La Casa del Dragón (HBO) – Resumen y opinión Cap. 1×07 «Marcaderiva» (Con spoilers)

Pues aquí estoy, a punto de hacer el resumen semanal del capítulo de La Casa del Dragón. Las cosas se caldean cada vez más en la serie, ya llegando a límites bastante extremos. ¿Se repetirá la pauta que conocíamos en Juego de Tronos? Si recordáis, en cada temporada solía haber algún hecho impactante en el capítulo 9… ¿veremos también en esta serie ese patrón? ¿Qué nos están preparando para el final de temporada? Por otro lado y volviendo a este capítulo 7, es un capítulo del que se ha hablado casi más de cómo está rodado, que del contenido. Es un capítulo donde predomina la oscuridad, literalmente hay algunas escenas donde cuesta seguir la acción de lo oscuro que está.

Importante: todo lo que escribo a partir de aquí, es un recuento de  lo que pasa en el capítulo. Así que sobra decir que tiene SPOILERS sobre el capítulo… y muchos.

Antes de empezar, una imagen que he encontrado por ahí y a mí me ayuda bastante a situarme en la serie. En ella tenemos un árbol genealógico de las familias de la serie en el capítulo actual.

Ahora, recordemos de dónde veníamos. En el capítulo anterior teníamos varias muertes al final del capítulo. Por un lado, Laena Velaryon moría ordenando a su dragona Vhagar que la quemase. Por otro lado, el señor de la casa Strong (Ser Lyonel, Mano del Rey) y su heredero (Ser Harwin, amante de Rhaenyra y padre de sus tres hijos) morían abrasados y quemados en su propio castillo, Harrenhal, todo por órdenes del otro hijo, Ser Larys Strong, que lo hizo para contentar a Alicent (aunque no por petición expresa de esta).

Al inicio de este capítulo, lo que tenemos es a toda la realeza congregada en Marcaderiva, para despedir a Laena en un funeral marítimo. La larga escena inicial nos muestra el funeral, y cómo pronuncian una oración por ella. Allí están Viserys, Alicent y sus tres hijos; también Rhaenyra, Laenor y sus hijos… nos fijamos en que Otto Hightower vuelve a ser Mano del Rey, gracias a la muerte de Ser Lyonel (¿y se supone que por insistencia de Alicent?). Me ha gustado mucho ver a los dragones congregados por allí, realmente una escena que me ha encantado por cómo está rodada y lo que nos muestra. Nos pone en un mismo plano, no solo a toda la familia, sino que a través de los juegos de mirada y lenguaje corporal, nos recuerda cuáles están siendo las relaciones entre ellos. Por cierto, el dato, el que lee la oración es Vaemond Velayrion, sobrino de Corlys. Ya lo habíamos visto participar en la batalla por los Peldaños de Piedra.

Este cabrito de Criston Cole… ¡por él no pasan los años!


En la recepción que se celebra después, se pone de manifiesto mucho más la tensión, y pasan muchas cosas. Muy malas caras de Alicent y Criston cuando ven a Rhaenyra, por ejemplo. Rhaenyra buscando el momento de hablar con Daemon, sin conseguirlo con tantos ojos encima. Viserys, muy deteriorado debido a sus enfermedades, mirando a unos y a otros y harto de la tensión. Criston le dice a Alicent que Larys no deja de mirarla, y ella le dice que es por el orgullo de ser el nuevo señor de Harrenhal (se supone que Criston no sabe qué hubo detrás del incendio). Por otro lado vemos a Jacaerys consolando a sus primas (animado por Rhaenyra, que le pide que lo haga), y a Lucerys siendo marcado como próximo señor de Marcaderiva, directamente por Corlys. Al parecer no tiene en cuenta en la línea de sucesión tampoco a las mujeres, las hijas de Laena son mayores. Corlys le exige a Ser Qarl que vaya a consolar a Laenor delante de todos. Las miradas entre Rhaenyra y Daemon son frecuentes. Viserys consigue levantarse y acercarse a Daemon, le dedica unas palabras de comprensión (los dos se quedaron viudos en circunstancias similares, al fin y al cabo). También le invita a volver a Desembarco del Rey, queriendo borrar sus diferencias. Daemon no está muy por la labor. Atención también al detalle, cuando Viserys se retira para ir a dormir, se despide de su mujer Alicent, llamándole con el nombre de Aemma. Algo que evidentemente no agrada mucho a Alicent.

Aquí ya entramos en la oscuridad del capítulo, en este punto yo cerré las cortinas y apagué las luces para poder ver… si no, imposible. Un Laenor muy perjudicado por la pena y el alcohol también se retira; Aegon, el hijo mayor de Alicent, solo se preocupa por perseguir mujeres y emborracharse, y recibe una bronca de su abuelo Otto; vemos al hijo pequeño de Alicent, Aemond, interesarse mucho por los dragones. Y ya de noche, Corlys y Rhaenys hablan de la muerte de su hija, y de las pretensiones que siempre han tenido a recuperar el Trono; Rhaenys acusa a Corlys de excesiva ambición, a costa de sus hijos, mientras que este habla de dejar un legado. Por otro lado, ella le pide que nombre a su nieta mayor heredera de Marcaderiva, pues ambos saben que los hijos de Rhaenyra no son de su sangre. Y aquí viene la frase de Corlys: «La Historia no recuerda la sangre. Recuerda los nombres».

Por fin Rhaenyra puede hablar con Daemon. Ella está preocupada porque ve a Laenor muy roto, y piensa que tendrán problemas por eso. También confiesa que en su día Laenor y ella intentaron tener hijos juntos, pero no lo consiguieron, que ella no tenía placer y lo encontró fuera. También hablan de lo que ocurrió con Ser Harwin, y mientras que Daemon está seguro de que Otto y Alicent estuvieron detrás de la muerte de Harwin, ella no está tan segura de que su antigua amiga pueda estar detrás de esos actos. Ella le recrimina haberla abandonado cuando era una niña, y de que su vida ahora es una tragicomedia. Después de hablar un poco más, ella le recuerda que ya no es una niña, y le besa. Los vemos teniendo sexo, ¡viva el incesto en la familia Targaryen!

Por suerte, alguien tuvo a bien «darle luz» a este fotograma de Vhagar y Aemond

En la siguiente escena, igualmente oscura, vemos a Aemond aproximarse al lugar donde descansa la dragona Vhagar, a la que cabalgaba Laena Velaryon y que actualmente está sin jinete. No sin un momento inicial en que parece que va a achicharrar al niño, finalmente Aemond consigue que la dragona le acepte como jinete y volar un ratito. Para mí, lo raro es que con tanta gente ajena a la casa Velaryon por allí dando vueltas, dejaran al dragón sin vigilancia. Pero bueno, que Aemond tiene ya dragón, lo que tanto quería. Algo que no pasa desapercibido en el castillo, no se sabe quién se ha llevado al dragón, pero sí que alguien lo ha robado.

Rhaena iba a reclamar a Vhagar, cuando Aemond vuelve al castillo, no tarda en echárselo en cara, pues era la dragona de su madre. Él se muestra bastante arrogante, le dice que debería haberlo hecho antes. Todos los demás niños están allí, y pronto empiezan a pegarse. El único que no está es Aegon, así que aunque Aemond se desfiende bastante bien frente a todos, los niños le pegan una buena tunda antes de que algún adulto les encuentre. Cuando Aemond amenaza con reventarle la cabeza a su hermano con una piedra, Lucerys le ataca con una daga y le saca un ojo.

En el gran salón de Marcaderiva, se congrega toda la corte para debatir lo que ha pasado, y cuáles deben ser la consecuencia. Aemond ha perdido el ojo, Viserys quiere respuestas y culpa a la Guardia Real de negligencia. Alicent , y riñe a Aegon por estar emborrachándose y no proteger a su hermano. Jace cuenta a su madre que Aemond les llamó bastardos y que de ahí viene la pelea, y ella lo anuncia a todos. Cuando Viserys le pregunta al niño dónde ha escuchado eso, él dice que fue Aegon, aunque mira significativamente a su madre Alicent. Aegon dice que es algo que todo el mundo sabe, y que solo hay que ver a los niños. Viserys está harto de ver a su familia pelear, les ordena que se disculpen, y da por zanjada la discusión. Alicent reclama el ojo de un hijo de Rhaenyra a cambio (ojo por ojo literal), y ordena a Criston Cole que la ayude. Él no obedece, pues Viserys ordena dar el asunto por zanjado. Por otro lado Viserys amenaza con cortarle la lengua al próximo que diga algo sobre niños bastardos.

Es entonces cuando Alicent se vuelve loca, cogiendo la daga de Viserys va a atacar a los hijos de Rhaenyra. Criston intenta ayudarla, pero es detenido por Daemon, y Alicent se enfrenta a Rhaenyra, llegando a hacerle un corte en el brazo. Hay mucho resentimiento por parte de Alicent, que le recrimina a Rhaenyra haber hecho siempre lo que ha querido, mientras ella ha tenido que sacrificarse y cumplir su deber. Al final el proceso se termina, y el mismo Aemond dice que el intercambio ha sido justo: un ojo por un dragón.

Cuando Alicent se queda sola, va a verla su padre Otto. Ella se lamenta de haber perdido la compostura y haberse deshonrado, mientras que Otto le dice que le ha gustado ver esa faceta de ella, y que ahora ha visto que tiene la voluntad de ganar el «juego». Otto le dice que agache la cabeza y pida perdón a Viserys, que a la larga ellos prevalecerán, y que haber ganado un dragón tiene muchísimo valor.

Laenor por fin aparece. No había estado en la gran discusión, pero a la mañana siguiente va a ver a Rhaenyra. Se lamenta por no haber estado allí, y los dos hablan de cómo de distinto sería todo si ella se hubiese quedado embarazada de él. Él le dice que a partir de ahora la apoyará mucho más, que se quedará a su lado y le ayudará a fortalecerse y prepararse para subir al Trono.

En el viaje de vuelta, Ser Larys se ofrece a Alicent para darle un ojo que equilibre la balanza, ella le dice que no será necesario, pero que algún día necesitará un aliado.

Cuando todos se van, Rhaenyra vuelve a hablar con Daemon.

«Te necesito, tío. No puedo enfrentarme sola a los verdes. Unamos nuestra sangre, como hizo Aegon el Conquistador con sus hermanas. Contigo como esposo y príncipe consorte, mi sucesión no sería cuestionada tan fácilmente. Los Velaryon son del mar. Pero tú y yo estamos hechos de fuego. Nuestro destino siempre fue arder juntos».

Esto, que suena tan bonito, sin embargo tiene un gran impedimento. Y es que Rhaenyra sí está casada todavía, aunque Daemon esté viudo. Tal como dice Daemon, para casarse, Laenor debe morir. En la siguiente escena vemos cómo él personalmente va a ver a Qarl, y parece acordar el precio de matar a Laenor. Le promete una fortuna, que en lugares donde importe menos el linaje, le proporcionarán una buena vida. Todo a cambio de una muerte rápida y con testigos.

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Qarl va a ver a Laenor, y hay testigos que los ven luchando con sus espadas. Cuando los padres, Corlys y Rhaenys, van a ver qué ocurre, solo encuentran un cadáver calcinado en la chimenea, irreconocible. Es Laenor…

En la siguiente escena Rhaenyra y Daemon se casan, siguiendo un rito de sangre (el tradicional de los Targaryen) que los une, en una boda solitaria y secreta. Sí están los hijos de ambos como testigos. Ya son marido y mujer.

En la última escena, vemos a Qarl huyendo por una playa para montarse en una barca y huir. En principio me temí lo peor, y pensé que el que lo esperaba sería también su verdugo (por aquello de que Daemon no querría dejar rastro), pero resulta ser… ¡Laenor disfrazado y rapado! La verdad, me puse bastante contenta con este desenlace, que asesinaran a Laenor para quitárselo de en medio, sin haber hecho él nunca nada malo, me parecía muy cruel.

En el avance del capítulo 8 se sigue viendo una escalada de la tensión… ¡seguimos!

 

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