Me había propuesto no escribir reseña de esta serie. Quizá aplicando la máxima de «si no tienes nada bueno que decir, cállate la boca» (estoy parafraseando), quería dejar correr el hecho de que he pasado tiempo viéndola, y también mi opinión sobre su calidad. Pero bueno, que al final he pensado «qué cojones» y al menos quiero dejar testimonio de este visionado.

La premisa no es ni genial, ni todo lo contrario, pero en principio me llamó la atención. Tenemos a dos compañeras de piso, veinteañeras, Grace y Molly; al inicio de la serie las dos chicas parecen pasárselo en grande juntas, pero pronto resultará que toda esa alegría juvenil se viene abajo cuando tras una noche de fiesta loca, Molly aparece asesinada en su habitación. Grace (Daisy Head), pronto resulta ser una de las principales sospechosas por inconsistencias en su declaración y por ser de las pocas personas con acceso al apartamento que ambas compartían. Graces es una estudiante que se encuentra en Londres procedente de los Estados Unidos (al parecer el argumento de la serie recuerda al caso de Amanda Knox, que no conozco demasiado). Pronto, su hermana Natalie (Emily Tremaine) acude al país para ayudarla, y también su padre James (Anthony Head, que en la vida real también es padre de la actriz protagonista) hace lo que puede para que su hija no vaya a la cárcel. Ahí entra en juego el abogado Stan Gutterie (Billy Zane), contratado para defender a Grace.

A lo largo de los 10 capítulos que tiene la temporada, aparecen varios asuntos que pueden haber tenido que ver con el asesinato de Molly: prostitución de lujo, persecución y criminalización por parte de la prensa, relaciones inapropiadas entre varios personajes principales, e incluso (sic), la Casa Real británica. La serie no pretende ser otra cosa que un culebrón con ciertas pretensiones, y así queda manifiesto en una producción bastante justita, abundantes canciones pop que tienen una presencia algo machacona en ciertas escenas, y líneas argumentales que más que intrigar al espectador, consiguen hacer que sienta vergüenza ajena. Ah, y me olvidaba, como en toda serie cutre salchichera que se precie, pase lo que pase y caiga quien caiga, todas las chicas van siempre perfectamente maquilladas y peinadas.

Y si solo fuera una serie tonta, pero bien hecha, podría merecer la pena verla. Pero está hecha como sin ganas, los personajes no consiguen enganchar y la protagonista tiene una manera tan imbécil de comportarse, que acaba dándonos igual lo que le ocurra. En un drama donde está en juego que una chica (posiblemente inocente) vaya a la cárcel, lo peor que puede ocurrir es que los espectadores piensen «¡a la hoguera con ella!». Y así es. También es cierto que he visto la temporada completa, pero me ha costado bastante, incluso teniendo en cuenta que es de esas series que se deja más bien de fondo mientras se hacen otras cosas. Pero es que los personajes no consiguen convencer, los supuestos giros son todos muy predecibles, y la factura de la serie deja bastante que desear. Pensando, creo que el único actor que me ha dado la impresión de saber lo que hacía, es Billy Zane, y no es ni de lejos el protagonista de esta serie.

Así que en resumen, no hagáis la tontería que yo he hecho, lo mejor con esta serie es mantenerla bien lejos. Emplead esas aproximadamente 7 horas en otra cosa, y si es para no hacerle caso y tenerla de fondo, igualmente podréis encontrar mejores series para tener de fondo. Hacedme caso, o acabaréis teniendo pesadillas de la protagonista, que de actuar demuestra saber bien poco y a quien ni siquiera los pucheritos que hace en el 95% de sus escenas le salen bien.

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Ficha IMDB
Fechas emisión USA: Junio-Agosto 2016
Número de capítulos y duración: 10 / 42 minutos