Trabajar toda la semana y quedarme hasta tarde por marrones varios, de por sí, tiene un consuelo. Se llama viernes. La cosa se complica cuando ese mismo viernes uno tiene que enviar un trabajillo de la universidad antes de las 00.00.
Vale, reconozco que en este caso, aparte del cansancio, la procastinación y dejadez han jugado su papel. Pero aquí estoy, todavía no son las doce y el ejercicio está redactado, entregado, he vuelto a comprobar que se ha enviado bien… llamadme Ozymandias si queréis. 🙂 (Todavía está por ver si me lo aprueban, pero vaya)
Total, que ya bastante malo es estar un viernes por la noche sin disfrutar más que del brillo blanco del Word. Hoy me han acompañado Editors. Me han distraído lo justo para no caerme muerta del asco encima del teclado. ¡Bien por ellos!
Y concretamente, esta canción hoy me ha calado, tiene bastante mala leche. Como la que yo tenía mientras hacía mi ejercicio de Políticas Sociolaborales 2… 😉
HIENA
Llámame y dime que te importa,
Hay un país que allanar ahí.
No me aburras con la verdad,
Vivo solo, ¿tú no?
Escribo las cosas que debería decir,
No hay horas suficientes en el día,
Perfecciono mi mirada fría,
Dile a tus amigos que he cumplido un reto.
¿Pero no lo entiendes?
El hambre hace al hombre.
Con todo lo que tenemos ante nosotros
El mundo me parece tan ridículo.
Ríete conmigo, hiena.
Ríete conmigo, hiena.
Ríete conmigo, hiena.
Ríete conmigo ahora.
Te quiero, te quiero mi mala reputación.
Estos nudos que nunca desharé.
Nos creerán por lo que somos,
Hay historia en una cicatriz.
¿Pero no lo entiendes?
El hambre hace al hombre.
Con todo lo que tenemos delante,
El mundo me parece tan ridículo.
Ríete conmigo, hiena.
Ríete conmigo, hiena.
Ríete conmigo, hiena.
Ríete conmigo ahora.
Ríete conmigo ahora,
Ríete conmigo ahora,
Ríete conmigo ahora.
Ríete conmigo, hiena.
Ríete conmigo, hiena.
Ríete conmigo, hiena.
Así que ríete conmigo ahora.
Ríete conmigo un poco.