Bueno, vamos a recuperar las buenas costumbres en lo que se refiere a reseñas de series. Le ha tocado a American Gods, uno de los estrenos televisivos que más ha dado que hablar en este 2017. Antes de comenzar a ver la serie, no había leído la novela en que se basa (mismo título, el autor es Neil Gaiman), aunque conocía muy por encima la premisa. Pues bien, sin tener mucha idea me puse a verla, sobre todo motivada por la presencia de Ian McShane en un papel protagonista.
La serie comienza con un preso saliendo de la cárcel, se llama Shadow Moon (Ricky Whittle) y lleva tiempo ahí. El mismo día que sale, y dispuesto a reencontrarse con su mujer Laura (Emily Browning), con quien se encuentra primero es con un extraño personaje que se hace llamar Mr. Wednesday (Ian McShane), y que quiere que trabaje para él como guardaespaldas. Shadow no quiere saber nada de nuevos trabajos y lo único que quiere es volver a casa con su mujer, pero resulta que esa misma noche se entera que Laura ha muerto en un accidente de coche junto a su mejor amigo, Robbie (Dane Cook). En el camino a casa ya comienzan a ocurrirle cosas raras, y conoce a otros personajes de la mitología, como un leprechaun llamado Mad Sweeney (Pablo Schreiber), o un tipo que se hace llamar Technical Boy (Bruce Langley), que junto con Media (Gillian Anderson) trabaja para Mr. World (Crispin Glover).
En cada capítulo, tenemos una pequeña introducción que nos ilustra con algunos episodios de mitología de todo el mundo. Veremos fragmentos ambientados en momentos muy diferentes de la historia, dedicados a Odín, a Anansi, Anubis… Después de esos fragmentos, tenemos de nuevo la historia en el mundo actual. Los viejos dioses se enfrentan a los nuevos. Los viejos dioses han perdido adeptos, ya nadie les reza, han sido olvidados por los humanos, que ahora adoran a otros dioses nuevos. Por tanto, cuando acompañando a Mr. Wednesdey, Shadow conoce a Czernobog (Peter Stormare), las tres Zoryas, a Ontara la diosa de la Primavera (Kristin Chenoweth), o a Bilquis la diosa del Amor (Yetide Badaki). Los nuevos dioses tienen como líder a Mr. World, que representa la globalización, la nueva economía, y como ayudantes tiene a Technical Boy y a Media, que gusta de aparecer en las formas más impactantes posibles (por ejemplo como Marilyn Monroe, David Bowie o Judy Garland). Aparte de eso, somos testigos de historias paralelas como la de Salim (Omid Abtahi), que conoce a un taxista que resulta ser un Ifrit.
La serie, desde luego, es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en la televisión. La estética es muy llamativa, a ratos histriónica, a ratos oscurísima, en otros momentos rebosa de sensualidad y sexualidad (me imagino cómo debe haber escandalizado cierta escena del capítulo 3…). Toda la temporada nos lleva a un momento, y es al inicio de la guerra entre unos y otros dioses, los viejos y los nuevos, cada uno con sus grandes poderes. La serie puede resultar confusa al principio, saltando de unas historias a otras, sobre todo para gente como yo, que no ha leído los libros. Ian McShane hace que uno siga viendo a pesar de – en ciertos momentos a mí me ocurrió – no estar muy convencido. Pero bueno, qué os voy a decir, pronto quedé convencida e incluso cautivada por esta serie, por la abundante violencia y exceso que vemos en la serie.
Así que si sois fans de los actores que aparecen, o de la mitología tratada de un modo un tanto lúdico-festivo, o del entretenimiento por el entretenimiento, o de series originales a nivel estético, puede que esta serie sea para vosotros. Ya he dicho que no he leído la novela pero creo que la serie está bien contada, y lo digo sin saber si adapta bien, mal o regular el texto. El ritmo es muy bueno, las actuaciones me han gustado en todos los casos, y la estética es muy especial. A mí me ha encantado, estoy deseando ver la segunda temporada.
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Ficha IMDB
Fechas emisión USA: Abril – Junio 2017
Número capítulos / duración: 8 / 60 minutos