No entres dócilmente en esa noche quieta, de Ricardo Menéndez Salmón

Cuando un hombre pierde a sus padres, cuando un hombre deja de ser hijo, descubre que ya sólo cabe pensar en la muerte como una entidad tangible, efectiva, sólida como un muro: como una cosa que te sucederá a ti.

A pesar de que Ricardo Menéndez Salmón tiene un buen número de libros publicados, nunca había tenido ocasión de leerlo. Pero este libro me llamó la atención por motivos obvios (el título es parte del famoso poema de Dylan Thomas que aparece en Interestellar), así que me decidí a probar y leerlo.

Se trata de no ficción, y el autor ejecuta una narración autobiográfica que se centra, como tantas otras obras, en la muerte del padre. A raíz de la muerte de su padre, el autor escribe un ensayo que intenta rendir tributo o explicar a su padre, la relación que existía entre los dos, y la parte de sus vidas que compartieron. Desde el inicio se nota una voluntad de ser bastante aséptico, pareciendo querer buscar la distancia emocional al hablar de su padre, alcohólico, gravemente enfermo durante muchos años. Y por supuesto, también habla del impacto que todas esas vivencias, tanto en vida de su padre, como tras su muerte, han tenido en él. Un hombre adulto y padre a su vez, que ha recibido una herencia y se plantea qué se van a llevar sus hijos de él.

Cuando escribo una reseña, suelo leer unas cuantas más para ver si mi opinión coincide con la de otros lectores. En el caso de este libro, me he encontrado con reseñas bastante polarizadas. Hay tantas que vierten opiniones negativas, como otras que ponen el libro por las nubes ensalzando sus mil virtudes. Y yo, qué queréis que os diga, no estoy en un grupo ni en el otro. A mí el libro me dejó un poco igual, a pesar del tema, a pesar de paralelismos personales y a pesar de muchas cosas. Creo que es porque el estilo de escritura no me acaba de convencer. No por emplear un amplio vocabulario, porque eso jugaría a favor, sino porque todo el rato me ha parecido una narración distante, de una manera extraña. Para ser una persona que se plantea tantas cosas, que ha sentido la necesidad de escribir un libro, de «desnudarse» hablando de sí mismo después de hablar de su padre, no me ha acabado de llegar. A ratos me daba más la impresión de estar buscando la mejor metáfora o el adjetivo más florido, que de querer volcar en la escritura sus sentimientos o vivencias. Como digo, hay reseñas buenísimas en muchos sitios, por lo cual mi opinión no es la general. Pero mientras leía no podía quitarme esa sensación, algo que hizo que no disfrutara tanto este libro como otros que tratan sobre un tema similar. Y quizá esta sensación que me he llevado es por verlo un ejercicio demasiado adornado, poco emocional, un poco encorsetado.

Pero ya digo, también hay opiniones muy buenas, con lo cual, si os interesa el tema podéis probar. También podéis ver el estilo leyendo sus primeras páginas en este link.

…pero lo cierto es que nunca hablé lo suficiente con mi padre acerca de su enfermedad. Es algo que no me perdono. Y que sucederá de nuevo entre mis hijos y yo a propósito de cualquier tema crucial que debamos tratar. No me hago ilusiones. Las conversaciones importantes no se tienen a tiempo. Eso es algo que sólo sucede en la literatura o en el cine.

Autor: Ricardo Menéndez Salmón
Año publicación: 2020
192 páginas
ISBN  978-8432236129
El libro en Amazon.es

¿Quieres dejar un comentario?