Hacía ya tiempo que tenía pendiente ver esta película, que por su tema y por tener buenas puntuaciones tenía ganas de ver, pero es lo típico… nunca encontraba el momento. Hasta ayer.
La película tiene su punto de partida un día de verano. Pietro (Nanni Moretti) está en la playa con su hermano y acaba salvando la vida de una desconocida. Mientras, en casa, su mujer ha muerto de forma inesperada, dejándolo a él viudo y con una hija pequeña, Claudia (Blu Yoshimi). Cuando poco después, comienza el curso escolar, Pietro se ve incapaz de seguir acudiendo a trabajar a su oficina cada día (es un directivo, se da a entender que con cierta categoría). En lugar de eso, lo que realmente desea, y hace, es quedarse sentado fuera del colegio de su hija, esperando a que salga cada día. A partir de ahí comienza a tener una nueva rutina diaria, que nadie de su entorno entiende demasiado bien. Se pasa los días sentado en un banco, come algo en un bar cercano, siempre se cruza con la misma gente, día a día, a veces trabaja desde el coche… Estar ahí le ayuda a reflexionar y a fijarse más en las personas, en las cosas que antes también pasaban ante él pero a las que no prestaba atención.
La película, en coherencia con su título, se desarrolla con cierta calma. Poco a poco vamos conociendo qué tipo de relación tiene con su hija, con su hermano Carlo (Alessandro Gassman), con su cuñada Marta (Valeria Golino), con algunos de sus compañeros de trabajo, cómo poco a poco los sentimientos que no muestra en los primeros momentos van aflorando. Es una película que me ha gustado por la naturalidad con que los actores reflejan los sentimientos de sus personajes. A Nani Moretti lo había visto en otra peli, dirigida por él, titulada Mia Madre, y me ha gustado también aquí, en un papel contenido pero a la vez muy expresivo. Me he sentido reconocida en este tipo de dolor que va por dentro y muchos no entienden, en los sentimientos escondidos y camuflados en otras cosas. En Caos Calmo hay drama, dada su premisa, pero no hay melodrama. Los sentimientos se diluyen en la rutina diaria, también en la voluntad de ocultarlos. Sin embargo, están ahí; podrían no estarlo, podría tratarse de cualquier otra cosa, todo es válido y aquí lo que se defiende es que cada cual viva su vida a su modo.
A Pietro, el hecho de «no hacer nada» y apartarse del ritmo de trabajo (se supone que frenético) que tenía hasta entonces, le sirve para hacer listas, para dedicar más tiempo a pensar en temas que normalmente no piensa demasiado. Hace listas con las casas en las que ha vivido, con las aerolíneas con las que ha volado… pero también intenta con pequeños gestos hacer un poco más felices a algunas personas con las que coincide cada día. A veces pequeños gestos pueden tener efectos importantes, y de eso es difícil darse cuenta cuando estamos inmersos en nuestra propia rutina y problemas diarios. A veces hace falta algún detonante para pararse y pensar. Y es que ya lo he dicho, me gusta el proceso que sigue Pietro, porque va contra todos los consejos que le dan, es defectuoso en muchos sentidos y seguramente hay mil maneras mejores de gestionar todo lo que tiene entre manos. Quizá algunas de las tramas secundarias no me han parecido del todo creíbles, porque el verdadero protagonista es el hombre y cómo su actitud refleja un tipo de duelo diferente al que solemos ver en las pantallas. Sin duda para mí lo que ha chirriado más ha sido el personaje de la hija, y también cierta trama empresarial en la que Pietro está envuelto, pero esos defectos no han deslucido para mí el efecto general de la película, deja una sensacón bonita, como de haber visto el tipo de historia característica del realismo mágico, no del todo realista, pero con los suficientes nexos con la realidad como para ser algo plausible.
Y sí, sé que es una película imperfecta, que tiene defectos y nada es redondo en ella. Ni la banda sonora, ni su protagonista, ni algunas de sus tramas. Hay rasgos que directamente son reprochables (escenas de sexo sin venir a cuento, comportamiento que no se entiende por parte de la hija). Sin embargo, no sé explicar por qué, yo he quedado contenta. Habla al fin y al cabo, de procesos que terminan, de heridas que comienzan a cicatrizar, y cada uno encuentra su propio modo de curarse. Sé que Nanni Moretti tiene muchos detractores, pero a mí hasta ahora me ha gustado cuando lo he visto. También me ha sorprendido gratamente el cameo de Roman Polanski. No es una película imprescindible pero sí agradable de ver si sois afines a: a) cine italiano serio, b) historias intimistas o c) Nanni Moretti. La banda sonora, a ratos desconcertante, pero bonita.
Director: Antonello Grimaldi
Guión: Nanni Moretti, Laura Paolucci, Francesco Piccolo (Novela: Sandro Veronesi)
Año: 2008
País: Italia
Duración: 105 minutos
Ficha IMDB
Reparto: Nanni Moretti, Valeria Golino, Isabella Ferrari, Alessandro Gassman, Blu Yoshimi,Hippolyte Girardot, Kasia Smutniak, Denis Podalydès, Charles Berling,Silvio Orlando, Alba Rohrwacher, Manuela Morabito, Roberto Nobile, Babak Karim,Beatrice Bruschi, Roman Polanski
A mí me gustó, entiendo que dista mucho de ser una obra maestra pero me gustó el sabor de boca que deja.
Un beso