Tiempo de vida, de Marcos Giralt Torrente (Reseña)

El mismo año en que mi padre enfermó publiqué una novela en la que lo mataba.

El arranque de la novela es este, parte de unas notas con las que arranca el libro. Es una obra de no ficción, donde el autor reflexiona sobre su vida y recuerda a su padre. El arranque del libro es que el autor nos cuenta que le costó llegar a la conclusión de que solo podía escribir sobre su padre, pero a la vez sufría un bloqueo.

Como inspiración, cuenta, leyó muchos libros sobre padres, sobre familias, y sobre duelo. El autor no sabía qué tipo de libro escribir o cómo comenzarlo, así que buscó enfoques de todo tipo en la literatura. Personalmente, ese comienzo me gustó mucho porque yo misma muchas veces he acudido a los libros para encontrar vivencias similares a las mías; no se trata de verse reflejado en las experiencias de otros, sino más bien de revivir – creo – o reflexionar sobre ciertas situaciones.

Todo el mundo tiene padres y todos los padres mueren. Todas las historias de padres e hijos están inconclusas, todas se parecen.

Pero supongo que no todas las historias se parecen, y no siempre la relación con los padres, o la muerte de estos, supone un trauma del que hay que curarse de alguna manera. Sea con la escritura, con terapia, hablando con amigos… a veces la familia o lo que ocurre con esta es una espina que cuesta sacarse.
En este caso, la espina es una relación distante con el padre, que siendo pequeño el autor, abandona a su madre y los deja más o menos solos, para casarse con otra mujer. En ningún caso aparecen nombres, pero sí calificativos recurrentes; por ejemplo, la segunda mujer de su padre es tratada con cierto desprecio como «la amiga que conoció en Brasil» (y leyendo el libro, no digo que no se lo mereciera). Se cuentan los orígenes del padre, hasta donde el hijo conoce, la propia infancia y el abandono paterno, cómo la madre intentaba tirar adelante con diversas iniciativas. Sobre todo, la figura central es ese padre distante y a la vez digno de admiración, pintor de profesión con muchos altibajos, tanto económicos como emocionales.
Giralt busca una voz propia para explicar su conflicto privado; un conflicto con su padre que a la vez es universal y común a muchas otras personas. Tal como ocurre siempre con todas las historias, no son únicas del todo aunque sí tienen algo que las convierte en solo nuestras. El autor dedica una buena parte del libro a recopilar los agravios de su padre, aunque en último caso se reconcilia con su recuerdo, y deja un retrato más veraz en esta obra de no ficción que otros de padres parecidos al suyo pero distintos, de novelas anteriores (que por cierto, todavía no he leído). Se intenta buscar el equilibrio entre los dos extremos al hablar de un padre, el tono vengativo o la piedad y el sentimentalismo. Un padre nunca es una cosa ni la otra, sino ambas a la vez.

Es un libro donde el autor se desnuda emocionalmente, pero de una forma muy analítica, se diría en ocasiones que casi fría. Me gusta esa constante lucha y la tensión por cómo ha de ser contada la historia, por cuál es el tono correcto para hacer justicia al padre y al recuerdo de este. A mí me suelen gustar más este tipo de narraciones autobiográficas, antes que las excesivamente edulcoradas, o donde se idealiza en exceso la figura paterna. En algún momento el autor menciona que esta es una narración «impúdica», y es verdad, pero a la vez es un relato íntimo que consigue ser universal, y seguramente a él le habrá valido para exorcizar parte de sus demonios.

Cada vez me cuesta más mantener el equilibrio. Tal es mi empeño en protegerlo que por momentos llego a creerme que hay esperanza. Pienso en milagros. Pienso que si ganamos tiempo es posible una curación total. Pero dura poco. Con frecuencia, cuando estoy solo, lloro. En el metro me basta pasar frente a un músico callejero para derrumbarme. Me siento lejos de todo, de lo que más de otras personas. No logro olvidar que llegará un día, no muy remoto, en que mi padre no esté. Siento su desvalimiento como propio y aún más me entristece pensar que su vida ha sido incompleta, que se irá insatisfecho, con cuentas pendientes. Sé que se trata de un prejuicio que nunca podré corroborar, pero en eso consiste mi principal tristeza. No tanto en su pérdida como en que pueda morir en la sensación de ser un perdedor.

Autor: Marcos Giralt Torrente
Año publicación: 2010
Número de páginas: 200
País del autor: España
ISBN: 978-84-339-7211-8
Leído en… español (Ed.Anagrama)

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