Acid House, de Irvine Welsh (Reseña)

«¿Problemas de mujeres?», se reía mi padre. «Nunca vayas detrás de un autobús o una mujer, hijo. Siempre vienen más».
Una gran estrategia, esa. Por eso él no ha echado un polvo en catorce años, desde que mi madre se fue a tomar por culo. Por eso algún día probablemente lo encontrarán muerto de hipotermia en una parada de autobús.

Es toda una experiencia el haber descubierto en mi entorno inmediato, no solo personas a las que les gusta leer, sino algunos que incluso están en disposición de poder recomendarme libros. A estas alturas de la vida eso ya no es tan fácil como lo era antes, pues, para qué negarlo, ya una tiene unos cuantos años, ha leído bastantes libros, y a veces tiene la (falsa) impresión de que no queda casi nada por descubrir. ¿Todo esto por qué lo digo? Pues porque este libro me lo prestaron, un compañero mencionó alguna escena que aparecía en él y yo le dije, «Eh, nunca he leído nada de ese autor»… Así que por primera vez he leído una novela de Irvine Welsh, cosa triste porque ya había visto una película basada en otra de sus novelas

Y es curioso el que me cueste en los últimos meses tanto actualizar el blog, curioso porque estoy leyendo más que nunca y quizá, quién sabe, ese es justo el motivo. Pero esto es como una vieja relación sin la cual uno no sabe cómo se sentiría. No quiero dejar morir el blog, y tengo contenido (y mucho) que volcar en él. Tal como dije no hace mucho, podré actualizar una vez a la semana, una vez al mes, o incluso algo menos que eso, pero me gustaría mantenerlo vivo. Ay mi blog zombi… 😛

Del autor de la novela Trainspotting, uno no duda que sabe de lo que habla cuando explica historias chungas de drogas y vidas disolutas. No sé gran cosa de la biografía del autor, pero la verdad es que (fallos de traducción aparte), no cuesta nada introducirse en el mundo de drogas y farras sin fin de sus protagonistas, a pesar de que uno  mismo sea más bien lego e inexperto en drogas (hablo de mí). ¿Y eso por qué? Pues porque lo explica bien y con voces creíbles. Creíbles a pesar de que estos jóvenes van colocados y son el prototipo de testigo no fiable de cualquier historia.

Los protagonistas de estas 22 historias son yonkis, prostitutas, gente de mala vida y algunos que tienen problemas mentales serios. Son personas que o bien no trabajan, o tienen trabajos de mierda y mal pagados, personas que están a disgusto con sus vidas. Los más «afortunados» pueden encontrar algo de desconexión en las drogas, otros ni siquiera eso. Sin embargo y a pesar de toda esta desgracia, Welsh es capaz de darle un toque de humor a todas estas historias.

Empezó a decir algo, y de pronto se detuvo, se excusó y me dejó solo. Tenía buen aspecto, el que puede tener la gente a la que le gustabas pero ya no. No obstante, me alegré de que se fuera. Por lo general, la gente que está experimentando Periodos de Crecimiento Personal son un dolor de cabeza. El crecimiento tiene que ser acumulativo y gradual. Odio a los gilipollas renacidos esos que intentan reinventarse por completo e incinerar su pasado.

Hay humor en cierto modo, un humor negro y amargo y cargado de cinismo. Sin embargo, en ocasiones algunos de los personajes caen algo simpáticos. De esa manera distante en que un infraser puede serlo, seguramente no como seres humanos de pleno derecho, pero es que que personas así, tampoco les interesa un carajo ser personas de bien. Solo seguir respirando (quizá), conseguir colocarse en un rato, echar un polvo o fastidiar a alguien. El discurso de los personajes lo leemos en jerga, que me imagino en la traducción se perdió por el camino. La edición que leí yo del libro, además, era antigua y había algún error de traducción y todo. Supongo que en ediciones más nuevas eso se ha revisado. Aun así, para mí fue una lectura entretenida y amena, a pesar de tocar temas tan oscuros y deprimentes, y personajes tan de vuelta de todo y hechos polvo.

Tanto es así, que después de eso me compré otro libro del mismo autor que espero leer antes de que acabe el año. Espero comentarlo por aquí, y espero que cuando lo lea, sea tan divertido como este, a su manera retorcida y oscura.

Sentí otro subidón de éxtasis y me levanté y me puse a bailar allí mismo. No pude seguir mucho rato, no había ni un puto estímulo. Me apetecía metermeotro y encaminarme al Citrus o al 9Cs. «Ese cabrón», dije, apuntando con el dedo a Ronnie, que seguía dormitando con la polla fláccida colgándole de los calzones como una especie de serpiente surrealista muerta, «de qué va: es un puto lastre. Lo llevas a cuestas, ¡y no hace más que quedarse sobao en todas partes!»
En un arrebato de cólera saqué a Ronnie del sofá y lo eché al suelo. Me inspiró una oleada de asco con aquellas estúpidas gafas y el bigote. «Está igual de bien en el suelo, y nos podremos meter un chute de sofá. Está demasiado follao para notar la diferencia.»
Nos sentamos los tres en el sofá, usando a Ronnie como reposapiés. Estba totalmente fuera de este mundo. Seguíamos aburridos, así que me levanté, traje algo de harina de la cocina y se la eché por encima a Ronnie. Me atraganté con un breve flashback triposo del Ciego Cabrón tumbado en la nieve.

Autor: Irvine Welsh
Año publicación: 1994
País del autor: UK
Número de páginas: 304 
ISBN: 978-8433967978
Leído en… español 

One comment

  1. Me gusta descubir libros como este y como tantos otros que me he leído gracias a tus recomendaciones. Así que más vale que no abandones el blog aunque tardes en publicar…más vale tarde que nunca ¿no? A mi me pasa lo mismo, publico cuando tengo tiempo y cada vez tengo menos. Pero ahí sigo 😉

    Por su puesto me haré con el libro. Me llama

    Besos

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