13 Reasons Why [Por 13 razones] – Netflix (1ª temporada)

Al principio no le tenía mucha fe a esta serie, por tratarse (pensaba) de la historia manida de siempre de historias de instituto, con adolescentes guapos pasando problemas o muy sencillos, o extremadamente enrevesados durante toda la temporada. Pero cuando empecé a ver el «ruido» que estaba generando la serie, me planteé seriamente si quizá merecería la pena echarle un vistazo. 

Así que sí, tenemos el típico instituto americano, con el típico equipo de basket, con la típica segregación entre populares y menos populares, con relativo maltrato y bastante crueldad adolescente. Aquí, más que el contenido, que nos puede sonar y es conocido por todos aunque con un toque mucho más oscuro, lo que me ha gustado es la forma en que se nos presenta la historia. El punto de partida es que un par de semanas después del suicidio de una compañera de instituto, Hannah (Katherine Langford), Clay (Dylan Minnette) encuentra un paquete dirigido a él en la puerta de su casa. Contiene cintas de casette, algo complicado de gestionar porque estamos en pleno siglo XXI y la mayoría de la gente no tiene dispositivos capaces de reproducirlas. Así que en cuanto Clay tiene la oportunidad de comenzar a escucharlas, se da cuenta de lo que contienen; contienen las 13 razones de Hannah para suicidarse, y cada una tiene como protagonista a un compañero de clase. Todos los principales personajes recibirán su parte, y la intriga está en saber qué papel jugó cada uno de ellos en la decisión de Hannah para terminar con su vida. Están los obvios, los chicos  «populares»: Justin (Brandon Flynn), el típico matón de instituto que se ríe de todo y todos; Bryce (Justin Prentice), niño mimado cuyos padres ausentes le pagan todos sus caprichos; Zach (Ross Butler), otro niño mimado estrella del equipo del instituto. Las chicas no son mejores, y tenemos una buena ración de animadoras: Jessica (Alisha Boe), Sheri (Ajiona Alexus)… Pero también están los menos obvios, los buenos estudiantes, los buenos chicos, los aplicados, como Alex (Miles Heizer), Marcus (Steven Silver), Courtney (Michele Selene Ang)… Como digo, la gracia está en saber lo menos posible, ir viendo la serie, porque si te engancha, lo hace desde el principio. Y porque la gracia está en saber lo menos posible. 

Las historias de estos adolescentes de 17-18 años, a mí me han enganchado capítulo tras capítulo. Por cómo estrena las series Netflix, tuve todos los capítulos a la vez y pude ver uno detrás de otro en cuanto fui encontrando tiempo para hacerlo. El eje de la historia es la voz de Hannah, que en cada capítulo/cinta se dirige a una persona de su entorno, y va describiendo algún suceso o comportamiento de ellos que la hirieron. Finalmente, el cúmulo de todo la empuja a planear fríamente su suicidio, dejando esas memorias como legado para los compañeros que le hicieron daño. Y el daño que le han hecho, va de gestos aparentemente insignificantes a comportamientos horribles o directamente ilegales. En algún momento de la serie, un compañero comenta de Hannah que «solo quería llamar la atención», pero realmente lo que ocurre es que las cintas que ha dejado constituyen una prueba de lo podrido que está su entorno, el de todos ellos, y la opción fácil es concluir que Hannah miente en todas sus cintas.

Y me imagino que tal como la novela en que está inspirada (mismo título, del autor Jay Asher), la serie está más bien dirigida a un público adolescente. Sin embargo, tiene un ‘algo’ que ha hecho que yo, que la adolescencia la dejé atrás hace mucho tiempo, sienta algo de empatía o cercanía por sus personajes. Y uno de los motivos por que me ha gustado, es que está bien hecha, la historia está bien estructurada, los flashbacks son sutiles pero efectivos y están insertados con fluidez en la narración. Y sobre todo, es una serie muy oscura, que habla de temas muy controvertidos, que podríamos considerar comunes para muchas edades. ¿O acaso el acoso se limita a los años de instituto? ¿O acaso no seguimos considerando que hablar mal de otras personas, poner motes, etc. son actividades inofensivas y divertidas que no hacen daño a nadie? ¿O acaso no se siguen criminalizando ciertos comportamientos en los demás, sin tener en cuenta que: 1) no dañan a nadie, y 2) no conocemos los motivos? Supongo que lo que me ha gustado también, es que ciertos temas que toca, pueden hacer pensar a los que vean la serie. Y pensar nunca ha sido algo malo.

En cuanto al reparto, no veréis caras súper conocidas entre los actores y actrices, sino que se trata de un elenco relativamente desconocido, que por este mismo motivo, brilla aún más por sus buenas actuaciones. Los chavales plasman de forma creíble sus papeles, con personajes que no son ni totalmente bondadosos, ni totalmente inocentes, ni todo lo contrario. Gran descubrimiento el de Dylan Minnette, me sonaba el actor pero en esta serie hace un trabajo muy bueno.

Así que recomendaría la serie, si os llama la atención, porque tiene intriga, porque está bien contada, y también, por qué no decirlo, porque la fotografía está muy bien cuidada y la banda sonora también está muy bien.

De momento no hay confirmado ni en positivo, ni en negativo, si habrá segunda temporada. Despues de ver toda la primera, no estoy muy segura de si tiene sentido que la historia tenga  continuidad a partir del final (para mi gusto, hay muchos temas que quedan bastante atados y cerrados), pero si se la dan, supongo que continuaré viéndola.

Web oficial
Ficha IMDB
Fecha estreno: 31/marzo/2017
Número de capítulos/duración: 13/55 minutos aprox.

https://www.youtube.com/watch?v=JebwYGn5Z3E

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