En el cine de los últimos tiempos parece haber abundancia de historias reales y personajes históricos. Supongo que no pasará mucho tiempo antes de que hayamos cubierto casi todas las historias dotadas de un mínimo de interés del último par de siglos. En el caso de esta película, la protagonista parece tan excesiva y extravagante que cuesta creer que haya sido real. Pero sí existió de verdad.
Florence Foster Jenkins (Meryl Streep) fue una dama de la alta sociedad norteamericana, que por encima de todas las cosas amaba la música. Su biografía antes de llegar a probar suerte como cantante fue bastante curiosa (fue desheredada por su padre por querer dedicarse a la música, su primer marido le contagió la sífilis, y sobrevivió aunque con secuelas), pero la película se centra más bien en la última etapa de su vida. Cuando murió su padre, más o menos cuando ella tenía 60 años, Florence heredó una gran cantidad de dinero, y fue entonces cuando decidió dedicar todos sus esfuerzos a la música. Antes de eso había contraído segundas nupcias con un actor llamado St. Clair Bayfield (Hugh Grant). St. Clair era un actor de origen británico que nunca había llegado a ser gran cosa; a la vez que marido de Florence, se dedicó a ser su manager. En el comienzo de la película vemos cómo contrata un pianista, Cosmé McMoon (Simon Helberg), para tomar lecciones de canto. Paralelamente, se convirtió en promotora de diversos eventos musicales, participando en clubs sociales dedicados a la música. También organizaba eventos y fiestas donde ella y su marido aparecían invariablemente como protagonistas, ella normalmente con algún disfraz elaborado y St. Clair recitando textos teatrales.
En su fase como cantante, Jenkins comenzó dando recitales privados, y fue cuando sus dos padres estuvieron muertos, cuando pudo dedicar más recursos financieros a su carrera como cantante. Aunque tiempo atrás había sido una buena pianista, nada de ese talento se trasladaba a sus dotes para el canto. Le fallaba el sentido del ritmo, era incapaz de afinar la voz, ni mantener notas. El pianista a menudo tenía que hacer ajustes para compensar los errores de ella. Sin embargo, cuando comenzó a dar recitales, llenaba el recinto y conseguía vender todas las entradas. La gente se lo pasaba muy bien riéndose de ella en los conciertos, y ella se sentía apoyada por el público, porque al final aplaudían. Las risas las atribuía a sus rivales, celosas de su éxito. A posteriori se ha intentado analizar por qué hacía lo que hacía y se sometía a semejante humillación pública, y hay quien cree que realmente no era consciente de cantar tan mal, y quien cree que quizá todo se trató de una broma elaborada por parte de Florence.
La película se centra sobre todo en la andadura como cantante de Florence, retratando la peculiar relación que tenía con su marido St. Clair, y la vida paralela que tenía él al margen de su matrimonio. Así, aunque con toques de patetismo, la cinta opta por un toque más ligero de comedieta un poco superficial. De todos modos, consigue ser entretenida y resultona, en gran parte debido a la interpretación de Meryl Streep, que consigue dar rabia y ser digna de lástima a partes iguales; incluso Hugh Grant hace un papel bastante digno aquí, en la piel de un ambivalente marido del que cuesta averiguar cuales son sus verdaderos pensamientos. Pero la película no es para eso, no pretende profundizar demasiado en los hechos sino simplemente contárnoslos. Que conste que también hay toques, por momentos sutiles y en otros momentos más fuertes, de la miseria y el triste autoengaño que vive Florence. En ese sentido tanto las interpretaciones como el guión ayudan a no caer en la sátira despiadada, y proporcionar al espectador las herramientas para sentir cierta lástima y tristeza por el afán de Florence de sentirse admirada y querida, aunque fuese a golpe de talonario.
No ha estado mal del todo la película, desde luego me la esperaba peor, o menos entretenida. Finalmente la he visto con relativo interés. Eso sí, se me han hecho muy cuesta arriba las partes donde Florence canta (como es lógico), y son bastantes. En general, no deja huella.
Director: Stephen Frears
Guión: Nicholas Martin
Año: 2016
Duración: 110 minutos
País: UK
Ficha IMDB
Reparto: Meryl Streep, Hugh Grant, Simon Helberg, Nina Arianda, Rebecca Ferguson, Neve Gachev, Dilyana Bouklieva, John Kavanagh, Jorge Leon Martinez, Danny Mahoney, Paola Dionisotti, David Menkin, Tony Paul West, Philip Rosch, Sid Phoenix
Hola Sonia! Esta señora es muy conocida en el ámbito de la música clásica, casi una leyenda. Todavía recuerdo cuando escuche por primera vez una grabación de ella cantando Mozart. No podía creer lo que estaba escuchando. Todavía no he visto la peli, y tampoco sé si lo haré. Pero fue todo un personaje en su tiempo!
Hola! Sí, había escuchado hablar de ella en un programa de radio donde a veces comentan anécdotas e historias relevantes en el mundo de la música. Conocía algo la historia pero no he podido evitar irritarme un poco por cómo está contada la historia, a pesar de que Meryl Streep como siempre lo hace muy bien. 🙂