Un dia d’abril que hi havia lluna plena el gel cobria tot el mar. La Sophia es va despertar i de seguida es va recordar que havian tornat a l’illa i que tenia un llit per a ella sola perquè la seva mare era morta. A l’estufa encara hi havia el foc encès i les flames vacil·laven al sostre, on hi havia les botes penjades perquè s’eixuguessin. En saltar del llit, va trobar el terra molt fred. Va mirar per la finestra.
Di por casualidad con este libro en una librería. Supongo que porque tiene una portada bonita y por los textos promocionales de la cubierta, me llamó la atención. Leyendo la sinopsis, me pareció una historia curiosa para leer estas semanas de vacaciones (¡y verano!), muy en coherencia con el tema y el título. Todo muy obvio, ¿verdad? 🙂
Indagando un poco más, he visto que la autora es más conocida por su faceta como escritora de libros para niños, con una saga de novelas centradas en una familia de trolls, los Mumin. Tengo que decir que no conocía ni el nombre de la saga, pero la estética si me resulta familiar. El libro que vengo a comentar hoy, a pesar de ser apto para todos los públicos por su temática, es algo más adulto.
La novela fue escrita en el 1972, pero la edición es de este año 2021. La historia se centra en una niña, Sophia, y su abuela, que viven en una isla remota del Mar Báltico. Con ellas vive también el padre de Sophia, la madre no está presente porque según comentan al poco de empezar el libro, falleció recientemente. Nieta y abuela pasean por los paisajes de la isla, y aprenden una de la otra a la vez que se mimetizan con la naturaleza del archipiélago. Se pasan los días hablando y recorriendo los rincones de su isla y otras cercanas, observando la naturaleza, que es descrita de forma detallada en cada uno de los 22 capítulos que componen el libro. Las dos discuten, a veces de forma muy acalorada, se retiran la palabra, hacen las paces…
Cada día es diferente, pues en esa isla parece haber mucho que hacer. La abuela es muy interesante, no es una abuelita que se siente a ver la vida pasar y haga punto. Esta mujer ronda los ochenta años pero bebe coñac, fuma, se mueve con facilidad por la isla y sigue el ritmo de su nieta sin muchos problemas. La nieta, de la cual no sé muy bien qué edad tiene, pero se intuye que quizá… ¿unos siete años? tiene arranques de rebeldía, contesta mal pero también está muy pendiente de su abuela y de todo lo que hacen los adultos. ¿Y el padre? A veces se menciona que está por ahí, que realiza trabajos en la isla, o que se va fuera alguna vez. No tiene mucha presencia ni frases, y queda muy claro que son niña y anciana las dos protagonistas.
El verano en la isla no es como el que yo conozco, hay fuertes tormentas e incluso en algún capítulo hay alerta por una de ellas. Como decía, la naturaleza se describe en mucho detalle y de una forma casi mágica. El bosque fantasma, la cueva, los detalles de la flora y la fauna de la isla… todo eso es tan importante como la relación entre ellas dos. El transcurrir lento y pausado de los días, que a menudo son muy parecidos unos a otros, lo envuelve todo en un halo onírico, en ocasiones casi podría calificarse de realismo mágico. También se reflexiona, es inevitable, sobre el paso del tiempo. Sobre esto último, hay uno de mis pasajes favoritos del libro, donde entra un tercer personaje que dialoga con la abuela sobre precisamente eso, el tiempo y la muerte.
Lo que más me ha gustado es esa cualidad etérea de la narración, casi atemporal, ese verano que podría ser el verano de cualquiera en su niñez, cuando uno descubre cosas sin parar, todo es nuevo y todo es mágico, incluso recoger piedras o observar la fauna de la isla. Casi más que esa mirada infantil, me ha gustado el personaje de la abuela, que con su edad muestra todavía capacidad de asombro, pero con el tipo de distanciamiento que dan los años vividos. Como digo, su diálogo con otro anciano que vive en el archipiélago es de lo que más me gustó del libro. Otra cosa que me ha gustado, son algunas de las descripciones de la naturaleza de la isla. Lo que menos me ha gustado, quizá, según qué pasajes donde Sophia hace cosas más «de niña», tiene rabietas y muestra poco respeto a su abuela.
En conjunto, una lectura agradable y fácil, muy adecuada para las vacaciones, con un tono ligero pero con algunas reflexiones interesantes sobre el paso del tiempo y con un evidente amor por la naturaleza.
Título original: Sommarboken
Autora: Tove Jansson
País de la autora: Finlandia
Año publicación: 1972
Edición: Angle (2021)
ISBN: 978-8418197765
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