Manual para mujeres de la limpieza [A manual for Cleaning Women], de Lucia Berlin (Reseña)

La bugaderia de l’Angel és a Albuquerque, a Nou Mèxic. Al carrer Quatre. Negocis deteriorats i ferrovellers, botigues de segonda mà amb lliteres militars, caixes de mitjons desaparellats, edicions del 1940 de Good Hygiene. Sitges de cereals i  motels per a amants, borratxos i dones grans amb els cabells tenyits amb henna que fan la bugada a ca l’Angel. Núvies xicanes adolescents van a ca l’Angel. Tovalloles, camises de dormir curtes de color rosa, calcetas on posa «dijous». Els marits porten pantalons de peto blaus amb noms escrits a les butxaques. M’agrada esperar-me fins que els noms apareixen en l’efecte mirall de la tapa de l’assecadora. Tina, Corky, Junior.
(Del relato «La bugaderia de l’Angel»)

Siempre que leo algo sobre un bestseller, sobre algún libro que se ha colado de forma inesperada en las listas de los más vendidos, siento recelo. Así me ocurrió con esta recopilación de relatos, en la que además el título tampoco es que me llamase mucho la atención. Pero supongo que este libro y yo estábamos destinados a encontrarnos y gustarnos, dada mi inclinación a las narraciones autobiográficas. Me da un poco de vergüenza decir que casi me pierdo el libro a causa de todo el revuelo que levantó con su publicación, por lo que acabo de comentar de la lista de los más vendidos. Pero es uno de esos casos afortunados donde las alabanzas se corresponden con la realidad. 

En el libro se suceden una serie de 43 relatos más o menos breves. En los relatos, las protagonistas son mujeres de todo tipo: mujeres de la limpieza, enfermera de urgencias, asistente médica, conserje… Muchas de las historias son autobiográficas, y a través de las vidas de estas mujeres conocemos la vida de la propia escritora.

En aquelles situacions sovint se sentia impotent. Situacions en què penses: «Coi, és el mínim que puc fer, són tan amables».Si no ho fas et sents culpable i si ho fas et sents com una pàmfila. 
(Del relato «Amics»)

Lucia Berlin tuvo, en la vida real, una infancia muy agitada, hija de un ingeniero de minas que hizo que su familia se trasladase por diferentes yacimientos en los Estados Unidos. Cuando su padre se marchó a la guerra, ella, su hermana y su madre se trasladaron con sus abuelos paternos a El Paso. La relación con su madre no fue fácil cuando Lucia y su hermana Sally eran niñas, pues como Lucia la describe, su madre era «fría, racista y alcohólica», además de que salía mucho y a menudo las dejaba solas. Al final de la guerra, la familia se trasladó a Chile, donde pasaron a formar parte de la clase alta del país. En cuanto fue mayor de edad, pronto fue madre (4 hijos en total) y tuvo varios matrimonios (3) que no salieron bien; entretanto, iba escribiendo.

El món avaça. Res no té gaire importància, ¿m’enteneu? Importància de debò, vull dir. Però llavors, a vegades, només durant un segon, et concedeixen un moment de gràcia, i estàs convençut que síque té importància, i molta.
(Del relato «Esgarriats»)

Lucia Berlin, tal como las protagonistas de algunos de sus relatos, fue adicta al alcohol y tuvo muchos problemas económicos. Sin embargo, en estas historias la amargura se mantiene a raya, y abunda el humor, el escepticismo, una actitud de luchadora que no se rinde. Lo que se narra aquí son problemas muy duros (problemas con la familia, traumas de infancia, adicciones, dificultades económicas…) y sin embargo siempre existe un «después». Cuando pasamos al capítulo siguiente, todo ha pasado, como un capítulo más en la vida de cualquiera. Para mí, ha sido muy doloroso leer según qué capítulos (la agonía y muerte de su hermana Sally, por ejemplo, está contada con amor y a la vez con cierta estoicidad y frialdad que despiertan una especie de admiración).

Da la impresión de que Lucia Berlin hubiera podido ser una buena amiga, una de esas personas que ha pasado mucho (tanto buenas como malas experiencias), pero mantienen la paciencia, la humanidad y la capacidad de sentir empatía por los demás. Pasa pocas veces, eso de en cierto modo «conectar» con el escritor al que uno está leyendo, estar seguro de que le hubiera gustado como ser humano. Así que las historias dan esa sensación un poco extraña, como si nos las contara alguien a nosotros. Cuentan con esa calidad de relato vital contado en confidencia, quizá en un bar, mientras uno espera que la colada esté lista en una lavandería, o en una sala de espera de hospital.

Los relatos están ordenados de forma cronológica en este libro (yo también he ordenado de esta forma los fragmentos que he elegido para esta reseña), y eso acentúa la sensación de que estamos conociendo a esta persona, que ya no está viva pero a la que podemos sentir en la distancia, como si fuese contemporánea a nosotros, y yo, Sonia, me siento realmente agradecida por haber podido leer este libro, y compartir con su autora (como he dicho, de ella me separan la muerte, muchos años y miles de kilómetros) lo que ella vivió y cómo le impactó.

Desde luego, puedo decir que ha sido una de mis lecturas favoritas de lo que llevamos de año. Sin duda algún día volveré a releer estas páginas, aunque sé que me volveré a encontrar con sentimientos de derrota, dolor y amor, propios y ajenos. Y no hay moraleja, no hay lección final, excepto decir que la vida es así, y que cada uno vive su vida como mejor sabe vivirla.

No hi ha cap guia per a la mort. Ningú que t’expliqui el que has de fer, ni com serà.
(Del relato «Panteón de Dolores)

***

El temps s’atura quan algú es mor. Evidentment s’atura pero a ells, potser, però per als familiars el temps es descontrola. La mort arriba massa aviat. Oblida les marees, els dies que s’allarguen i s’escurcen, la lluna. Estripa el calendari. No ets a la taula de la feina ni al metro ni preparant el sopar dels nens. Llegeixes la revista People a la sala d’espera d’un hospital, o tremolant en un balcó, fumant tota la nit. Claves la vista a l’espai, asseguda a l’habitació de quan eres petita, amb la bola del món a l’escriptori. Pèrsia, el Congo Belga. La part negativa és que, quan tornes a la vida quotidiana, totes les habituds, les fites del dia, semblen mentides sense sentit. Tot  és sospitós, un truc per agombolar-nos, per tornar-nos amb un bressoleig a la plàcida implacabilitat del temps.

(Del relato «Un moment»)

***

N’hi ha tants que ja no hi són. Abans, quan algú deia que havia perdut el marit, em feia gràcia. Però la sensació és ben bé aquesta. De pèrdua. En Paul, la tia Chata, en Buddy. Entenc que la gent cregui en fantasmes o que organitzi sessions d’espiritisme per comunicar-se amb els difunts. Jo em passo mesos pensant exclusivament en els vius i llavors, tot d’una, el Buddy es despenja amb un acudit, o te m’apareixes tu, ben viva, evocada per un tango o per una agua de sandia. Tant de bo poguessis parlar amb mi. Em serveixes tan paoc com el gat sord. 
(Del relato «Un moment»)

Autora: Lucia Berlin (Web oficial)
ISBN: 978-84-945085-0-9
Número de páginas: 486
País de la autora: USA
Año publicación: 2015 (relatos de 1977 a 1999)
Leído en… catalán (Ed. L’altra)

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