El Nix, de Nathan Hill (Reseña)

– No murió sin nada -dijo Samuel.
– Estaba arruinado. Y ni siquiera tenía la partitura.
– Pero le quedaba el recuerdo.
– ¿Qué recuerdo?
– El de la partitura. Todavía podía recordarla. Algo es algo.
– Yo preferiría tener el dinero.
– ¿Por qué?
– Porque cuando lo único que te queda es el recuerdo de una cosa – dijo ella -, solo eres capaz de pensar en que la has perdido.
– Creo que eso no es verdad.
– Porque eres joven.

Ya hace tiempo que me leí este libro, pero me costaba ponerme a escribir la reseña. Siempre me cuesta más con libros más extensos o complejos, y este es el caso. Tanto en cuanto a número de páginas, como temas que toca la novela, es un libro cuya reseña no se puede liquidar en unas pocas líneas y casi sin pensar (que, ¡ojo!, no estoy diciendo que así sea como escribo el resto).

Cuando este libro se coló en las listas de más vendidos aquí, me llamaba la atención una parte de la sinopsis, y otra no tanto. Me gustaba mucho el hecho de que una historia contemporánea estuviese relacionado con aspectos de la mitología nórdica (que conozco solo superficialmente), pero no me atraían tanto otros aspectos, como por ejemplo la conexión con la política del protagonista a través de una madre durante muchos años ausente. No es un tema que me llame especialmente la atención, lo de hijos y madres (o para el caso, hijas y padres o todas las combinaciones posibles entre ambos), que reconectan tras muchos años de no hablarse. Sin embargo, por suerte al final le di una oportunidad a la novela.

Todo esto, por cierto, resulta esencial para convertirte en un escritor famoso. Este fracaso te proporciona una vida interior más rica, pues fantaseas con todo lo que podrías haber hecho para no cagarla, con todo lo que podrías hacer para recuperar a Bethany. Primer elemento de la lista: derrotar a los trombonistas. Método: escribir ficción literaria importante, profunda, pseudointelectual y con pretensiones artísticas. Porque no eres una persona capaz de hacer reír a Bethany hasta que derrame la bebida. No puedes competir con los trombonistas en ese frente. Porque siempre que piensas en ella o le escribes te pones tremendamente serio y formal. Es una reacción casi religiosa: adoptar una actitud solemne y reverente ante algo que podría aniquilarte. Cuando se trata de Bethany, tu sentido del humor es inexistente.

Y empecemos por el Nix… que nos cuentan que es un espíritu que aparece en forma de caballo blanco y roba niños. Esta leyendo sobrevolará sobre algunas partes de la historia, principalmente en las partes de la historia centradas en la madre de la protagonista. Pero estoy contando las cosas de forma un tanto desordenada, un poco de contexto. El protagonista es Samuel Anderson, profesor de universidad que ansía publicar una novela; la pena es que dedica gran parte de su tiempo a jugar a videojuegos online, con la falta de productividad que eso supone, tanto en su trabajo como profesor, como en sus labores de escritura. Samuel Anderson se crió prácticamente solo con su padre, porque su madre les abandonó cuando él era pequeño. Vive muy tranquilo hasta que un día recibe la llamada de un abogado, el abogado de su madre Faye, que le pide que la ayude escribiendo una carta al juez. Faye necesita ayuda porque ha agredido a un gobernador convervador, Sheldon Parker (que no estaría muy lejos del tipo de político que es Trump), ha sido detenida y ha de defenderse en el tribunal. En paralelo, a Samuel le ofrecen escribir un libro sobre su madre, repentinamente célebre, pero debe escribirlo antes de que se agote el fenómeno mediático, y previsiblemente sin dejar en muy buen lugar a Faye. Así que de la noche a la mañana, Samuel debe tomar la decisión de ayudar a su madre, o ponerla (aun más) en el punto de mira de una sociedad donde el escándalo vende, y donde la gente estaría encantada de saber que la mujer que ha agredido a un gobernador, tiene un oscuro pasado y además abandonó a su hijo.

Todo ello supondrá que Samuel volverá a estar en contacto con su madre (y no es algo que estuviera deseando precisamente), conocerá más cosas sobre su pasado y también sobre el de ella. Incluso se desvelará algún secreto familiar que se remonta a su abuelo materno… El libro tiene muchos registros diferentes, pues se centra en varias historias diferentes. Tenemos a un Samuel y Faye, las figuras centrales, pero hay todo un elenco de secundarios y cada uno tiene su importancia, tanto por lo que tiene que ver con Samuel como por sí mismos. Viajaremos a la juventud de Faye, en momentos en que Chicago se encontraba inmersa en el fenómeno hippy, pero también con revueltas importantes y disturbios con la policía. También se ilustra en parte el movimiento de 2011 de Occupy Wall Street. Pero no solo eso, también historias más pequeñas, de las personas que van apareciendo en el libro, y puede ser un antiguo amor de Samuel, un compañero de juego online que se ha dejado llevar por la adicción, pero a la vez también es una persona bastante cabal.

– ¿Y cómo se reconoce la diferencia?
– Al principio es imposible. -Dejó la cuchara. Se había terminado todos los nachos. Untó un dedo en una gota de queso y se lo lamió-. Pero debes andarte con ojo y distinguir entre las personas que son rompecabezas y las que son trampas. Porque los rompecabezas pueden resolverse, pero las trampas no. Y crees que alguien es un rompecabezas hasta que te das cuenta de que es una trampa. Pero entonces ya es demasiado tarde. En eso consiste la trampa.

La novela recorre varias décadas y lo hace de manera hábil, saltando de la época en que tuvo su apogeo la generación «happy flower», a la más oscura sociedad que han heredado los hijos de aquellos hippies. Y todos los personajes guardan secretos y tienen enterrados antiguos agravios que llevan de forma mejor, o peor. En la novela, uno de los ejes implícitos, es que los personajes han de aprender a reconciliarse con sus fantasmas, o en caso contrario, estos los destruirán. Y como ejemplo, algún personaje secundario que ha vivido inmerso en el dolor de un antiguo secreto que nunca ha podido desvelar (Frank), los secretos y una forma poco sana de gestionar el dolor acaban por engullirlo a uno.

Hizo de tripas corazón.
Frank lo recordaba muy bien.
La gente no paraba de comentar lo valiente que era. Todos estaban de acuerdo. Como si cuanto mas esquivara Clyde el dolor, más heroico lo consideraran.
Era la fórmula perfecta para llevar una vida llena de secretos.
Frank ya lo había aprendido. La gente siempre estaba escondiéndose. Era una enfermedad tal vez peor que el parkinson.
Frank tenía muchísimos secretos, cosas que nunca había contado a nadie.
Clyde y aquel joven tenían una expresión facial idéntica. A saber como se esculpían esos ceños fruncidos.

Sobre todo lo que me ha gustado de la novela es ese aspecto, el énfasis en que las personas vivimos marcadas por nuestro pasado y por las personas que nos rodean. Creo que está muy bien integrado en los diferentes momentos, el contexto histórico con las historias individuales de los personajes. Hay a veces un exceso de personajes o situaciones, pero en conjunto creo que es una gran novela y todo acaba encajando bastante bien. Incluso teniendo en cuenta la inclusión (arriesgada), de temas que no domina todo el mundo y podrían no ser bien entendidos… me refiero sobre todo a los videojuegos. Hill ha incluido en esta novela algunos aspectos autobiográficos suyos, y parece que este sería uno, a mí me ha encantado ver una historia de este tipo incluida en una novela que primordialmente no trata sobre eso.

Así que en resumen, tocando muchos temas y muchos momentos diferentes, El Nix me ha parecido una novela fresca, interesante, a ratos divertida y a ratos emotiva o dramática. Hay multitud de historias que tienen cabida en estas páginas, y están bien hiladas entre sí. He leído que es la primera novela de Nathan Hill, así que habrá que estar atentos a las próximas.

Pero la opinión de Faye es que a veces una crisis en realidad no es una crisis, sino solo un nuevo comienzo. Porque una de las cosas que ha aprendido de todo esto es que cuando un nuevo comienzo es verdaderamente nuevo, parece una crisis. De entrada, cualquier cambio real debería darte miedo.
Si no tienes miedo, es que no es un cambio real.

Autor: Nathan Hill
País del autor: USA
Añodepublicación:2016
Númeropáginas: 697
ISBN: 978-84-9838-869-5
Leído en: Español (Ed. Salamandra)

Dedicatoria:
A Jenni

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