Como comenté en el último post, me gustaría ir haciendo mis comentarios sobre los capítulos que vamos a tener cada semana de la serie La Casa del Dragón. Sobre todo me gusta ir repasando lo que hemos visto cada capítulo, y poner mis opiniones, así que no esperéis nada muy profesional, ¡pero sí hecho con mis mejores intenciones!
En el primer capítulo de la serie, como es natural, se dedica mucho tiempo a presentar a los protagonistas de la historia. No esperaba mucha acción, y sí bastantes diálogos, así que me ha parecido un comienzo genial. De hecho, me ha gustado tanto que quería lanzarme a publicar este post al día siguiente, pero ha sido un poco más complicado. Una de las cosas que me divertía de Juego de Tronos, aparte de ver la serie en sí, era comentarla después por aquí.
Así que intentaré hacer un poco de repaso del capítulo. Aclaro, y es muy importante, que no he leído el libro Fuego y Sangre. Para mí supone una diferencia importante, porque con Juego de Tronos había leído todas las novelas (hasta donde llegaron con la adaptación, vamos, que luego lo que vi fue nuevo para mí igual que para todo el mundo). En cambio con esta serie, no he leído el material base, así que mientras veo los capítulos voy descubriendo la historia. Y diré que me gusta la sensación.
Importante: todo lo que escribo aquí es un recuento de lo que pasa en el capítulo. Así que sobra decir que tiene SPOILERS y muchos.
Como iba diciendo, todo lo que he visto en este capítulo ha sido nuevo para mí. Y me ha gustado mucho, me ha parecido un buen comienzo, unos cimientos sólidos que hacen que la serie prometa mucho. El capítulo dura algo más de una hora pero a mí se me ha pasado volando.
Al inicio del capítulo, una voz en off nos da una pequeña introducción sobre el pasado, que a la vez desvela un poco el rumbo que va a tomar la historia. En esa introducción se nos explica que el primer rey Targaryen, Jaehaerys, el Viejo Rey, ha gobernado durante 60 años con paz y armonía. Sin embargo, no tiene descendientes pues sus hijos han muerto. Se ve obligado a buscar un sucesor, y por ello convoca un Gran Consejo, donde se presentan los pretendientes al trono. Son muchos, pero al final las candidaturas con más fuerza son dos. La de la descendiente de mayor edad, Rhaenys Targaryen, y el descendiente varón de mayor edad, primo de Rhaenys, Viserys Targaryen. En el Gran Consejo se vota a Viserys para que herede el Trono de Hierro, porque no se quiere que una mujer ocupe el trono. De esa manera Viserys pasa a ser el futuro Rey, y Rhaenys será conocida popularmente como la «reina que no fue».
Jaehaerys convocó al Gran Consejo para evitar que la sucesión desencadenase una guerra. Él sabía la triste verdad: lo único que podía acabar con la Casa del Dragón… era ella misma.
Después saltamos en el tiempo. Viserys está en su noveno año de reinado. Nos lo indican a la vez que nos sitúan en el tiempo, casi dos siglos antes de los hechos que acontecieron en Juego de Tronos. En concreto, 172 años antes del asesinato del Rey Loco Aerys Targaryen, y el nacimiento de Daenerys.
Y en la primera escena de la actualidad, vemos a Rhaenyra volando sobre un dragón. La escena no solo sirve para que apreciemos la calidad del CGI, sino también para mostrarnos dónde se ubica la serie. La ciudad de Desembarco del Rey ya la conocíamos en su versión posterior, pero aquí es espectacular verla a «vista de dragón». Por cierto, el dragón se llama Syrax, y es dorado, muy bonito realmente. Lo que sabíamos de la serie es que íbamos a ver muchos dragones, de diferentes edades, tamaños y colores. De momento he de decir que la escena es espectacular, buen comienzo para la serie.
Una vez Rhaenyra deja de volar y aterriza, empezamos a conocer a los otros personajes. Su amiga Alicent Hightower, también a Harrold Westerling, el Lord Comandante de la Guardia Real. Todavía después tendremos más visión de la ciudad, esta vez a pie de calle, y está muy bien recreada (¡parecen de esas veces en que los creadores de la serie quieren demostrar que se han gastado los dólares!).
Una vez llegan al castillo, conocemos varios hechos que serán relevantes en este capítulo. Uno, que la madre de Rhaenyra, Aemma, está a punto de dar a luz. Tienen una breve conversación las dos, bastante interesante pues por un lado nos recuerdan el lugar que ocupan las mujeres en la jerarquía de poder de la época. Y ese lugar es ninguno, son importantes simplemente porque dan a luz a los reyes y señores, pero ellas mismas no gobiernan. Como Aemma dice, «nuestros vientres son reales, el parto es nuestro campo de batalla». Pero Rhaenyra no está muy conforme con ese papel secundario, ella quiere poder ser una guerrera igual que sus parientes varones.
En la siguiente escena tenemos la clásica reunión del Consejo, donde están el Rey Viserys, su Mano (Otto Hightower, padre de Alicent) y sus consejeros. Rhaenerys está presente, sirviéndoles bebida, pero eso sirve para que se entere de todo lo que pasa y se discute allí. Discuten sobre temas varios del reino, amenazas exteriores y temas más domésticos. Aunque no está presente en el Consejo, se habla del hermano del Rey, Daemon Targaryen, que al parecer evita sus obligaciones más «políticas» y al que le gusta más entrenar y batallar que los temas de la corte. Entre los consejeros del Rey está el marido de Rhaenys, la reina que no fue. Él se llama Corlys Velarion, y le llaman la Serpiente Marina. Podemos suponer que hay cierto resentimiento por su parte hacia el actual rey.
También sale otro tema, y es que están organizando un «Torneo del Heredero», por el hijo que está a punto de nacer. No saben el sexo del niño, y no saben si es adecuado celebrar el torneo, sin saber si va a ser un hijo varón. Viserys está muy seguro de que va a ser un niño, y sobre todo es importante para él porque le aseguraría tener un sucesor. Ya tiene una hija, Rhaenyra, pero ya sabemos que una mujer no puede reinar, o al menos esa es la opinión generalizada.
En la siguiente escena vemos que Daemon está en la ciudad. Concretamente sentado en el Trono de Hierro. Al parecer la relación que tienen él y Rhaenyra es muy cercana, incluso casi demasiado cercana. Daemon bromea abiertamente con ella sobre que él debe ser el heredero del trono. Entre ellos suelen hablar en valyrio, y se llevan realmente bien, él le regala un colgante de acero valyrio. Por cierto, que hasta ahora el Daemon al que interpreta Matt Smith es mi personaje favorito de la serie.
Todo en esta parte inicial del capítulo, tiene que ver con los preparativos para el parto. Todo el mundo está preocupado por el tema, sobre todo Viserys. Vemos una conversación entre él y su mujer Aemma, donde hablan de lo difícil que está siendo el parto para ella, o de si será niño o niña. Ella no está tan segura, pero él sí. Dice que ha tenido un sueño donde ha visto a su hijo y lo sentaba en el Trono de Hierro. Sale en la conversación el tema de que ella ha tenido ya varios abortos y bebés muertos, 5 hijos muertos en diez años. Y le pide parar de tener embarazos, ya ha llorado a muchos hijos suyos.
En la siguiente escena vemos a Daemon en su salsa. Él se ha encargado de darle entrenamiento a los hombres y ha formado un pequeño ejército de leales, llamados los capas doradas, vemos una pequeña arenga y después una escena donde van a «limpiar la ciudad», propiciando castigos ejemplares a los que han cometido delitos (al ladrón le cortan la mano, al violador sus partes…). Eso crea un escándalo y lo comentan en el Consejo, donde esta vez sí está él presente. Le acusan de usar a los «capas doradas» para sus propios propósitos, a lo que él afirma que lo ha hecho por el interés público. Se nota que entre Otto Hightower y Daemon la relación es muy mala. La conclusión es que Viserys defiende a Daemon, incluso ante las objeciones del resto del Consejo. En otra escena conocemos un poco más a Daemon. Le gusta frecuentar prostíbulos, ya hemos visto que le gusta (mucho) la violencia. Un perla, vamos.
Al día siguiente es el torneo, el Rey lo inaugura a la vez que anuncia que la reina Aemma se ha puesto de parto. El torneo… pues es un torneo, se ve bastante brutal y el protagonista es Daemon, que parece imbatible y abate a todos sus rivales. Vamos a tener varias escenas entrelazadas. Por un lado veremos fragmentos del duelo, y por otro el parto de la reina. El niño viene de nalgas y está siendo un parto muy complicado. Se combina con la violencia «lúdica» del torneo, la violencia y el dolor del parto. Viserys se ve obligado a tomar una decisión, le dicen que tiene que elegir entre su mujer y su hijo, pues no tienen dominada la técnica de la cesárea, y quieren sacar al niño con el método que conocen. Método que garantiza la muerte de la madre. Así que Viserys elige salvar a su hijo no nato, sabiendo que su mujer morirá. Veremos alternarse escenas de mucha violencia en el torneo, con la violencia a la que someten a Aemma. Literalmente le rajan la barriga para sacar al niño, y claro, muere desangrada. Por otro lado, en el torneo, Daemon pierde frente a un lord de una casa menor (Criston Cole). Muy bien la escena del torneo, y el ir alternándola con imágenes del parto ha sido una buena decisión, aunque difícil de ver… no sé cuál de las situaciones era más sangrienta. xD Pero esta es una de las escenas que nos pillan un poco por sorpresa, Viserys ha mostrado que quería a su mujer, sin embargo a la hora de la verdad, toma una decisión sin tener en cuenta lo que ella quiera, valorando más a su hijo nonato que la vida de ella.
En la siguiente escena ya vemos la ceremonia de funeral de la reina, que como sabemos ha muerto. Pero no solo ella, hay un bebé muerto también en la pira. El hijo no ha sobrevivido, y Viserys ha perdido tanto a su mujer como a su primer hijo varón. Rhaenyra ve a su padre tan abatido, que comenta que parece que no le importe nada más que su hijo varón (y no ella o su madre, por ejemplo). Parece que esta preocupación la lleva bien dentro, la de que nunca será suficiente para su padre solo por ser mujer.
En el siguiente Consejo Real (podemos suponer que como mucho, es días después del funeral), Otto pide al rey tratar el tema de la sucesión. Discuten si el sucesor debe ser Daemon, a lo que Otto dice que lo que deberían hacer es alejarlo de la ciudad. Sus consejeros le advierten sobre la ambición de Daemon, e incluso insinúan que Daemon podría asesinar a Viserys para ser rey. Viserys se siente presionado para elegir entre su hermano y su hija, y de momento el tema queda sin zanjar. Y resulta además que Daemon ha escuchado todo lo que los consejeros han dicho sobre él, escondido detrás de una pared.
Otto habla con su hija Alicent. Al igual que el rey, Otto ha perdido a su mujer hace poco y Alicent a su madre, igual que ahora Rhaenyra. Otto le recomienda a su hija que vaya a ver a Viserys a sus aposentos para hablar con él, y además con mucha intención, le dice que se ponga un vestido de su madre. No hay que pensar mucho para imaginar qué busca Otto.
Pasamos de nuevo a Daemon. Daemon en un burdel, preocupado por todo lo que ha escuchado. Allí, la gente se emborracha y bromea, sobre que es el único heredero. Él está resentido por lo que ha escuchado en el Consejo, y también borracho, así que llega a hacer algunos comentarios, por ejemplo que Baelon, el hijo recién nacido de Viserys, ha sido «heredero por un día». Por supuesto, la historia llega a oídos de Viserys, que lo llama y le suelta una reprimenda. Así que por primera vez, Viserys se muestra firme con su hermano. Se recriminan mil cosas, y Daemon acaba diciéndole a su hermano que es débil, y que debería nombrarle Mano. Viserys ha tomado una decisión, que Daemon se vuelva a su castillo en Rocadragón con su mujer, a la que Daemon no quiere ni ver. Tienen esa fuerte discusión, pero lo que vemos claro es que Daemon no quiere dañar a su hermano, sino que a su manera, quiere protegerlo.
En la siguiente escena, Viserys llama a su hija a una sala llena de cráneos de dragones. Pero sobre todo un cráneo gigantesco que llama la atención sobre todos los demás. Ese cráneo es de un dragón único, Balerion, es el que llevaba a Aegon el Conquistador cuando se hizo con el control de Poniente.
Le explica que la gente piensa que los Targaryen controlan a los dragones, pero no es verdad. No deben caer en los errores del pasado. Le explica que se ha dado cuenta de su error, que ella debe sucederle, y entonces la escena empieza a entrecruzarse con la jura de fidelidad de todos los señores a la nueva heredera del Trono. Al parecer Viserys se ha dado cuenta de su error, la desesperación que sentía por tener un hijo varón ha hecho que muera su mujer (en vano), y parece que ha aprendido algo.
Entre las cosas que le dice a su hija, hay algo, un secreto que pasa solo de los reyes a sus herederos. Le habla de la profecía del «gran invierno», ese gran invierno que llegará y en el que todo Poniente deberá estar unido para enfrentarse al frío y las tinieblas. Y según la profecía deben estar unidos bajo un rey Targaryen. Se trata de un sueño que tuvo Aegon Targaryen, llamado «Canción de Hielo y Fuego», Viserys le pide a su hija que proteja el secreto. Y una de las últimas escenas es la de Rhaenyra ya como heredera oficial del Trono de Hierro.
Con esta escena, también vemos otra, y veremos imágenes de Daemon saliendo de la ciudad con su dragón Caraxes, y en compañía de su amante, Mysaria.
Ha sido un gran capítulo. Yo no tenía grandísimas expectativas, y me ha dejado fascinada. Me ha hecho recordar la ilusión de ver el capítulo semanal de Juego de Tronos. Y tal como está el panorama últimamente… una buena serie siempre es bienvenida, y mucho! En este primer capítulo hemos conocido a los personajes, pero no solo eso. Está muy bien dirigido, es imposible apartar la vista porque todo lo que nos cuentan es muy interesante. Los personajes principales son fascinantes, los diálogos tensos y reveladores, y me ha parecido un estupendo punto de partida para la serie.
Mención especial a lo increíble que es el Salón del Trono. Mucho más oscuro y plagado de espadas que en Juego de Tronos. Una estética oscura y muy tétrica, a mí me ha encantado.
Por cierto, la serie ya está renovada para una segunda temporada. ¡Bien!
Este es el tráiler del capítulo 2. Parece que tendrá bastante acción, además de un salto adelante en el tiempo.