Cuando echo la vista atrás en este fin de año, pienso que he trabajado más que nunca y apenas he tenido tiempo libre… pero por lo visto recuerdo mal, porque ha sido, de los últimos años, el que más he leído. Así que creo que no hay mejor manera de despedir el 2018 en el blog, que hablar de mis lecturas.
Y es que he leído… ¡68 libros!
Mi reto era leer 52, como el año pasado, uno por semana. Pero qué se le va a hacer, al final me he lanzado de mala manera y me he pasado en 16 libros. Con un promedio de más de un libro por semana, donde en realidad el grueso de las lecturas está concentrado en fines de semana, puentes y vacaciones.
Lo dicho… muy contenta de este logro. 🙂
(No tan contenta de ir muy atrasada en reseñas en el blog… pero no me doy por vencida, quiero poco a poco ir recuperando el tiempo perdido).
Sin más, voy a hablar de los libros que más me han gustado este año. No son, evidentemente, libros publicados en 2018, sino los que yo he leído este año. Los he agrupado en varios bloques, porque al final del año y con tantos libros, me ha salido una cantidad considerable. Empezamos por las novelas, seguiremos por no ficción (autobiografías), luego relatos y cómics, y para terminar, un bonus track con un autor que me ha enamorado.
MEJORES NOVELAS
Novela costumbrista norteamericana: 4 3 2 1 (Paul Auster) – Pastoral Americana (Philip Roth) – El Nix (Nathan Hill)
Las tres novelas agrupadas porque para mí, tienen cosas en común. Aparte de hacer referencia a los mismos lugares y hechos históricos en algunas ocasiones, se trata de narraciones muy personales del día a día de diferentes personajes norteamericanos. Las tres novelas son extensas, las tres de autores diferentes y cada uno con un estilo diferenciado, las tres me engancharon muchísimo. Sin mucho más que decir, hay que leerlos. De hecho, este ha sido el año en que he descubierto a Philip Roth, alguna novela suya más ha caído y todo me ha encantado.
Autores italianos: Las ocho montañas (Paolo Cognetti) – Todos tienen razón (Paolo Sorrentino) – Uno, ninguno y cien mil (Luigi Pirandello)
No es que suela leer mucha literatura italiana a propósito, pero al hacer la lista me di cuenta de que tres de los libros que había elegido tenían autores italianos. Tres libros muy diferentes, eso sí, aquí no hay muchos nexos en común. En Las ocho montañas (mi reseña aquí) tenemos una historia bonita sobre el paso del tiempo, la amistad entre dos hombres a lo largo de los años, las elecciones que cada uno toma en su vida, y la montaña (un personaje más). En Todos tienen razón (mi reseña aquí), la primera novela de Paolo Sorrentino, conocemos al Tony Pagoda que luego continuaría su historia en Tony Pagoda y sus amigos; reflexiones cínicas y lúcidas sobre la vida, el sexo, el amor, el pasado… me encantó el libro aunque, la verdad, no soy objetiva con Paolo Sorrentino. Y Uno, ninguno y cien mil… (mi reseña aquí) ¿qué decir de este libro? Seguramente de los más difíciles que he leído este año, describe el abismo existencial de un hombre que empieza a cuestionarse su propia identidad.
De aventuras: La sombra del viento (Carlos Ruiz Zafón) – El viajero (Gary Jennings)
Dos libros que me han prestado este año, los dos tienen algunos años ya, así que he llegado un poco tarde… ¿Quién no conoce La sombra del viento (mi reseña aquí)? Con toques de fábula, una novela que es una declaración de amor a los libros, las librerías, y la ciudad de Barcelona. En El viajero (mi reseña aquí), tenemos una biografía ficticia muy extensa de Marco Polo. Se nos cuentan sus andanzas por diferentes países, con todas las aventuras que pudo haber vivido: sexo, mujeres, traiciones… vamos, de todo hay, como buena novela histórica un poco fantasiosa que es.
Gamberradas: Acid House (Irvine Welsh) – Las reglas de la atracción (Bret Easton Ellis)
¿Qué sería de mí sin algo de literatura trash? Siempre acabo leyendo algún libro de estos al cabo del año. Que conste que son dos niveles diferentes los de Easton Ellis e Irvine Welsh, para mí el segundo es mucho más barriobajero, ¡dónde va a parar! Las leyes de la atracción (mi reseña aquí) pensaba que no me iba a gustar demasiado, ya que trata de universitarios pijos que se ponen hasta arriba de drogas y alcohol, se acuestan unos con otros, y tienen una visión bastante nihilista de la vida… y me encantó. En cambio, Acid House (mi reseña aquí), que he colado en esta sección pero en realidad es de relatos, nos habla en sus 22 relatos de gente muy hecha polvo: yonkis arrastrados, putas… y en general chusma de la peor ralea que se mataría por una dosis. Dos universos muy diferentes, pero aun así con ciertos puntos en común.
AUTOBIOGRAFÍAS
Confesiones, de Henry Marsh
Hace dos años, leí el primer libro autobiográfico de Henry Marsh (Ante todo no hagas daño), y por eso no dudé en cuanto vi que habían publicado este. Una visión diferente del mundo de la medicina, es muy curioso saber cómo alguien que todos los días ha de tomar decisiones que pueden suponer la vida o la muerte de sus pacientes (por no hablar de los errores que puede cometer), ve su profesión o aborda su día a día. En este libro nos encontramos a un Henry Marsh que nos cuenta cómo afronta su jubilación, y echa la vista atrás a su larga carrera como neurocirujano, o sus obras benéficas en Nepal y Ucrania.
El tumor, de Toni Soler
Me llamaron la atención varios puntos de la historia de Toni Soler. Que es huérfano de padre y madre (como yo), que su padre murió cuando era un adolescente (como el mío), y su madre de cáncer años después (como la mía). De este tipo de autobiografías me interesa conocer cómo viven otras personas hechos parecidos a los que he vivido yo. El plus es que a Toni Soler lo conocía en su faceta profesional, y se dedica al humor. Nada de humor aquí, sino una narración precisa y casi quirúrgica, donde habla sobre todo de quién fue su padre y lo que supuso para él perderlo.
El mundo de ayer, de Stefan Zweig
Un gran libro, narración de una época convulsa y llena de cambios, de uno de los que fueron testigos en aquel momento. A Zweig le tocó vivir los cambios que ocurrieron en Europa central entre las dos guerras mundiales. La narración, sin embargo, la realiza desde la madurez y años después, con la sabiduría y la tristeza de quien ha visto cómo ha cambiado el mundo… y a peor. El escritor, en este libro, no solo explica lo que ocurrió y cómo lo vivió él, sino lo mucho que llegó a echar de menos esa sociedad segura en la que creció, previa a la Primera Guerra Mundial.
El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, de Charles Bukowski
Y una de mis últimas lecturas del año, este libro de Bukowski seguramente no tendrá muchos fans pues no es ni novela, ni poesía, sino que es una especie de dietario escrito por él en sus últimos años. Encontramos aquí a un Bukowski más sereno en su vejez, menos dado a los excesos y llevando una vida cómoda y confortable junto a su pareja (¡y sus nueve gatos!). Esta versión de Bukowski nos cuenta su día a día, por qué le encanta ir cada día a apostar al hipódromo, y el tiempo que dedica a escribir cada noche en su ordenador. Reflexiones muy lúcidas desde la vejez de un hombre que tuvo una vida muy interesante, y el plus de tener ilustraciones del mismísimo Robert Crumb.
LIBROS DE RELATOS
L’art de portar gavardina, de Sergi Pàmies
No era el primer libro de relatos que leía de Pàmies, y por eso tenía más ganas de hacerlo. Una vez más, el autor no decepciona. Es de esas personas que si conociera seguramente me caerían bien, pues tiene un punto de cinismo y tristeza con el que me siento bastante identificada. En los relatos habla de la familia, del desamor, el alejamiento de la pareja previo a la separación, el síndrome del «nido vacío» cuando los hijos se van, la muerte de los padres… Relatos tristes en su mayoría, un poco derrotistas, pero muy bien contados.
Mudar de piel, de Marcos Giralt Torrente
Leí sobre este libro de relatos en alguna web o revista, hablaban maravillas de él. Y no me decepcionó. Son nueve relatos donde se cuentan historias que transforman a sus protagonistas. Historias duras de todo tipo, pero sobre todo relacionadas con la familia. Ya me he hecho con otro libro anterior del autor, Tiempo de vida. A ver qué tal.
Hotel Graybar, de Dawkins Curtis
Lo que me llamó la atención de este libro de relatos es que su autor es un convicto condenado a cadena perpetua. Escribe desde y sobre la cárcel, relatos no tan cruentos como un podría esperar, pero llenos de una gran tristeza. Algunos divertidos, otros llenos de desesperación, una lectura realmente curiosa para conocer las interioridades de una cárcel, contadas desde dentro.
Desmembrado, de Joyce Carol Oates
Y estos relatos son algo realmente diferente. Oscuros, casi se podrían tildar (algunos, sin el «casi») de terror psicológico. En todos ellos hay algo que no encaja, algo oscuro que podemos intuir que va a reventar en cualquier momento, un peligro inminente que acecha a los protagonistas. Y a menudo está dentro de ellos mismos.
CÓMICS
Maus, de Art Spiegelman
Obra maestra sobre el Holocausto. En el cómic el autor se muestra entrevistando a su padre, superviviente judío polaco de los campos de concentración nazis. El libro retrata a los judíos como ratones, a los alemanes como gatos… y resulta una muy buena narración de lo que ocurrió en los campos, pero no solo eso, sino un buen retrato de cuáles fueron las secuelas del trauma para los supervivientes. De hecho, casi tan interesante como la historia del pasado, lo es la historia del presente, con los problemas que tienen para relacionarse Art Spiegelman con su padre.
Clase Letal, de Lee Loughridge, Rick Remender, Wes Craig
Justo hace un par de días vi el piloto de la serie que adapta este cómic… ¡y sin que sirva de precedente es una buena adaptación! La historia de esta academia de jóvenes asesinos es lo que es (violenta, cruel, insensible), pero además está muy bien contada y dibujada, y es fácil de leer.
El Show de Albert Monteys, de Albert Monteys
Y tirando un poco más cerca, este cómic me ha hecho reír mucho este año. Son viñetas cortas, con un hilo en común, el protagonista es el propio autor: Albert Monteys. Habla de él mismo, de los plazos de entrega, miedo a la página en blanco, y diversos temas del día a día. Pero de manera muy divertida.
BONUS TRACK: JULIAN BARNES
Niveles de Vida, El sentido de un final y The Only Story
Y para el final, este autor que este año me ha enamorado. Sí, antes lo he dicho también de Philip Roth, pero, ¿acaso no me puedo enamorar varias veces? Julian Barnes tiene una forma de escribir muy elegante y precisa, y a veces en sus libros uno se encuentra con reflexiones que hacen pensar… y eso no lo consigue cualquier libro. Cierro el post con un fragmento de Niveles de vida (mi reseña aquí)
Juntas a dos personas que nunca habían estado juntas. A veces es como aquel primer intento de acoplar un globo de hidrógeno a otro de aire caliente: ¿prefieres estrellarte y arder o arder y estrellarte? Pero a veces funciona y se crea algo nuevo y el mundo cambia. Después, tarde o temprano, en algún momento, por una razón u otra, una de las dos desaparece. Y lo que desaparece es mayor que la suma de lo que había. Esto es quizá matemáticamente imposible, pero es emocionalmente posible.