El bar de las grandes esperanzas, de J.R. Moehringer (Reseña)

Steve me habría hecho contarlo así: «Me enamoré de ese bar, y fue un amor recíproco, y fue esa historia de amor la que dio forma a todas mis demás historias de amor». A una edad temprana, allí, en el Dickens, llegué a la conclusión de que la vida es una sucesión de historias de amor, y de que cada una de ellas es la respuesta a otra anterior. Pero yo era solo uno de los muchos románticos del bar de Steve que había llegado a aquella misma conclusión, que creía en aquella reacción en cadena del amor.

Tal como se afirma en este fragmento, este libro se trata de una gran historia de amor, la del autor a un bar, el bar donde vivió parte de su infancia, su juventud, y entró en la edad adulta. Y aunque a mí personalmente, esa premisa no me entusiasmaba demasiado, las buenas críticas rodeaban a esta novela, y eso me convenció lo suficiente como para comprarlo.

Moehringer ha escrito con esta novela una especie de autobiografía adornada con pinceladas de ficción, donde cuenta sus orígenes, en una familia de las que ahora llamamos ‘desestructuradas’, con falta de dinero y un futuro incierto. En la novela se habla mucho de la familia, del paso a la edad adulta, de padres e hijos, madres e hijos, y del sentido de pertenencia a algún grupo o colectivo… en este caso al colectivo formado por la clientela del Publicans, el primer bar que conoció el protagonista. Se nos cuenta cómo se relacionan estos hombres, derrotados y orgullosos, viriles y a la vez débiles, cómo se pelean, cómo se cuidan y apoyan unos a otros. Ese bar está localizado en Manhasset, en el estado de Nueva York, y es el pueblo donde se cría nuestro protagonista, JR (como en J.R. Moehringer), en la casa de sus abuelos, también con su tío Charlie, temporalmente con sus primos, y con su madre. Manhasset es un pueblucho cualquiera sin demasiado qué hacer, y el hecho de que su tío acuda al Publicans como un hombre sediento se acerca a un oasis en pleno desierto, alimenta en JR el anhelo desde muy niño de poder penetrar en ese templo de hombres a los que admira. JR se cría como un niño sin padre, aunque lo tiene, y está vivo en alguna parte. Sobre su madre recae la tarea de educarlo y mantenerlo, de ejercer de padre y de madre, y todo porque su marido ha decidido seguir su vida en otra parte, al margen de su hijo y de ella. Sin embargo, JR suspira en secreto por encontrarse con su padre, locutor de radio que para él es «La Voz». Y en medio de todos estos elementos está JR, un niño algo extraño y sensible que se zarandea entre todos estos adultos, y que ansía encontrar la figura paterna perdida, que no es capaz de suplir su abuelo, un hombre malhumorado, excéntrico y depresivo; tampoco su tío Charlie, un hombre con problemas al que sin embargo ve encontrar cierto alivio cuando acude al bar. Cuando es niño, el bar parece ser la solución a muchos de sus problemas.

Sola. No me ofendí. Por más intimidad que existiera entre mi madre y yo, la falta de un hombre en nuestra vida nos hacía sentir, a veces, solos. A veces yo me sentía tan solo que me habría gustado que existiera una palabra más larga, más grande, para decir «solo».

Y claro, en cuanto tiene la edad legal para poder entrar en el bar y beber, acude, porque es lo que llevaba esperando muchos años. Allí conocerá mejor al dueño, Steve, una figura casi mítica. También a muchos otros, a Colt, Joey D, Bobo, Cager, Poli Bob… Se narra el paso de preadolescente al que acogen bajo su ala los borrachines del bar, a parroquiano él mismo. Pero también sus idas y venidas con su madre y su padre; su madre, una mujer valiente y luchadora que siempre intenta buscar sustento para ella y su hijo, y todo hay que decirlo, sin mucho éxito. Por otro lado, su padre es un locutor de radio, bastante violento, temperamental, incapaz de establecer una relación real con su hijo.

Pero esto no solo trata de adultos que rodean al joven JR e influyen en él, sino también de cómo él mismo comienza a tomar sus decisiones, de cómo le va en los estudios, de sus primeros trabajos, de su paso por el The New York Times, de su primer amor y cómo se convierte en un hombre. Moehringer lo narra con naturalidad, siempre con una primera persona que convierte el relato es muy cercano, tan cercano que en ocasiones puede presentar ecos a la vida del lector. Y eso a pesar de que el autor debe saber, y el lector sabe incluso mientras lo lee, que el retrato de estos borrachines de bar con buen corazón, es un retrato más bien amable, más bien romántico y no del todo realista. Pero si fuese realista se convertiría en más oscuro y desesperado, de este modo todo es más llevadero. Y no digo que el libro en sí sea un paseo por el campo, al protagonista le pasan cosas malas y recibe reveses de la vida, pero el dibujo del bar podría haber sido mucho peor y más patético. Más porque los orígenes de JR son humildes, incluso en ocasiones precarios, y debe luchar contra las trabas externas, pero también contra las que él mismo se pone, con cierto complejo de inferioridad respecto a aquellos que han contado con más recursos.

Además de en los elementos tangibles – ropa, zapatos, padres -, en lo que me fijé ese primer día fue en la seguridad en sí mismos que demostraban. Casi podía ver aquella seguridad ascendiendo sobre el campus en oleadas radiantes, como el calor de agosto. Y como el calor, aquella seguridad me chupaba la fuerza. Me preguntaba si aquella seguridad en sí mismos era algo que podía adquirirse o sí, como los padres y la piel perfecta, era algo con lo que nacías.

Pero he aquí la parte bonita del libro, y es que sin desvelar nada de lo que ocurre, sí se puede decir que durante toda la historia el joven JR busca la masculinidad, busca «lo que debe ser un hombre» en multitud de hombres desconocidos, en la camaradería del bar. Finalmente, la masculinidad está ahí, pero mucho más en otra parte. Y es que es una novela sobre la búsqueda de referentes y de identidad. El final feliz es que esta búsqueda da sus frutos, y esto es tan emocionante para el protagonista como para el lector. Y aunque en un párrafo anterior he dicho que la autobiografía está adornada con algo de ficción, el autor defiende la total veracidad de todo lo que narra y describe. Pero, ¿no modificamos con nuestros recuerdos todo lo ocurrido en el pasado,para bien o para mal?

También es cierto, que en ciertos momentos esa imagen idealizada de la vida del bar pierde mucho protagonismo, y es cuando entra en juego la lectura y la escritura, auténticas pasiones de JR. Desde uno de sus primeros trabajos, donde sus jefes Bill y Budd (personajes misteriosos y herméticos) le inculcan el amor por los libros, no dejará de escribir de una u otra forma.

– Cada libro es un milagro -decía Bill-. Cada libro representa un momento en el que alguien se sentó en silencio (y ese silencio forma parte del milagro, no te engañes), e intentó contarnos a los demás una historia.

Acompañamos a JR en todos sus anhelos, en sus sueños estúpidos y en los que tienen más sentido, en sus malas decisiones, en el amor… Siempre hay algo de vouyeur al leer sobre otro, en este caso el morbo añadido es que el escritor nos cuenta su historia real, no hay que suponer que en su novela hay datos autobiográficos porque él lo ha afirmado con total transparencia.

Si tuviera que elegir un solo adjetivo para describir la novela, sería cálida. Y también es cercana, ligeramente idealista y nostálgica, pero mientras leemos sobre las aventuras y desventuras de un JR niño, adolescente, y posteriormente veinteañero, no podemos desprendernos de la calidez y cercanía, a veces alegre y a veces triste, de lo que le ha convertido en el hombre que es. Es un libro bonito, bien escrito, sin demasiados artificios pero que quiere explicar realidades complejas.

A partir de entonces tendría que pelearme yo solo con todas mis mantas favoritas. Y ninguna de ellas me resultaría tan segura, ninguno de ellos me arroparía tanto como el bar de Steve.

Autor: J.R. Moehringer
Año primera publicación:
Título original: The Tender Bar
ISBN: 9788416261017
Número de páginas: 460
Leído en… español (Ediciones Duomo)
Dedicatoria:
A mi madre

One comment

  1. Información Bitacoras.com

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