No tenía mucha fe ni muchas expectativas en este refrito de El Exorcista. La peli de 1973 del mismo título ya era muy buena y sigue manteniéndose bastante viva en el imaginario de las pelis de terror más míticas. La idea y la ejecución de la peli original no han envejecido mal, dentro de lo que cabe, así que, ¿por qué retomarlo? ¿Es la falta de ideas un problema en la televisión y el cine, o lo son las ganas de capitalizar las que ya se sabe que funcionan?
En la serie, el punto de partida lo tenemos con dos protagonistas claros. Uno, el padre Tomas Ortega (Alfonso Herrera) es el típico sacerdote motivado, está al frente de una humilde parroquia con problemas económicos en Chicago, y aunque es muy apreciado por sus feligreses, no es oro todo lo que reluce pues tiene algunos secretos. Por otro lado tenemos un exorcista poco ortodoxo, el padre Marcus Keane (Ben Daniels), violento, curtido y menos benevolente a la hora de hacer valer la fe que defiende. Y claro, tenemos a la familia que les va a tocar para ayudar, la familia Rance. La madre, Angela Rance (Geena Davis) es una feligresa de la parroquia del padre Tomas, y le pide ayuda pues piensa que una de sus hijas – Casey (Hannah Kasulka) y Kat (Brianne Howey) – está poseída por algún ente demoniaco. Su marido Henry (Alan Ruck), no está siendo de mucha ayuda, pues sus capacidades han quedado mermadas tras un accidente. Lo que veremos será una historia de posesión, exorcismo, complicada por una especie de conspiración que ha surgido en la ciudad de Chicago y en la que están implicadas las más altas esferas de poder de la ciudad. Los dos sacerdotes, muy diferentes en todo, tendrán que unir esfuerzos para poder vencer la amenaza que se cierne sobre la familia Rance.
Para mí, quizá se ha querido complicar mucho la historia con los aspectos de conspiración y excesivo foco sobre la familia Rance. Vale, la posesión está dentro de esa familia, y hay más secretos sobre ellos que se van desvelando poco a poco, pero hubo aspectos de esa historia que terminaron cansándome mucho. No así todo lo relacionado con los dos sacerdotes, que tienen una extraña química como ‘de colegas’, que demuestran en cada escena juntos. Además, las interpretaciones de los dos son muy buenas, especialmente interesante (que no original) el personaje del Padre Marcus, ese sacerdote con pinta algo ‘yonkarra’ con predilección por los sombreros y sin reparos ante la violencia física.
La serie no es para personas sensibles, pues muestra muchos de los horrores de la posesión, a pesar de que no trata toda la temporada sobre eso. La historia de la posesión de la chica es solo una parte de una narrativa mayor, como iremos descubriendo poco a poco. De otro modo, sería complicado llenar 10 capítulos, ¿verdad? A medida que veía la serie me notaba interesada en ella, sobre todo me gustó la parte más clásica del ‘bien contra el mal’ y los dos curas luchando contra un mal que conocen más bien poco. La otra parte, la trama más global, no me acabó de convencer demasiado, y por eso mi opinión sobre la serie está un poco dividida entre esas dos sensaciones. A ratos se presentaban posesiones en plan «lúdico-festivo», y eso me pareció bien; otras veces era casi un thriller con conspiración incluida y escenas de acción, y eso me dejó bastante más fría.
¿Mi sensación global? Es que es una serie entretenida, pero no alcanza la seriedad ni el terror que hacía sentir la película original. Tiene momentos buenos, y otros que se podían haber ahorrado (y no me refiero a la violencia gráfica, sino a los lugares comunes en que acaba cayendo el guión, sobre todo hacia el final). Como digo, las posesiones aquí se tratan desde un punto de vista puramente de entretenimiento y eso está bien. Para mí, lo que no está tan bien es caer en los absurdos argumentales en ciertos aspectos, y más cuando se los podían haber ahorrado.
Pero en conjunto, aunque nunca la calificaría como una de mis series favoritas, sí es entretenida y tiene varios elementos que la convierten en bastante disfrutable. Como he dicho, el personaje del padre Marcus, la violencia gráfica, y las posesiones tratadas como puro entretenimiento para mí son un buen cóctel para pasar el rato. Ahora, no sé cómo continuará la historia en la segunda temporada
Web oficial
Ficha IMDB
Fechas emisión USA: Septiembre – diciembre 2016
Número de capítulos / duración: 10 / 45 minutos
Información Bitacoras.com
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Yo me he hecho las mismas preguntas que tú. ¿Para qué hacer una serie de una película que no lo necesita? Que si necesitan ideas me ofrezco voluntaria que yo tengo muchas. Sinceramente paso de largo de esta serie. Me da miedo que estropeen el buen recuerdo de las película. Un beso!
Ya, es eso… aunque a pesar de todo no me ha disgustado el resultado, sobre todo por el planteamiento que tiene la primera mitad de la temporada. Después se desvirtúa y pierde un poco el norte todo, aunque se mantiene entretenida. Desde luego, quien busque la esencia de la peli, creo que no debería buscarla aquí porque no es lo mismo.