenyra. Ella sigue afirmando que no va a ser la primera en dar el paso para iniciar la guerra, aunque sí quiere averiguar quienes son sus aliados. Corlys trae la noticia de que tiene el control del Mar Angosto, por lo cual puede cortar los suministros por mar de Desembarco del Rey. Rhaenys se ofrece a patrullar en su dragón, parar asegurar que eso sea así. Cuando ven que quieren sitiar Desembarco del Rey, Rhaenyra dice que deberían contar con el apoyo de Invernalia, Bastión de Tormentas y Nido de Águilas, casas a las que enviarán mensajes.
Jace se ofrece a que lleven ellos mismos los mensajes. Jacaerys irá al Norte, primero a Nido de Águilas a ver a Lady Jeyne Arryn, y después a Invernalia, a ver a lord Cregan Stark. Lucerys irá a Bastión de Tormentas, a ver a Lord Borros Baratheon. Quieren confirmar el apoyo de las casas, que ya en su día hincaron la rodilla ante Rhaenyra, y creen que mensajeros con dragones serán más convincentes. Antes de salir, instruye a sus hijos en que no tomen parte en ninguna lucha, que son solo mensajeros en esta ocasión, y que deben jurarle que así procederán. Lucerys está visiblemente asustado, mientras que Jacaerys muestra más determinación.
En la siguiente escena, vemos a Daemon solo entrar en una cueva cantando. Canta una canción en valyrio, dedicada a un dragón que está allí. El dragón no es otro que Vermithor, uno de los dragones que antes mencionaron que está sin jinete. El plan de Daemon está claro, tiene muchísima confianza en la fuerza de los dragones para ganar la guerra, y cuantos más dragones puedan controlar, más posibilidades tendrán. Quiere tener el control de los dragones sin dueño y los salvajes para ganar fuerza para su ejército. Y con Vermithor parece que le está yendo bien.
Vuelta a los niños, el foco lo tenemos en Lucerys y su dragón Arrax, que se acercan a Bastión de Tormentas. Haciendo honor a su nombre, el lugar tiene un clima horrible, muy nublado, con tormentas, y una atmósfera muy desapacible que no solo inquieta a Lucerys, sino a nosotros. Desde el principio todo parece indicar que nada va a ser fácil. Para empezar, nada más llegar, se da cuenta que no es el único emisario allí, pues Vhagar está también en el castillo. El tamaño de Vhagar es monstruoso, nada que ver con el pequeño dragón que monta Lucerys. En la sala de audiencias, de hecho, está Aemond todavía, que también le ha llevado una oferta a Lord Borros. El lord no tiene muchas ganas de recibir mensajes, y eso no ayuda claro, pero lo que más nervioso pone a Luke es tener la vista fija de Aemond sobre él. Lord Borros se queja de que Lucerys no trae ninguna propuesta interesante, que de parte de Aemond hay una propuesta matrimonial. Lucerys le recuerda que él no puede comprometerse con ninguna de las hijas de Borros, porque ya está prometido. Borros le manda a casa, pues considera que viene con las manos vacías.
Lucerys se dispone a irse, cuando le interrumpe Aemond. Aemond quiere que se arranque un ojo, para «pagarle» el suyo. Entonces se destapa el suyo, en la cuenca se ha puesto ¡un zafiro! Lord Borros para la pelea y dice que no quiere enfrentamientos bajo su techo, con lo cual Luke sale corriendo y huye.
Arrax espera a Lucerys ya muy nervioso, pues nota su miedo (otra vez la conexión entre jinete y dragón). Salen volando en medio de la lluvia y la tormenta. Al principio parece que podrá escapar, y de hecho Aemond y Vhagar no están a la vista, pero pronto aparecen y todo se convierte en una persecución horrible. Aunque hay algún momento en el que parece que Lucerys y Arrax pueden tener posibilidad de escapar por ser más rápidos, lo enorme de Vhagar y su fuerza acaban imponiéndose. Vhagar parte en dos a Arrax después de que Arrax lance fuego a Vhagar (en contra de las órdenes de Lucerys), y con él, también a Luke. La duda que nos queda es si realmente Aemond quería llegar a ese extremo, o si como parece en el último momento, solo quería jugar a aterrorizar a Lucerys. Los dos dragones acaban desobedeciendo a sus jinetes (tal como decía Viserys, la idea de que controlan a los dragones es una ilusión…), y la consecuencia es que ahora habrá guerra sí o sí.
En la última escena, Daemon se acerca a Rhaenyra y le da la noticia. Es una escena donde no se escucha una palabra y aún así es muy potente. Según he leído, fue Matt Smith quien tuvo la idea de rodar la escena de esta manera. Cuando volvemos a ver la cara de Rhaenyra, ya lo tiene muy claro y clama venganza. La Danza de Dragones ha comenzado.
¡Y nos quedan dos años para ver la temporada siguiente! 🙁
Me ha encantado esta primera temporada, mucho más de lo que esperaba. Grandes actuaciones, una historia que engancha, y han conseguido que me apasione de nuevo con el universo de Juego de Tronos. No es poco, era bastante reacia al principio y me ganaron en los primeros minutos de la temporada.
Ya para terminar, quería dejar por aquí esta imagen que encontré, donde salen todos los dragones dibujados, tanto los que tienen jinete como los que no. Ayuda mucho a orientarse, con los nombres (aunque están en inglés) y con sus tamaños y colores.